Edición 18
Indudablemente el acuerdo alcanzado entre México, Estados Unidos y Canadá para actualizar su normativa comercial (el T-MEC, Tratado Comercial entre México, Estados Unidos y Canadá; en inglés, USMCA) representa un gran triunfo. Especialmente si se toman en cuenta los cuestionamientos que el actual presidente de Estados Unidos, Donald Trump, formuló a los beneficios del acuerdo comercial desde su campaña electoral, así como la complejidad de las negociaciones.
Más allá de celebrar esta victoria frente a las fuerzas proteccionistas del vecino del norte (que pugnaban por la terminación del TLCAN), es necesario aprender de la experiencia para evitar que la concentración de comercio exterior amenace el futuro económico de México. El objetivo de expandir y diversificar los vínculos económicos y comerciales del país, en particular con las economías de Asia-Pacífico, cobra toda su actualidad y se vuelve un imperativo.
Mientras se encara el nuevo y complicado reto que implica la aprobación del T-MEC por parte de las autoridades legislativas de los tres países, los representantes de las 11 naciones que integran el Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (CPTPP, por sus siglas en inglés) se reunieron el pasado 19 de enero para celebrar la Primera Comisión del Tratado.[1] Aunque en México pasó desapercibida (nuestra presencia se limitó a enviar un jefe de Unidad [2]), la reunión es relevante por las oportunidades de diversificación que brinda a las exportaciones mexicanas, y la expectativa de que este instrumento favorezca una mejor integración del país a las cadenas globales de valor. Como es bien sabido, en enero de 2017, Trump decidió retirar a Estados Unidos del Tratado de Asociación Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés), con el argumento de que éste podía tener un impacto negativo en el empleo de dicho país. El CPTPP es el resultado del esfuerzo, liderado por Japón y en el que México jugó un papel vital,[3] por rescatar el TPP y buscar materializar sus beneficios, enviar una señal fuerte en apoyo al libre comercio y reforzar los principios de un sistema mundial de comercio abierto, inclusivo y reglamentado.
UN ACUERDO VASTO CON GRAN POTENCIAL DE EXPANSIÓN
Aunque jurídicamente son acuerdos distintos, el CPTPP conserva más de mil disposiciones de su predecesor, el TPP.[4] Los 11 países que integran el acuerdo, convinieron suspender 22 disposiciones (la mayoría relativas a la propiedad intelectual, incluidas en el tratado original a solicitud de Estados Unidos, que buscaba proteger las posiciones de sus grupos de interés [stakeholders]), así como renegociar ciertas cláusulas, como las relativas a la entrada en vigor, la adhesión de nuevos miembros y la revisión del tratado. En otras palabras, el CPTPP incorpora el contenido del TPP, es decir, los 30 capítulos del tratado original (salvo las 22 disposiciones que fueron suspendidas para evitar que Estados Unidos se convirtiera en free-rider) y quedaron intactas las listas de compromisos de acceso a los mercados de los 11 países.
Según lo manifestaron sus representantes en esa Primera Comisión, el tratado establece un conjunto de “normas balanceadas y de alto nivel aptas para el siglo XXI”.[5]Estas normas cubren áreas que van desde el tradicional acceso a los mercados de bienes y servicios hasta el comercio electrónico, la promoción de las pymes, la competitividad, la coherencia regulatoria, los derechos laborales, el medio ambiente, etcétera. De ahí el calificativo de “integral y progresista”: es un tratado que busca mantenerse al día y tiene el potencial de atraer a un mayor número de participantes.
En el marco de la primera reunión de la Comisión, tras la entrada en vigor del tratado el 30 de diciembre de 2018,[6] las partes se comprometieron a instrumentarlo cabalmente y reiteraron la firme determinación de promover su expansión. Con este fin, adoptaron lineamientos para la adhesión de nuevos miembros de cualquier parte del mundo (y no solo de Asia-Pacífico), siempre y cuando cumplan con los altos estándares del tratado.[7]
Así, el CPTPP busca atraer a otras economías pujantes —sobre todo, pero no exclusivamente, de la región Asia-Pacífico— y convertirse en un modelo internacional para la negociación de acuerdos comerciales de nueva generación[8] y plataforma para ampliar la integración de los países de la Cuenca del Pacífico.
RELEVANCIA DE LA REGIÓN ASIA-PACÍFICO Y OPORTUNIDADES QUE ABRE EL CPTPP PARA MÉXICO
La región de Asia del Pacífico, una de las más dinámicas del planeta, tiene potencial para convertirse en el epicentro mundial del crecimiento económico y del consumo,[9] por lo que representa una ventana de oportunidades a nivel económico y comercial.
