El comercio exterior de México ha sido, por décadas, uno de los principales motores del crecimiento económico y el desarrollo nacionales. Este representa hoy cerca de 65% del PIB nacional y las exportaciones, alrededor de 30% (el doble de los niveles de 1986). Esta presencia de México en el comercio mundial se inició a partir de los años 80, cuando se dio la apertura de la economía y se adoptó un modelo de desarrollo orientado a la exportación, que ha llevado a que la producción mexicana se incorpore a las cadenas de producción global.
México se ubica entre los primeros 10 jugadores en el comercio internacional; en 2013 fue el décimo exportador y noveno importador a nivel mundial, y el primero en ambas categorías entre los países de América Latina y el Caribe. En ese año, México contribuyó con 2.02% de las exportaciones y con 2.07% de las importaciones mundiales, equivalente a su contribución al PIB mundial (alrededor de 2%). Asimismo, en 2014, el comercio de México con el mundo sumó casi 800 mil millones de dólares —397 mil mdd por exportaciones y 399 mil mdd por importaciones— y captó inversión extranjera directa por 22 mil 800 mdd, lo que lo mantuvo como el segundo receptor entre los países de América Latina y el 13º a nivel mundial. En las tres últimas décadas, las exportaciones mexicanas se han multiplicado más de 18 veces al pasar de 21 mil 800 mdd a casi 397 mil mdd entre 1986 y 2014, y se han diversificado de manera significativa. A principios de los años ochenta el petróleo y sus derivados representaban 70% del valor exportado; hoy el sector manufacturero contribuye con más de 86% de las exportaciones totales. Igualmente, las importaciones mexicanas se multiplicaron 33 veces al pasar de 12 mil mdd a más de 399 mil mdd en los mismos años. De las importaciones totales que realiza nuestro país, 75% son insumos y 11.5% equivale a la maquinaria y equipo que se utilizan para mantener una plataforma de exportación competitiva. (Ver gráfica.)
Estas cifras reflejan no solo el lugar que México ocupa en el comercio mundial, sino la relevancia del comercio exterior como un motor para el crecimiento de la economía mexicana. El comercio exterior ha sido un factor de crecimiento y desarrollo, sobre todo para aquellas regiones, sectores y empresas del país que se han podido integrar de manera directa o indirecta a esta actividad. A través del comercio internacional, la planta productiva ha podido integrarse a las cadenas de producción global donde se dan la mayor parte de los intercambios. De hecho, el comercio de bienes intermedios generado por las cadenas globales de valor ya supera al de bienes finales y representa más de 60% de los flujos mundiales de comercio. No todos los estados y regiones han sido igualmente capaces de maximizar las oportunidades y los beneficios que ofrece el comercio internacional, pues no todos han podido vincularse con las cadenas mundiales de manufactura. De hecho, la integración de los estados y regiones del norte y centro del país a las cadenas mundiales de producción ha acentuado las diferencias ya existentes entre los “distintos Méxicos”, pues ha hecho más evidentes las disparidades entre regiones, sectores y empresas del país que aún no han logrado encontrar un lugar en estas.
El comercio exterior de México se ha caracterizado por presentar elevados niveles de concentración. En términos de estados, los del norte y los del centro tienen una mayor participación y en ellos se ubican las empresas que exportan. En términos de sectores, destacan el automotriz y el electrónico, que representan casi la mitad de las exportaciones de manufactura y, en lo que se refiere al destino de las exportaciones, estas se concentran en el mercado de Estados Unidos, principal importador en el mundo. Ello ha llevado a que el efecto positivo del comercio exterior de México genere círculos virtuosos de exportación y crecimiento, sobre todo en aquellas regiones que efectivamente se han podido vincular con los mercados internacionales a través de la exportación y la atracción de inversión extranjera directa.
