Durante el tiempo que Colombia tuvo la presidencia pro tempore de la Alianza del Pacífico, ¿cuáles fueron los grandes temas que se revisaron? ¿Qué conclusiones generales saca de esta experiencia?
Efectivamente, durante la cumbre que se celebró en Cali el año pasado, Colombia asumió la presidencia para el periodo 2017-2018. El ejercicio que hicimos durante este periodo estuvo guiado por los mandatos emanados de las diferentes declaraciones presidenciales de los socios. Normalmente, el país que encabeza se encarga de cumplir con esos mandatos y, como presidente pro tempore, pone especial atención en algunos temas particulares e impulsa otros.
Durante la presidencia de Colombia, el gran tema que se impulsó fue la definición de una visión estratégica de la Alianza para el año 2030. Para ello, se centró el trabajo en cuatro ejes: una Alianza más estratégica, más global, más conectada y más ciudadana que, al mismo tiempo, debe incorporar los principios de desarrollo sustentable de Naciones Unidas. Estos ejes tenían que concretarse en acciones específicas y planes con metas alcanzables. Así, se definió un programa de trabajo que, con el objetivo especial de asegurar el posicionamiento externo de la Alianza, propuso el inicio de las negociaciones con los países candidatos a Estados asociados: Australia, Canadá, Singapur y Nueva Zelanda. La primera reunión de los jefes negociadores de estos países con los de la Alianza se llevó a cabo en septiembre de 2017, y desde esa fecha hasta agosto de 2018 se realizaron cinco cumbres.
En cuanto a las relaciones externas, Colombia impulsó la realización de la cuarta reunión ministerial con la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) y propuso la aprobación de una agenda de trabajo que contemplaba el intercambio de experiencias y de conocimiento de buenas prácticas en materia de comercio internacional, así como la promoción y facilitación del comercio en general. El acercamiento con la ASEAN promueve, además, iniciativas académicas, culturales, deportivas y turísticas, y propuestas muy concretas como cursos de enseñanza del español. Así, en las reuniones con la ASEAN se trabajaron agendas sólidas, profundas y sustanciosas que nos permiten, a su vez, desarrollar temas atractivos para otros países observadores.
También, cuando era embajadora de Colombia en Japón, tuve la oportunidad de atestiguar el interés que despertó en ese país la conformación de la Alianza del Pacífico. La Alianza resultaba atractiva porque prometía un acercamiento y una proyección a países de la región ajenos al mecanismo.
En general, durante las presidencias pro tempore se ha buscado cumplir con los principales objetivos de la Alianza que son:
¿Podría mencionar algunos resultados o logros de la Alianza del Pacífico?
Una de las virtudes de la Alianza del Pacífico es que se traduce en resultados concretos al interior de la propia Alianza, pero también en acciones concretas de los miembros en otros países y en mancuerna con ellos. Así, por ejemplo, alcanzamos una desgravación arancelaria de 92% para el comercio intrarregional, pero también se han tomado medidas para abrir embajadas compartidas en países como Argelia, Vietnam, Azerbaiyán, Ghana o Singapur.
Otros acuerdos destacados tienen que ver con la eliminación de visas de turismo y de negocios entre los cuatro países, o la firma de un acuerdo interinstitucional para la creación de un Programa de Vacaciones y Trabajo, que fomenta el intercambio cultural entre los jóvenes de nuestros países, o la exención del visado de corta estancia para extranjeros residentes en países miembros de la Alianza. Con la Plataforma de Movilidad Académica y Estudiantil, se ha beneficiado a estudiantes de los cuatro países. Colombia ha otorgado 349 becas, y 387 colombianos han sido beneficiarios. Esto, solo por mencionar algunos resultados relacionados con los visados. También hay resultados en temas financieros, empresariales y de cooperación.
¿Qué elementos añade la Alianza del Pacífico al TLC Colombia-México?
Además de la comercial, que es muy importante, hay otras materias que permiten una integración más profunda y muy completa. Al hablar del intercambio de bienes, servicios, capitales y personas, abarcamos un horizonte más amplio que el del acuerdo comercial. Hay que tener en cuenta, asimismo, las acciones concretas que hemos planteado. Por ello, la Alianza tiene mayor alcance y contenido, y ofrece más oportunidades de colaboración con otros países. Se abre un abanico de posibilidades a tratar con otros aliados. Es lógico que al principio, con los países socios, la relación se centrará en temas comerciales, pero la Alianza da entrada a otros temas y esto es lo que hay que destacar.
Se trata de un mecanismo que ha despertado mucha atención en el mundo. Tenemos 55 países observadores que quieren trabajar y colaborar con la Alianza del Pacífico, pues es una de las estrategias de integración más innovadoras de la región; un proceso abierto y flexible, con metas claras, pragmáticas y coherentes con nuestro modelo de desarrollo y política exterior.
Además, es importante destacar que la Alianza es un mecanismo incluyente que no busca oponerse a otras iniciativas, acuerdos comerciales bilaterales o proyectos regionales. La Alianza da más visibilidad a Colombia y la promueve ante la comunidad internacional, a través de una unión de países comunes, con economías e idiosincrasias similares que buscan nuevas oportunidades de expansión en los mercados internacionales.
