¿Cuál es la situación económica actual de Costa Rica?
Me gustaría destacar tres temas principalmente. En los últimos años hemos logrado promediar un crecimiento de cuatro por ciento del pib, que nos indica que tenemos ventajas en un mundo que empieza a superar la crisis de 2008.
El segundo tema es la diversificación de las exportaciones. Como país pequeño, nos tenemos que abrir a países, productos y servicios. La exportación es pujante y es una actividad que impulsa el desarrollo. Asimismo, la inversión extranjera directa constituye un elemento detonador de la economía.
Otro tema es el paso de una economía basada en la producción de café y plátano a una de producción multisectorial moderna a la que se suman los servicios: turísticos, financieros, tecnológicos, digitales y comerciales, entre otros.
A pesar de estas buenas noticias, tenemos el reto de ampliar la clase media, para abatir la desigualdad, tener un mayor consumo y contar con su participación en sectores productivos innovadores.
Costa Rica se ha convertido en un país receptor de inversión extranjera, no solo de empresas estadounidenses, sino también de otros países, incluso México. ¿Cómo evalúa usted la importancia de la inversión extranjera en el desarrollo del país?
El desarrollo de la inversión extranjera directa (ied) es muy interesante. En una primera fase se buscaba aprovechar las ventajas comparativas de los países receptores sin aportación de valor adicional. Esa etapa ya pasó. Ahora la ied se ha sofisticado y emplea personal de mayor calidad. En Costa Rica, comenzamos a incorporar valor a las empresas que invierten en el país. En este sentido, la empresa Intel jugó un papel importante como prescriptor para las siguientes inversiones.
La llegada de empresas involucradas en proveeduría global —como la aeroespacial, la electrónica, la de óptica, la automotriz, la de biotecnología y la de dispositivos médicos, que es la que más ha crecido en Costa Rica durante los últimos años— no solo agrega empleos bien remunerados y de alto perfil profesional, sino que también involucra a entidades de gobierno como Procomer, la Coalición Costarricense de Iniciativas de Desarrollo y diversas universidades, con las que trabaja para propiciar una mayor vinculación y adición de valor nacional a sus actividades.
¿Qué nos puede comentar de las inversiones de México en Costa Rica?
Tenemos que partir del hecho de que ambos países han sido amigos por mucho tiempo. Desde el siglo xix se sostienen relaciones diplomáticas que dan confianza. Sin embargo, estamos claros de las diferencias en la escala productiva. Para fortalecer la relación nos hemos movido de manera muy activa con México, que fue el primer país con el que acordamos un Acuerdo de Libre Comercio (tlc). El que tengamos una relación de amistad tan fuerte ha hecho que muchos inversionistas mexicanos vean a Costa Rica como un sitio idóneo para invertir. También la seguridad que ofrece el país y la oferta de recursos humanos calificados empezaron a impulsar la inversión en sectores como el de alimentos y bebidas, lo mismo que en sectores industriales como el automotriz, el de entretenimiento, el de audiovisuales y, en los últimos años, el turístico, con cadenas hoteleras.
La presencia creciente de líneas aéreas y la facilidad de acceso de un país a otro impulsan las relaciones bilaterales. Actualmente hay conectividad directa a San José desde Cancún, Guadalajara y la Ciudad de México. Volaris, Interjet y Aeroméxico ofrecen varios vuelos entre México y Costa Rica. Al haber más conectividad, se estrecha la relación económica y se propician los viajes de negocios, el intercambio educativo y, por supuesto, el turismo. México es el principal emisor de viajeros latinoamericanos hacia Costa Rica. Esta dinamización de la relación entre nuestros países es un elemento que permite al mexicano ver a Costa Rica como una plataforma para acceder a Centroamérica. Desde Costa Rica se brincan a otros países y exploran nuevos nichos para hacer negocios.
También hay empresas de Costa Rica que han apostado por el mercado mexicano. ¿En qué sectores están y qué tipo de empresas son?
Cuando Costa Rica ingresa a la Organización Mundial del Comercio, los empresarios grandes y pequeños del país se dieron cuenta de que podían hacer negocios en otros países, y México, por la cercanía, ha sido apuesta de empresas pymes internacionalizadas. Efectivamente, varios sectores productivos costarricenses decidieron dar el salto y expandir sus operaciones en territorio mexicano: firmas de desarrollo de software en diferentes campos, de electrónica, de confitería, agrícolas, de plásticos y de químicos para la industria, así como franquicias, entre otros.
Hay temas en los que hay oportunidades y las empresas de ambos países se complementan. Por ejemplo, en energías renovables, donde hay experiencia de empresas costarricenses que pueden ofrecer servicios ambientales. Otro sector con oportunidades es el de la robótica, en el que ambos países cuentan con jóvenes expertos a través del sistema educativo. También en turismo rural hay oportunidades de colaboración que se pueden explorar. Por ejemplo, en arquitectura sustentable con ciudades medias mexicanas.
Uno de los principales sectores de exportación de Costa Rica es el de dispositivos médicos. ¿Cómo ha logrado un país pequeño ser líder en líneas de productos tecnológicos?
Quizá la historia nos dé algunas pistas. Costa Rica fue un país colonizado con mucha ferocidad. Los indígenas resistieron fuertemente y se enfrentaron en una guerra que causó la desaparición de la mayoría de ellos. De 400 mil indígenas que había a la llegada de los españoles, quedaron 10 mil. Costa Rica se tuvo que nutrir de muchos extranjeros europeos entre los cuales llegaron científicos que vieron en Costa Rica un país tranquilo para vivir.
Con estos antecedentes, el desarrollo del país se cimentó sobre los pilares de la educación y de la salud antes que sobre las infraestructuras. En la época moderna, el cambio de los productos agrícolas a los tecnológicos estuvo acompañado del sistema educativo y fue impulsado por la entrada de empresas tecnológicas con interés de desarrollar bienes y servicios de valor agregado, como el de dispositivos médicos.
Costa Rica ha contado con instituciones fuertes que le han valido el reconocimiento internacional como una democracia consolidada y altos niveles de desarrollo. Usted tiene una amplia experiencia en el sector educativo. ¿Qué nos puede decir del sistema educativo en Costa Rica y de la relación que guarda con el nivel de desarrollo del país?
El principio de la educación y la salud como base para el desarrollo propiciaron que se poblaran las ciudades de escuelas. Desde muy temprano en la vida independiente de Costa Rica, se dio importancia a la educación. Costa Rica fue el primer país de Latinoamérica que formó a sus maestros en la universidad. Los resultados de estas políticas se ven en el largo plazo y los diferentes gobiernos han tomado medidas clave. Por ejemplo, se estableció en la Constitución que la educación debía estar en manos de un consejo educativo independiente del Ministerio. También se aprobó que el ocho por ciento del pib se destine a la educación.
La transformación comercial que va de la venta de productos a la de servicios tiene un sustento en la educación. Este proceso aún no se concluye, pero estamos en esa dirección. Por supuesto hay retos, como la deserción o la necesidad de convencer sobre la importancia de la educación para acceder a mejores puestos de trabajo.
Se han realizado iniciativas como la educación dual, que fomenta los conocimientos prácticos vinculados al desarrollo técnico, científico e industrial. Se impulsa la educación permanente, que inicia desde preescolar, nivel que ahora es también obligatorio y gratuito. Se creó también un instituto nacional de aprendizaje que capacita a los trabajadores en los oficios, pero también abre opciones de movilidad. En Costa Rica, el cambio tecnológico ha ido acompañado por el sistema educativo. τ