En 2013, los seis estados de la frontera norte (Baja California, Chihuahua, Coahuila Nuevo León, Sonora y Tamaulipas) contribuyeron con más de la mitad (53.4%) de las exportaciones totales del país. De acuerdo con cifras del Inegi, casi 90% de las exportaciones totales las realizan 14 estados ubicados en el centro y norte del país, como se muestra en la tabla 1. La participación de Campeche y Tabasco se explica, sobre todo, por la exportación petrolera.
Asimismo, estas entidades federativas también concentran las inversiones más significativas en los sectores exportadores más pujantes. Datos de la Secretaría de Economía establecen que, entre 2000 y 2014, el sector automotriz captó más de 34 mil mdd, en tanto que el eléctrico-electrónico recibió más 16 mil mdd. Dicha inversión ha sido un impulso al crecimiento de las exportaciones en estos sectores. (Ver tabla 2.)
Uno de los principales resultados de la apertura de la economía ha sido la creación de una industria automotriz moderna y pujante. El sector líder en el comercio exterior de México es, por mucho, el automotor, que en 2013 contribuyó con casi 4 de cada 10 dólares de exportaciones. Gracias a la apertura del comercio y a la inversión en el sector, México se ha convertido en el 8º productor de vehículos y el 4º exportador a nivel mundial, así como el 6º productor mundial de autopartes. Las armadoras de vehículos como General Motors, Ford, Chrysler, Volkswagen, Nissan, Honda, bmw, Toyota, Volvo y Mercedes Benz se han establecido en diversos estados de la República: Aguascalientes, Baja California, Chihuahua, Coahuila, Estado de México, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Puebla, San Luis Potosí y Sonora (de los cuales solo Aguascalientes y Morelos no figuran entre los estados exportadores líderes). En estas entidades la industria de vehículos genera alrededor de 500 mil empleos directos y alrededor de 2.5 millones de empleos indirectos. (Ver mapa 1.)
Un segundo sector líder en el comercio exterior mexicano es el de la industria electrónica, el cual, en 2013, realizó exportaciones por más de 75 mil mdd. México se ha integrado a las cadenas de producción global de la electrónica de consumo y está entre los principales exportadores de televisiones de pantallas planas, computadoras y teléfonos celulares. Empresas líderes a nivel mundial en el sector (Samsung, Sony, lg, Toshiba, Foxconn, Flextronics, Jabil Circuit) se han establecido en los estados que colindan con la frontera norte —Baja California, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Sonora y Tamaulipas—, estados del centro —Jalisco, Aguascalientes, Estado de México, Querétaro y Durango— y Yucatán. En estos estados la producción electrónica genera alrededor de 500 mil empleos directos. Además de plantas para la producción, estas empresas también han establecido centros de ingeniería y diseño en estados como Jalisco. (Ver mapa 2.)
En lo que se refiere al sector electrodoméstico, México es el 5º productor a nivel mundial. En 2014, México exportó casi 7 mil mdd de este tipo de productos. Empresas como Electrolux, General Electric, Koblenz, lg, Mabe, Samsung y Whirlpool se han establecido en algunos estados del norte y centro del país: Chihuahua, Jalisco, Guanajuato, Nuevo León, San Luis Potosí y Querétaro, donde se producen refrigeradores, aires acondicionados, lavadoras, estufas de gas y calentadores de agua, por mencionar los principales.
A principios de la década pasada, México se volvió un destino atractivo para la inversión en el sector aeroespacial, y este ha crecido de manera significativa. Las empresas del sector, entre las que destacan Labinal, Bombardier y Embraer, se ubican en los estados fronterizos del norte como Baja California, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Sonora, y en dos estados de El Bajío: Jalisco y Querétaro. En 2014, las exportaciones del sector sumaron más de 6 mil mdd y las importaciones 5 mil 416 mdd.