“Se trata de un mecanismo que ha despertado mucha atención en el mundo. Tenemos 55 países observadores que quieren colaborar con la Alianza, pues es una de las estrategias de integración más innovadoras de la región.”
¿Qué impacto tiene la Alianza del Pacífico en la relación bilateral Colombia-México?
No hemos descuidado la relación bilateral por a Alianza. Al contrario, la relación se ha fortalecido. Por supuesto que mantenemos una agenda bilateral porque hay temas que tienen una dinámica y una lógica binacionales.
En lo comercial, teníamos ya mucho camino recorrido. En 1994 se firmó el G3 con la participación de Venezuela, México y Colombia. Ante la salida de Venezuela, se inició un protocolo modificatorio que culminó en el acuerdo comercial bilateral que está vigente desde agosto de 2011 y es el pilar de nuestra relación comercial. Fue un proceso sólido, y la Alianza del Pacífico lo complementa. De hecho, un importante número de partidas arancelarias ya estaba desgravado, y ahora con la Alianza se incluyen capítulos adicionales. Por ejemplo, se ha permitido que intercambiemos certificados fitosanitarios.
Otro avance relevante es el de compartir reglas de origen, que es la base para lograr la operatividad regional de los negocios. Se trata de desarrollar cadenas productivas regionales, tema en el que estamos trabajando intensamente.
En resumen, la Alianza del Pacífico aporta elementos adicionales al TLC, que a su vez fue un buen punto de partida para alcanzar los acuerdos de la Alianza.
¿Cómo se percibe en Colombia la Alianza del Pacífico? ¿Qué importancia le dan? ¿Las empresas colombianas saben que existe este mecanismo?
Colombia reconoce que la Alianza del Pacífico es un gran canal para la promoción del país como destino de inversión, turismo y exportaciones. Formar parte de este bloque atrae el interés de empresarios de terceros mercados, como el asiático.
La Alianza del Pacífico es un mecanismo muy reconocido en Colombia. Un porcentaje alto de los ciudadanos saben lo que es o han oído de él. No solo empresarios; también los estudiantes, por ejemplo. Es un tema que se ha difundido, socializado y promovido. Por eso ha llegado a muchos sectores. Es cierto que, al igual que en México, hay que hacer un mayor trabajo. En Colombia, desde hace tiempo, se habla mucho del instrumento; la sociedad lo tiene muy interiorizado. En México, el mecanismo es menos conocido entre la gente, pero los empresarios mexicanos se han involucrado mucho, con gran seriedad y compromiso.
Para apoyar su difusión en México, los embajadores de Chile, Perú y Ecuador, junto con la Secretaría de Relaciones Exteriores y la Secretaría de Economía, nos estamos acercando con mucho empeño a las universidades y a diferentes estamentos de la sociedad. Buscamos que el ciudadano común conozca la Alianza y los beneficios que representa para el país.
El compromiso de los empresarios se refleja en la continuidad de la iniciativa, no obstante los cambios políticos experimentados en los países socios. Son los empresarios los que impulsan los proyectos y los que tienen en sus manos la posibilidad de aprovechar los beneficios de la Alianza. Es un mecanismo que les permite expandirse y llegar con mayor facilidad a más mercados.
En términos de su ampliación y de la colaboración con terceros países, ¿qué futuro tiene la Alianza?
En este momento continuamos negociando temas específicos con los cuatros países que ya son Estados asociados y estamos iniciando diálogo con Corea del Sur y Ecuador que recientemente expresaron su interés de presentar su candidatura para integrarse como Estados asociados. La intención es continuar esta tendencia y trabajar para que, con el tiempo, esos dos países formalicen su adhesión.
Otra tendencia es el aumento de los países observadores (recientemente se unieron dos más). Asimismo, la declaración conjunta con Mercosur abre la oportunidad para colaborar con esa parte de América Latina. La reunión que hubo entre los presidentes de los países de la Alianza y los de Mercosur abrió una puerta para trabajar más de cerca, y es expresión del interés de todos.
Ahora el reto que tiene Perú [en la presidencia pro tempore de la Alianza] es trabajar en una agenda productiva con temas adicionales, como el apoyo a las pequeñas y medianas empresas, la cultura del emprendimiento, el desarrollo de la ciencia y la tecnología, el acercamiento a los Estados observadores y, de manera particular, el impulso a las agencias de cooperación que tienen el mandato de consolidar temas de colaboración.
Me gustaría destacar la gran aportación que han hecho los 27 grupos de trabajo, que abarcan temas tan diversos como los aranceles, la colaboración y el intercambio estudiantil, la agenda digital, la propiedad intelectual, la innovación y la movilidad de personas. Se han tenido muy buenos resultados en temas específicos. En la integración de cadenas de valor, por ejemplo, hay avances significativos, pero todavía tenemos que lograr la contribución conjunta en la producción.
En mi opinión, el gran mérito de la Alianza del Pacífico es que permite que se alcancen resultados tangibles con beneficios para los cuatro países.