El comercio exterior de México con los países de Asia del Pacífico es relativamente limitado.[10] No obstante, en los últimos 10 años (de 2008 a 2017) ha mostrado un buen desempeño al crecer a un ritmo anual promedio de 8%.[11 ]Las exportaciones del México a esta región se incrementaron 178.54%, a un ritmo anual de 11% en promedio, tres puntos porcentuales más que con el resto de las regiones[12](al pasar de 7,795.0 a 21,711.9 millones de dólares). Durante el mismo lapso, las importaciones se incrementaron 71.27% (de 84,897.9 a 145,402.6 millones de dólares).[13](Ver la Gráfica 1)
La composición de las importaciones provenientes de esta región ha transitado de bienes de consumo a bienes intermedios, que en gran parte son utilizados como insumos en la producción de manufacturas para exportación (en sectores diversos como el automotor, el eléctrico y el electrónico), lo cual denota una creciente inserción del país a las cadenas globales de valor. Las exportaciones han estado compuestas cada vez más por máquinas, aparatos y material electrónico y sus partes, combustibles minerales, y material y mobiliario médico.
En su conjunto, los países del CPTPP representan:
El tratado crea así el tercer bloque comercial más importante del mundo, con miembros que realizan 15% de las importaciones globales de bienes y casi 13% de las de servicios (14.3% de las importaciones globales de bienes y servicios combinados), aportan el 17.5% de la IED a nivel global y reciben el 12.7% de esta misma fuente de recursos.
La participación de México en el CPTPP se puede aprovechar para avanzar en la apremiante diversificación comercial, atraer inversiones e integrarnos productivamente con esta región. El tratado permite al país, entre otras cosas:
1) Tener condiciones preferenciales de acceso a seis nuevos mercados: Australia, Brunéi Darussalam, Malasia, Nueva Zelanda, Singapur y Vietnam, con lo que amplía su red de TLC (que ahora suman 13) y su acceso preferencial (a 52 países);
2) Ampliar el acceso al mercado de Japón, dado que se mejoran los términos establecidos en el Acuerdo de Asociación Estratégica México-Japón (AAEMJ)[14];
3) Consolidar preferencias comerciales con socios estratégicos, como Chile, Perú y Canadá (países con los que México ya tiene TLC);
4) Contar con una plataforma que permita el acceso en condiciones preferenciales a otros mercados de la región Asia Pacífico que puedan incorporarse al CPTPP.
Grosso modo, en la negociación, México obtuvo la liberalización inmediata de, en promedio, 90% de las líneas arancelarias de los otros 10 países adheridos al tratado; 9% de ellas será liberalizado en el mediano y largo plazos (5-15 años) y 1% corresponde a concesiones de liberalización parciales. En contrapartida, el país concedió la liberalización inmediata de 77%, en promedio, de sus líneas arancelarias; 3% se liberalizará en el corto plazo (5 años) y 19% en el largo plazo (10-15 años); hay 1% de concesiones parciales (en forma de cuotas).[15]
El CPTPP abre nuevos mercados a México, en los que el sector agroalimentario será el más beneficiado (ver la Tabla 1).[16] Abre también oportunidades de proveeduría para el sector productivo mexicano en, y desde, Asia del Pacífico (y los principales países de Oceanía: Australia y Nueva Zelanda, que tienen un alto poder adquisitivo).
¿Y EL SECTOR AUTOMOTOR?
El CPTPP brindará también nuevas oportunidades de acceso a los mercados y de negocios para el sector de vehículos ligeros y autopartes (junto con otros sectores industriales, incluyendo el eléctrico, el electrónico, el de dispositivos médicos, el de maquinaria y equipo, el químico, el aeroespacial, el metalmecánico y el siderúrgico, entre otros).
Según datos de la SE, en 2017, el comercio exterior de autos ligeros del país con los otros países del CPTPP sumó 6,163 millones de dólares (8.2% del comercio total de la industria); de ellos, 4 mil millones correspondieron a exportaciones y 2 mil millones a importaciones. El comercio de autos pesados alcanzó los 712 millones de dólares (7.1% del comercio de la industria) y casi en su totalidad correspondió a exportaciones.[17]
La industria automotriz mexicana tiene así el mayor porcentaje de las exportaciones del país a la zona CPTPP. México es una potencia productora y exportadora a nivel global y, entre los 11 países que conforman el Tratado, solo es superado por Japón.[18]
En el marco del CPTPP, los países parte eliminarán sus aranceles, tal como quedó pactado en la negociación del TPP original. México gana acceso en los siguientes términos: Chile eliminará los aranceles de 99.6% de sus productos a la entrada en vigor del tratado, y del 0.4% restante, en un plazo de ocho años. Perú dará acceso inmediato a 96.2% de los productos, y el otro 3.8% se desgravará en plazos de 6 y 11 años.[19] Japón abrirá inmediatamente el 97.8% de los bienes; el 2.2% restante quedará libre al año.[20] Se logra acceso inmediato, libre de arancel, a nuevos mercados como Singapur. Vietnam y Malasia eliminarán completamente sus aranceles de importación en un plazo máximo de 13 años, mientras que Brunéi Darussalam y Nueva Zelanda abrirán más de 82% de los productos a la entrada en vigor del tratado, y tendrán plazos de desgravación máximos de siete años. Finalmente, Australia dará acceso inmediato a 68.5% de los bienes, y desgravará el 31.5% restante a lo largo de tres años.[21]
Obviamente, México también deberá eliminar sus aranceles de importación: para el 80.7% del sector, en el momento de la entrada en vigor; para el 2.6%, en cinco años; para el 8.5%, en 10 años, y para el restante 8.2%, en reducciones parciales (tratamiento especial otorgado a Japón). El tratado, por lo tanto, generará mayor competencia. Sin embargo, dada nuestra dependencia del mercado de Norteamérica (86% de las exportaciones mexicanas de vehículos van para Estados Unidos y Canadá), que puso a la industria en una situación de vulnerabilidad durante la negociación del T-MEC, el CPTPP es una oportunidad para atender otros mercados.