México también ha tenido un papel destacado en el comercio de productos agropecuarios. De hecho, nuestro país es el primer exportador de tomate, aguacate, cebolla, chile verde, sandía, mango, moras, guayaba y papaya, así como ganado bovino, cerveza y tequila. Baja California, Chihuahua, Sonora, Tamaulipas y Nuevo León son líderes en las exportaciones agropecuarias de México junto con estados como Michoacán, Jalisco y Sinaloa. En 2014, las ventas al exterior de productos agropecuarios sumaron 25 mil 600 mdd.
La geografía del comercio exterior de México muestra claramente que los estados del centro y norte del país han sido los más involucrados en la actividad y también los beneficiados de la apertura y de las oportunidades de producción y empleo que este brinda. Estos estados también han sido los más exitosos captando inversión extranjera directa.
La cercanía geográfica con el mercado de Estados Unidos explica la ventaja que tienen los estados del norte sobre el resto del país para participar en la actividad exportadora. Igualmente, la industria maquiladora de exportación que inició desde 1965 se ubicó en los estados fronterizos con Estados Unidos, lo que también les ha dado una ventaja frente al resto del país. El reto, sin embargo, está en incorporar a aquellas entidades que hasta ahora se han mantenido al margen de la actividad exportadora. Este punto es medular pues, al estar el crecimiento y el desarrollo nacionales vinculados con el comercio internacional, a la exportación y a la atracción de flujos de inversión extranjera, los estados y regiones que no se integren quedarán rezagados en sus posibilidades de crecimiento. De hecho, las tasas de crecimiento económico de los estados que no participan de manera tan activa en el comercio exterior se han mantenido entre las más bajas del país, pues los motores de la actividad económica están precisamente en el exterior.
Las disparidades regionales en términos de desarrollo y competitividad también se reflejan en la capacidad de cada una de las 32 entidades federativas para aprovechar las oportunidades del comercio internacional. Los estados que están rezagados en los índices de competitividad y desarrollo humano no han encontrado la forma de insertarse exitosamente en la actividad exportadora, lo que ha hecho más profunda la brecha entre los estados del sur-sureste del país y los del norte y centro. El Índice de Competitividad Estatal 2014 del imco confirma que las entidades federativas con los índices de competitividad más bajos participan marginalmente en el comercio exterior de México. De hecho, estados como Baja California Sur, Colima, Durango, Nayarit o Zacatecas, y los del sur-sureste como Chiapas, Guerrero, Michoacán, Oaxaca o Quintana Roo, han podido aprovechar de manera limitada las oportunidades que brinda la red de 11 tratados de libre comercio con 46 países y los Acuerdos de Complementación Económica que México ha negociado al amparo de la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI).
El Programa Regional de Desarrollo del Sur-Sureste 2014-2018 señala que esta región (Campeche, Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz y Yucatán) cuenta con pocos motores económicos, lo que ha resultado en condiciones de rezago social y carencia. Ahí se concentra la mayor parte de la población en condiciones de pobreza con poco acceso a servicios de salud, vivienda o infraestructura, y con bajos ingresos y niveles de escolaridad. Siete de las nueve entidades de la región se ubican dentro de las diez con mayor rezago social a nivel nacional y, de los 125 municipios del país con menor Índice de Desarrollo Humano (IDH), 123 se encuentran en esta región. Asimismo, el sur-sureste tiene una baja participación en el PIB nacional (22%), la actividad económica no genera suficientes empleos y, según el IMSS, el número de empleos formales de la región representa 16% del total nacional. Estos estados realizan exportaciones agropecuarias de productos como plátano o café, pero en la mayoría de los casos no están procesados, por lo que su valor agregado es marginal y el beneficio para la entidad es menor al que pueden generar manufacturas o productos alimenticios procesados.
Un factor adicional a considerar para propiciar la participación de más estados en el comercio exterior de México es el tipo de infraestructura de transporte y logística con el que cuenta cada entidad federativa para poder exportar. Las significativas disparidades regionales en conectividad e infraestructura entre el norte y el centro del país también han sido un factor en la capacidad de distintas regiones para atraer inversión productiva que les permita integrarse a los sectores vinculados a la producción global y al comercio exterior.
