La Nueva Ruta de la Seda es una de las principales apuestas de China para relanzar su economía mediante una red de transportes que agilice el intercambio de bienes y servicios entre este país, el resto de Asia, Europa y el norte de África. El proyecto dispone de un fondo inicial de 40 mil millones de dólares y acceso a recursos de otros organismos multilaterales. Tiene el potencial para modificar la trayectoria actual de los flujos regionales de comercio e inversión.
En qué consiste
La iniciativa One Belt-One Road (OBOR) fue presentada en 2013 por el presidente chino, Xi Jinping, y pretende revitalizar la milenaria ruta comercial de la seda con la construcción de autopistas y vías férreas que se extenderán desde el centro de China hasta el puerto de Rotterdam en los Países Bajos, cruzando por Asia Central y Rusia. Este cinturón terrestre (one belt) se complementará con una red de puertos planificados y otros proyectos de infraestructura costera que conectarán a China con el sudeste de Asia, el Golfo Pérsico, África y el norte del Mar Mediterráneo (one road).
Fomento a sectores
de mayor valor agregado
Entre las consideraciones estratégicas más relevantes, la OBOR permitirá a China expandir las operaciones internacionales de sus industrias de alta tecnología, como la de los trenes de alta velocidad, y ganar presencia en actividades de mayor valor agregado. Al mismo tiempo, mitigará el exceso de capacidad instalada en industrias tradicionales como las del cemento y del acero.
Relocalización de actividades
intensivas en mano de obra
Ante el aumento de los salarios, China debe relocalizar las fases de sus procesos productivos más intensivos en mano de obra para preservar su competitividad internacional. Con la OBOR, dispondrá de una red de aprovisionamiento y distribución de insumos y productos que conectará a más de 60 países ubicados a lo largo de la ruta.
Cómo se financiará
El proyecto está dotado con un monto inicial de 40 mil millones de dólares que serán administrados como un fondo soberano de China. Además, tendrá acceso a los recursos del Banco Asiático de Inversión en Infraestructura, un organismo regional en el que participan 21 países de Asia con un capital registrado de 100 mil millones de dólares.
Aunque enfrenta un entorno internacional complejo y la resistencia de algunos países, China pretende que la modernización de la Nueva Ruta de la Seda concluya en 2025. A la fecha se han suscrito acuerdos de construcción y préstamos por alrededor de 54 mil millones de dólares, mayoritariamente en Asia Central, y está en construcción una línea de tren de alta velocidad que reducirá el tiempo de traslado de Belgrado a Budapest de las ocho horas actuales a solo dos.