Alianza para el futuro
En junio de 2016 dio comienzo el Año Dual México-Alemania bajo el lema “Alianza para el futuro”. Se trata de un acuerdo que busca profundizar el conocimiento entre ambos países y ampliar así sus relaciones en todos los ámbitos: cultural, científico, económico y político. El programa de este Año Dual incluye más de mil eventos: conciertos, ciclos de cine, conferencias, exposiciones, actividades de difusión de la ciencia y de los más recientes avances tecnológicos. En la siguiente entrevista, Viktor Elbling describe a profundidad los ejes del Año Dual y habla del programa. Pero lo que es más importante, reflexiona sobre la relación entre ambas naciones y el potencial que existe para estrecharla aún más.
Por: Gabriela Gándara

¿Cuál es la idea de fondo del Año Dual México–Alemania?

Alemania y México somos socios estratégicos. Entre ambos países existe ya una amistad y una relación muy estrecha, muy profunda y muy densa. Pero yo creo que lo que más nos interesa, de ambos lados, es darnos a conocer mejor: ¿quién es México hoy?, ¿cómo es el México moderno?, ¿cómo es la Alemania moderna? Ampliar este conocimiento de siglos.

El Año Dual nos puede dar esta oportunidad de conocernos mejor, más allá de los estereotipos. Somos dos países culturales, que nos caemos bien, pero vamos a intentar conocernos mejor. Ese es el interés del Año Dual.

 

 

¿En qué consiste el año dual y cuáles son sus principales actividades?

Es un año con muchos eventos; vamos a tener más de mil actividades en Alemania y México. Hay unos ejes temáticos importantes que tiene que ver con sustentabilidad, tecnología, movilidad urbana, ciencia, innovación y cultura.

La cultura es un eje central, pero no es el único. Nos basamos también en una cooperación muy estrecha en el sector industrial: casi 2 mil empresas alemanas han invertido en México, siguen invirtiendo de manera muy fuerte y apuestan por el país. Por lo tanto, en el Año Dual se contempla también un tema industrial muy amplio.

Hay un espectro muy extenso y diferenciado de actividades. En el ámbito cultural, por ejemplo, se presentará una exposición muy importante del pintor Otto Dix en Ciudad de México y en Monterrey, y habrá varias exposiciones de artistas contemporáneos en diversas ciudades.

Vamos a tener, naturalmente, eventos de cine. Como todos los años, tendremos la semana alemana del cine, pero en esta ocasión será más amplia. Será la más grande que haya presentado Alemania en el exterior. Se ofrecerá, por ejemplo, una retrospectiva del director Rainer Werner Fassbinder y varias películas de estreno reciente.

Como otra de las actividades destacadas, el Año Dual integra una exposición en el wtc que se llama Hecho en Alemania, en la cual la industria alemana presenta no tanto sus productos, aunque también los habrá, como sus soluciones: sus propuestas de solución para los grandes temas de esta era de la globalización en que vivimos. Propuestas para la sustentabilidad, la movilidad, la industria 4.0, que significa la utilización de los sistemas digitales en la industria, entre otros temas.

 

Somos dos países culturales, que nos caemos bien, pero vamos a intentar conocernos mejor. Ese es el interés del Año Dual

 

¿En el evento Hecho en Alemania participan empresas alemanas que ya están en México o vienen también nuevas?

Participan básicamente empresas que están en México, y esto se debe a que las empresas más grandes de Alemania ya están produciendo aquí. En el evento se presentarán 66 corporaciones. Todas ellas con grandes producciones y grandes fábricas en el país.

A veces no se ve con claridad la importancia de esta presencia y de la inversión de Alemania en México. Aproximadamente 150 mil trabajadores colaboran en las empresas alemanas en México; casi el ocho por ciento del pib mexicano es producido por estas empresas, y no solo en el sector automotriz, aunque es un sector muy destacado.

 

En otros campos como la ciencia, la investigación y el desarrollo, ¿qué tipo de eventos habrá?

Vamos a tener el Túnel de la Ciencia, presentado por el Instituto Max Planck, el más importante en Alemania y probablemente uno de los principales del mundo en investigación básica. En esa actividad, se va a enseñar el estatus de la investigación en lo relativo a algunas importantes incógnitas de la actualidad: ¿cómo funciona nuestro cerebro?, ¿qué es lo que sabemos sobre el universo?, ¿cuáles son los avances más recientes en medicina?

También tendremos un evento de arqueología en Bellas Artes que se llama Los Dioses en Color. En él, con el uso de las nuevas tecnologías, vamos a poder ver cómo eran realmente las estatuas en tiempos de los romanos y griegos. Hemos descubierto que no eran blancas, tenían muchísimos colores, y esto se podrá apreciar gracias al estudio sobre la pigmentación que tenían las estatuas. Creemos que esto va a ser interesante para el público mexicano.

Quiero resaltar también que va a haber eventos no solo en la Ciudad de México. Vamos a estar en 12 ciudades. Se trata de un programa muy, muy amplio, y lo más destacado: queremos que sea un programa relevante para el público. Que los mexicanos que asistan vean que es importante para sus vidas y para los temas que les conciernen. Esta es la idea que acompaña a todas las actividades del Año Dual.

 

 

¿Cómo se vincula el Año Dual con la formación dual?