Las exportaciones del país, en su mayoría, se realizan por tierra (carretera y ferrocarril), en tanto que las importaciones utilizan medios terrestres o marítimos. Alrededor de 75% de las exportaciones mexicanas que van a Estados Unidos se realizan por carretera y pasan por pasos fronterizos ubicados en Texas y Tamaulipas (Laredo / Nuevo Laredo); Texas y Chihuahua (El Paso / Ciudad Juárez); Arizona y Sonora (Nogales / Nogales); California y Baja California (San Diego / Tijuana). El mapa de carreteras, ferrocarriles y puertos de México muestra la mayor concentración en el desarrollo de esta infraestructura en los estados del norte y centro del país, en tanto que los del sur cuentan con una conectividad mucho más limitada. Este mapa también explica la dificultad para diversificar exportaciones más allá del mercado de nuestro vecino del norte. Los estados que han exportado más al mercado norteamericano y han aprovechado las oportunidades que les ha brindado el TLCAN han sido los del norte y centro del país, que a su vez son los que se han beneficiado de una mejor infraestructura carretera y ferroviaria. Ello les ha permitido estar mejor conectados a su mercado de exportación: Estados Unidos. (Ver mapa 3.)
Para los estados del sur-sureste, con mayores rezagos en pobreza, desigualdad y competitividad ha sido muy difícil encontrar la forma de aprovechar las oportunidades que se abrieron con la negociación de los TLC y ACE; entre otras cosas, porque no cuentan con las vías de acceso o la red de carreteras para poder enviar su limitada oferta exportable. En el sur, la ruta de Ferrocarriles del Sureste (Ferrosur) tiene menos de la mitad del tráfico de las dos rutas del norte. Ferrocarriles Chiapas-Mayab S.A. de C.V. (FCCM), que conecta Yucatán, Tabasco, Campeche, Chiapas, Oaxaca y Veracruz representa solo una décima parte del volumen de tráfico que tienen las empresas del norte.
Para atender los rezagos económicos y sociales en los estados del sur, recientemente, el presidente Enrique Peña Nieto propuso crear tres zonas económicas especiales (ZEE) —el Corredor industrial interoceánico (el istmo), Puerto Chiapas y el puerto de Lázaro Cárdenas, en Michoacán. A través de estas ZEE se podría aplicar un marco regulatorio para ofrecer incentivos que faciliten el comercio exterior y favorezcan la atracción de inversiones. La propuesta se inspira en las ZEE que operan en Asia, particularmente en China, donde estas lograron atraer montos impresionantes de ied, lo cual les permitió convertirse en el principal exportador de manufacturas a nivel mundial. La ied pasó de un flujo promedio anual de mil 200 mdd en 1983 a 34 mil mdd en 1995. Entre 1979 y 1990, China captó 40% del total de la ied dirigida a países en desarrollo. Esta inversión fue el sustento del boom que llevó a que las exportaciones chinas alcanzaran los 158 mil mdd en 1996 (casi 3% de las exportaciones mundiales), en comparación con los 9 mil 800 mdd de 1978 (0.3% del total mundial) y que en su mayoría están conformadas por productos manufacturados (50% en 1978).
El gran pendiente de la política comercial es que el comercio exterior de México derrame sus beneficios de una manera más amplia a todas las regiones del país. La propuesta de crear estas ZEE en el sur podría llegar a constituirse en un instrumento que permita a los estados de esta región integrarse a las cadenas de producción global y a los flujos de comercio internacional. La experiencia internacional muestra que las ZEE pueden ser un detonador de desarrollo siempre y cuando se cuente con una visión a largo plazo con reglas claras y transparentes que ofrezcan certidumbre a los inversionistas, el liderazgo del Gobierno y la participación del sector privado.
