Irlanda: puerto estratégico. Miguel Malfavón
México e Irlanda tienen ya un camino andado en colaboración e intercambio bilateral. Además de compartir principios sólidos de defensa al comercio internacional y fomento a la integración, ambos países son parte de grandes bloques económicos: Norteamérica y la Unión Europea. Los puntos de convergencia son diversos y abren oportunidades.
Por: Bancomext

En su opinión, ¿qué temas unen e identifican a Irlanda y México?
Me gustaría resaltar principalmente dos ámbitos: el político y el económico. En el político tenemos una relación privilegiada, un diálogo extenso y muy bueno. Entre Irlanda y México hay muchas similitudes. Ambos países cuentan con una población que profesa preponderantemente la misma religión, lo que conlleva semejanzas en la forma de ver la vida. Por diversas razones, mexicanos e irlandeses han tenido que emigrar al extranjero. Además, los dos tenemos al lado a una gran potencia que ha marcado nuestro propio desarrollo económico. Gracias a la relación con el Reino Unido, Irlanda formó parte del grupo que se unió a la Unión Europea (ue) en 1973, y México también forma parte de un bloque económico a través del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (tlcan). Nuestros vecinos no siempre toman decisiones que necesariamente nos convienen. Por ejemplo, en Irlanda hay una gran preocupación por el impacto que puede tener el retiro del Reino Unido de la Unión Europea; en el caso de México, también se ve con mucho cuidado la modernización del tlcan. Coincidimos en que ya es tiempo de una necesaria diversificación, en ir más allá de los mercados tradicionales y abrirnos a otros sectores que puedan tener un impacto en nuestras economías. Irlanda es un país pequeño pero muy grande en cuanto a la conducción que hace de su economía y su desarrollo. El comercio, la inversión y el intercambio turístico entre México e Irlanda aumentan año con año.

¿Cómo ha evolucionado la economía irlandesa en años recientes?
Hay que recordar que hace no tanto tiempo, Irlanda atravesó una gran crisis que obligó a muchos de sus ciudadanos a emigrar. Es un país que pasó por una situación económica de extrema pobreza y que ahora se encuentra en el octavo lugar mundial de desarrollo humano. Su economía creció 5.2% en 2016. Se trata del país con mayor crecimiento en toda la eurozona. El desempleo ha bajado a 6.2%, cifra impresionante si la comparamos con el promedio en Europa. Además, el 33% de la población es menor de 25 años, por lo que tiene una economía muy activa que no solo puede dar empleo a su población, sino que también empieza a ofrecer oportunidades laborales a grupos de extranjeros migrantes. Es de destacar la calidad de la fuerza laboral irlandesa, una de las más educadas. El 52% de la población de 25 a 34 años de edad cuenta con nivel universitario.
Los irlandeses tienen una gran iniciativa emprendedora. Las empresas que abren son a veces muy pequeñas, pero con miras internacionales. Se crean negocios de visión global. Por ejemplo, hay compañías que operan con 20 personas en Irlanda pero que en el extranjero emplean a más de 800. Esto, quizá, pueda tener su explicación en el dinamismo de la población y su sentido empresarial.
En la actualidad, los sectores más dinámicos son el tecnológico y el financiero. Las grandes empresas mundiales con alto contenido tecnológico están instaladas en Irlanda: Amazon, Facebook, Twitter, LinkedIn, Paypal y Google, entre otras, tienen sus sedes europeas en Irlanda. El país ha demostrado una gran capacidad para atraer inversiones. No es casual que nueve de las diez empresas tecnológicas más importantes del mundo se encuentren en Irlanda.
El sector farmacéutico es también muy activo en Irlanda, sede de grandes corporaciones internacionales. La especialización del país en el sector tecnológico y en el desarrollo de empresas farmacéuticas y de dispositivos médicos —que, por cierto, también implican un alto grado de investigación— se refleja en la relación comercial con México. Estos sectores conforman el principal intercambio comercial entre las dos naciones.

¿A qué atribuye el dinamismo de las tecnologías y de la innovación en Irlanda?
En realidad, se debe a una combinación de factores. Un sistema educativo en el que las siete principales universidades trabajan de la mano con el sector empresarial atendiendo sus necesidades en investigación y desarrollo. Para dar confianza al empresariado internacional, Irlanda cuenta con una tasa impositiva empresarial de 12.5%, una de las más bajas del mundo. Tiene una política a largo plazo de atracción constante de inversiones, que da certeza a los empresarios sobre el futuro. En Irlanda vemos un decidido apoyo gubernamental a la creación de empresas y la atracción de inversiones. En resumen, el sector público, las universidades y las empresas trabajan hombro con hombro. Muchos emprendedores en toda Irlanda encuentran apoyos e incentivos que los motivan a generar ideas.

¿Cómo es la relación económica entre México e Irlanda y en qué actividades se centra?
El monto del comercio bilateral es pequeño si lo comparamos con el potencial que tiene. La relevancia de ese monto, sin embargo, puede variar mucho según el punto de vista. En 2016 tuvimos un comercio de 1.8 mil millones de dólares. En 2017, tan solo de enero a julio, alcanzó los 1.2 mil millones de dólares, y hay por tanto una gran probabilidad de que se supere el monto del año pasado. Si se ve esa cifra desde una perspectiva fija, parece que no es mucho, pero si se analiza y desmenuza, se pueden sacar conclusiones interesantes. Al dividir el comercio total bilateral entre la población de Irlanda, se obtiene una cifra per cápita muy alta. Desde esta perspectiva, Irlanda sería el país con el que más comercio tenemos per cápita después de Estados Unidos —y muy por arriba del que se tiene con Alemania, Japón o España. Esto muestra el potencial del intercambio.
En América Latina, región vecina en la que, además, México tiene una gran influencia, solo hay seis países con los que se tiene mayor comercio que con Irlanda. México representa para Irlanda el principal mercado en América Latina. Nuestro país concentra el 70% del comercio irlandés con la región. México puede ser el punto de entrada a otros países e Irlanda, a su vez, el puerto a la Unión Europea. Ahora en particular, con el Brexit, ambos países estamos interesados en una mayor diversificación. Irlanda quedará como el único país de habla inglesa en la ue, lo que le dará un margen de maniobra y un potencial de negocios que México puede aprovechar.
Irlanda tiene gran capacidad de consumo y uno de los más altos pib per cápita del mundo. Es un mercado que busca productos de calidad y cuenta con el poder adquisitivo para obtenerlos. Por ejemplo, en el tema de los alimentos orgánicos, los irlandeses están dispuestos a pagar un precio más alto si es que se ofrece un producto de buena calidad. Hay un gran interés en bienes cuyos productores cuidan del medio ambiente. Los productos agroalimentarios de México tienen un gran potencial en Irlanda, pero hay que entrar de manera permanente, no solo con remanentes. Debe haber continuidad. Ocurre que encuentras productos mexicanos en el mercado irlandés una sola vez y después ya no. Los limones, aguacates, zarzamoras y naranjas son algunos ejemplos de productos agrícolas mexicanos que se pueden encontrar en Irlanda, pero que podrían tener una presencia más amplia y continua.
En cuanto a las inversiones, hay empresas emblemáticas irlandesas con una importante inversión en México, como Smurfit Kappa o N&K International. Al mismo tiempo, podemos destacar el potencial que existe para emprendedores mexicanos que encuentran en Irlanda acceso a grandes empresas globales, visibilidad internacional y una plataforma hacia otros mercados.