La educación, la formación y la capacitación son de los grandes temas del Año Dual. En este campo, vamos a tener un simposio sobre la educación dual en México en el marco del evento Hecho en Alemania. La formación es uno de los grandes ejes que hemos desarrollado conjuntamente. En México se ha puesto en marcha un modelo de formación dual que está apoyando el Gobierno alemán. Es un tema que no solo va a ayudar a las empresas mexicanas o alemanas en México: se trata de un tema social ya supone contribuciones a la educación también por parte de las empresas. En Alemania ha funcionado muy bien y nos ha dado excelentes resultados desde hace 150 años.

Educar a muchos jóvenes que no van directamente a la universidad, sino que primero se forman en la empresa, es benéfico para la empresa y para los jóvenes al mismo tiempo. Además, se crea un perfil educativo interesante. Los jóvenes más talentosos pueden ir posteriormente a la universidad, pero empiezan por ir a la empresa y aprender de manera práctica.

Alemania y México son de los pocos países que hoy apuestan por ser países industriales en su núcleo. Esto significa grandes oportunidades desde la perspectiva de la movilidad social; es decir, la posibilidad de entrar a una empresa desde la etapa de la formación. En Alemania, el 60% de los jóvenes no van a la universidad, sino que van a la empresa y, a su vez, existen muchas empresas que trabajan con este esquema.

Estamos hablando de conocimientos muy especializados, de muy alta calidad. Antes se hablaba de técnicos, hoy hablamos de personas que trabajan en robótica, por ejemplo.

Las empresas pagan un sueldo y ofrecen el aprendizaje en la fábrica o las instalaciones. Al mismo tiempo, el Estado establece escuelas profesionales donde los jóvenes aprenden y complementan sus conocimientos prácticos. Los jóvenes asisten tres días a la empresa y dos a la escuela. Lo importante es que el engranaje funcione bien y las piezas se sincronicen. El programa normalmente dura dos o tres años; los alumnos graduados salen muy calificados. Más del 80% de ellos se queda en la empresa con la que ha hecho el aprendizaje. Incluso, con frecuencia, se establece una conexión duradera. Cuando la empresa detecta alumnos talentosos, les paga los estudios universitarios. Si vemos a los directivos de las grandes empresas alemanas, muchos de ellos pasaron por la educación dual. Es un modelo muy interesante para un país que está apostando muy fuerte por ser industrial. Pasar de ser un país donde se maquila a un país que desarrolla industria requiere un gran número de personas calificadas. No solo ingenieros, sino ese tipo de especialistas capaces de desarrollar productos de calidad.

Ofrecer a los jóvenes que vienen de zonas retiradas y con pocas opciones universitarias la posibilidad de movilidad social es una gran oportunidad para el país. Se trata de un esquema que nos ha servido muy bien, y si podemos compartir esta experiencia con México, creemos que podría ser muy útil.

 

En el marco del Año Dual, queremos mostrar que el binomio industria–investigación  es algo orgánico y natural

 

¿Cómo ayuda Alemania a que México dé un mayor valor agre- gado a sus exportaciones?

Este es uno de los grandes desafíos. México va por ese camino y lo esencial no es tanto la inversión en capital financiero, sino la inversión en el capital humano.

Las empresas alemanas en México tradicionalmente han formando a su personal. Es lo que han hecho históricamente empresas como Siemens, que tiene más de 120 años México, así como muchas empresas desde hace cinco o seis décadas. Pero si México quiere aumentar el valor agregado de su producción, va a requerir un mercado mucho más amplio de personal altamente calificado.

Hay buenos ejemplos de empresas que ya están haciendo investigación y desarrollo (I+D) en México. Por ejemplo, uno de los tres centros de I+D que Bosch tiene en el mundo está en Guadalajara, pero esta empresa todavía recluta personas de varios países para poder trabajar, y nos gustaría que fueran más jóvenes mexicanos.

En el marco del Año Dual, queremos mostrar que el binomio industria–investigación es algo orgánico y natural. Por ello, también habrá simposios y actividades en los sitios donde las empresas están fabricando.

 

En Alemania, la investigación aplicada siempre ha estado acompañada por la investigación básica. ¿Qué aprendizaje puede dejar en este sentido el Año Dual?

La cooperación entre las grandes empresas y las universidades es algo que históricamente se ha impulsado en Alemania. La industria aprovecha la investigación básica que realizan las instituciones científicas. Por ello, la fortaleza de las universidades se traduce en la fortaleza de la industria, y en este campo fomentamos, a través de becas de posgrado y doctorado, a científicos mexicanos para que realicen estudios en Alemania. Anualmente se incrementa el número de estudiantes mexicanos en Alemania. Además, hay una estrecha colaboración con el Conacyt.

Los centros científicos y de investigación alemanas han mostrado interés en tener una mayor interacción con México.

 

 

¿Qué se espera que deje el Año Dual México–Alemania una vez que termine?

Somos dos países con raíces culturales muy profundas y el interés mutuo es grande. Pero como no somos vecinos, hay que hacer un esfuerzo para conocernos mejor. Somos sociedades complementarias con muchas cosas que aprender la una de la otra, y si el Año Dual ayuda a eso y va más allá de ser un fuego de artificio, si deja algo sustentable, será fantástico. τ