Uno de los puntos débiles de la política comercial ha sido precisamente la falta de articulación entre las oportunidades que ofrece el mercado externo con las capacidades productivas nacionales y las vocaciones productivas de cada estado. El reto de la política comercial mexicana es el desarrollo de una oferta exportable que abra más opciones para que más empresas, sectores, estados y regiones participen de manera directa e indirecta en el mercado mundial. Sin esa integración, los beneficios de la liberalización y el acceso a mercados en condiciones preferenciales seguirán concentrados en unos cuantos, con el riesgo de que las brechas de crecimiento y desarrollo económico se sigan acentuando.
Es preciso integrar al resto de las entidades federativas que, a más de tres décadas de la apertura de la economía, aún no encuentran el camino para vincularse con los mercados mundiales ni la forma de aprovechar las ventajas del andamiaje institucional que México ha creado para hacer de nuestro país el principal actor en el comercio de Latinoamérica y el 10º exportador en el mundo.
______________
1 Se considera a los 28 países de la Unión Europea (UE) como un actor en el comercio internacional. Si se considera a los países de la ue de manera individual, entonces sería el 15º exportador y 14º importador a nivel mundial.
2 OMC, Perfiles Comerciales: Estadísticas Comerciales, México. Disponible en: stat.wto.org/CountryProfile/WSDBCountryPFView.aspx?Language=E&Country=MX
3 Instituto Nacional de Estadística y Geografía, Balanza comercial de mercancías de México: Información revisada, enero de 2015, Inegi, México, p. 8.
4 Estimaciones de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD, por sus siglas en inglés) señalan que aproximadamente 80% de las exportaciones mundiales de bienes y servicios (medidas en valor bruto) se explica por el comercio en cadenas de valor, asociado a la participación de empresas multinacionales (unctad, 2013).
5 Instituto Nacional de Estadística y Geografía, Balanza comercial de mercancías de México: Información revisada, enero 2015, Inegi, México, p. 13.
6 ProMéxico, Industria electrónica. Disponible en: mim.promexico.gob.mx/work/sites/mim/resources/LocalContent/290/2/141216_DS_Electronico_ES.pdf
7 ProMéxico, “Sector de electrodomésticos en México”. Disponible en: mim.promexico.gob.mx/wb/mim/elect_perfil_del_sector_1
8 IMCO, Índice de Competitividad Estatal 2014. Las reformas y los estados: La responsabilidad de las entidades en el éxito de los cambios estructurales. Disponible en: imco.org.mx/indices/documentos/2014_ICE_Presentacion_Las_reformas_y_los_estados.pdf
9 Estos son el TLCAN con Estados Unidos y Canadá, el tlcuem con la Unión Europea (28 Estados Miembro), el TLCAELC con el Área Europea de Libre Comercio (Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza), el TLC México-Israel, el TLC México-Japón, el TLC México Único con Centroamérica (Costa Rica, Guatemala, Honduras, Nicaragua y El Salvador), el TLC México-Chile, el TLC México-Colombia, el TLC México-Perú, el TLC México-Panamá y el TLC México-Uruguay.
10 México cuenta con Acuerdos de Complementación Económica con Argentina (ACE 6), Bolivia (ACE 66), Brasil (ACE 53), Cuba (ACE 51) y con el mercosur (ACE 54 y 55). A través de ellos ofrece y recibe preferencias arancelarias para un universo de productos en su comercio con estos países. Asimismo, cuenta con Acuerdos de Alcance Parcial con Ecuador y Paraguay. (ALADI, Acuerdos Comerciales. Disponible en: www.aladi.org/nsfaladi/textacdos.nsf/vpaisesR/mexico).
11 Diario Oficial de la Federación, 30 de abril de 2014.
12 Julián Eduardo Bahamón Rojas, “Análisis del proceso de transformación de la política china, a través del modelo de apertura económica”, Universidad Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, Facultad de Relaciones Internacionales, Bogotá, D.C., 2012, p. 42. Disponible en: repository.urosario.edu.co/bitstream/handle/ 10336/3836/80105196-2012.pdf?sequence=6