Sin duda, Aguascalientes es una historia de éxito entre las entidades federativas de México. Se ubica muy cerca del centro geográfico de la nación y es uno de los estados más urbanizados, sin que por ello deje de contar con actividades agropecuarias muy relevantes, como su condición de importante cuenca lechera. Es la cuarta entidad con menor extensión —pues solo Ciudad de México, Tlaxcala y Morelos son más pequeños— y la sexta con menos población, pero es la quinta con mayor densidad poblacional y la octava con mayor PIB per cápita. De los 1.425 millones de habitantes, el 80% reside en la zona metropolitana que incluye los municipios de Aguascalientes, Jesús María y San Francisco de los Romo. El resto se divide entre los otros ocho municipios restantes.
Al igual que otros estados del corredor que va de Puebla, vía Ciudad de México, hacia el occidente-norte del país, Aguascalientes fue muy beneficiado por el acuerdo comercial de América del Norte, como lo manifiestan las actividades manufactureras, que rondan el 45% de su actividad económica. Dentro de estas, destacan el sector automotriz, ejemplificado por la enorme planta de Nissan y el clúster de proveedores que agrupa, así como la tradicional industria textil y del vestido que ha sabido reinventarse y sobrevivir a pesar de la intensa competencia de naciones asiáticas. A la actividad manufacturera se han sumado proyectos de investigación y desarrollo que hacen de Aguascalientes un estado de vanguardia en esta materia.
A una oferta educativa de 14 universidades públicas y 17 privadas, Aguascalientes suma la presencia en su territorio de centros tecnológicos del mueble y el vestido, centros de investigaciones en óptica, matemáticas, geografía y geomática, así como dos centros de investigación en tecnologías de la información. No debe pasarse por alto, además, que es un caso de éxito también en la descentralización administrativa, con la presencia del INEGI.
En los primeros cuatro trimestres de la presente administración federal, Aguascalientes fue el estado número once en tasa crecimiento económico, con un acumulado de 1.6% entre el cuarto trimestre de 2018 y el tercero de 2019, pero como en todo el país, las secuelas económicas de la pandemia se han dejado sentir, en particular por la reducción de la demanda, la producción y la exportación de automóviles.
Otro efecto positivo de la integración a las cadenas globales de valor ha sido la baja tasa de informalidad laboral. Al cierre de 2019, 39.6% del total de la población ocupada se encontraba en la informalidad, porcentaje que lo ubica como el sexto estado mejor posicionado en este rubro. Es también el octavo con mayor productividad laboral y el sexto con menor desigualdad de ingresos laborales, con un coeficiente de Gini de 0.333, menor al promedio nacional de 0.378.
De acuerdo con el Índice de Progreso Social 2019 de la organización México: ¿Cómo Vamos?, Aguascalientes se ubicaba en el tercer mejor lugar, solo por detrás de Nuevo León y Querétaro. No obstante, una excepción en los índices desagregados es el relacionado con la seguridad: la presencia de grupos de la delincuencia organizada en el estado vecino de Jalisco ha provocado un descenso en los niveles de seguridad pública, que lo ubicaban en 2019 en el lugar 22 en cuanto a mayor seguridad personal. En el resto de los índices específicos, Aguascalientes se ubica en lugares muy ventajosos. Dos ejemplos: es el tercer lugar en “calidad medioambiental” y el cuarto en “salud y bienestar”.
Así, un estado bien ubicado, bien comunicado, con una política permanente de atracción de inversiones y una oferta educativa amplia y de calidad, está en condiciones ventajosas para enfrentar los inevitables cambios que 2020 y 2021 traerán a la economía global y nacional. Es de esperarse que su oferta automotriz, por ejemplo, se adapte exitosamente a las nuevas condiciones de movilidad y a las exigencias de nuevas regulaciones en nuestros mercados de exportación de vehículos, que exigirán más vehículos eléctricos y menos con motores de combustión interna en los siguientes años. El perfil educativo y la presencia de centros de investigación permiten ser optimistas a este respecto. De manera similar, el acortamiento de las cadenas globales de abastecimiento puede dar nueva vida a la industria textil y del vestido, al provocar una nueva regionalización de esas cadenas y buscar acercar los centros de oferta y demanda.
No cabe duda de que los próximos años presentarán, a todas las naciones y regiones del mundo, retos inéditos: Aguascalientes tiene todo para salir adelante y presentar al resto del país ejemplos para prosperar en la nueva era.