El mercado de Singapur representa un comercio potencial en el sector automotor de 5,600 millones de dólares anuales. Australia, un país de apenas 24 millones de habitantes, requirió 1.1 millones de autos nuevos en 2015, apenas 200 mil menos que México ese mismo año, cuando el nuestro es un mercado de 100 millones de personas más.[22]
En 2017, Australia fue el segundo importador de autos ligeros en el CPTPP (hizo 21% de las importaciones de la zona), solo superado por Canadá (37.6%);[23] y es el tercer importador de vehículos pesados (10.4%), precedido por Canadá (38.5%) y Vietnam (12.5%), y seguido por Chile (9.7%).[24] Así, Australia (al igual que Nueva Zelanda) ofrece importantes oportunidades de mercado para vehículos, en particular ligeros, aunque también para autopartes y refacciones. Si se analiza el acceso a los mercados por subsector, la situación es la que muestran las tablas 2, 3 y 4.
Por su parte, México eliminará los aranceles de importación para todos los vehículos ligeros cuando entre en vigor el CPTPP. En el caso de los vehículos pesados, lo hará de manera inmediata para casi todos los países que forman parte del tratado. La única excepción es Japón, caso en el que se obliga a desgravar inmediatamente el 13% de los productos; para el 87% restante, se otorgará una reducción parcial equivalente a 75% del arancel base, en un plazo de 10 años. En autopartes, la eliminación inmediata cubrirá el 86.8%, mientras que el 13.2% restante se desgravará en plazos de 5 y 10 años.
Para obtener el beneficio arancelario definido, los productos deberán cumplir con los requisitos de producción o elaboración establecidos en las reglas de origen que les corresponden. El requisito de contenido de valor regional para vehículos de motor es de 45% del costo de fabricación del bien, mientras que para autopartes ronda entre 35 y 45 por ciento.
Si bien algunas voces han mostrado preocupación por la competencia que el CPTPP podría significar para la industria,[25] también deben considerarse las oportunidades de diversificación de exportaciones y negocios que ya hemos mencionado. El CPTPP también dispone la eliminación de los obstáculos técnicos al comercio, además de que favorece la transparencia y la coherencia regulatoria en el sector. Incluye, asimismo, una salvaguardia transicional que asegura la protección del sector en la eventualidad de un fuerte incremento de las importaciones.
Las armadoras en los países competidores que son parte del CPTPP no necesariamente se limitarán a buscar comercializar sus vehículos en México. Querrán también invertir en el país, tanto en plantas como en infraestructura y redes de distribución. En cualquier caso, la industria automotriz mexicana tendrá incentivos para continuar impulsando la innovación y la ingeniería, así como la aglomeración de empresas,[26] con el propósito de optimizar los procesos logísticos, aduaneros, de almacenamiento y de distribución. Podrá así fortalecerse, para hacer frente a la competencia y continuar siendo “la joya de la corona” del sector exportador y empleador de México.
[1] El CPTPP se firmó el 8 de marzo de 2018, en Santiago de Chile, en un entorno internacional marcado por el aumento del proteccionismo y el resurgimiento del unilateralismo en algunas naciones (notablemente, Estados Unidos). Forman parte de este acuerdo Australia, Brunéi Darussalam, Canadá, Chile, Estados Unidos, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam que en conjunto representan 14% de la economía global.
[2] Secretaría de Economía, “Concluye la Primera Reunión de la Comisión del Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico, 19 de enero de 2019 en
[3] La participación de México en la negociación del CPTPP adquirió una importancia estratégica, dada la incertidumbre durante la renegociación del TLCAN. Mientras Canadá dudó y causó problemas que pusieron en riesgo el tratado (ver “Aplazan relanzamiento del TPP”, Reforma, 11 de noviembre de 2017), México, de la mano de Japón, jugó un papel de liderazgo que permitió concluir las negociaciones exitosamente e incluir a Canadá en el acuerdo.
[4] Los textos completos del TPP y el CPTPP se pueden consultar en .
[5] 5Comprehensive and Progressive Agreement for Trans-Pacific Partnership, Ministerial Statement, Tokio, Japón, enero 19, 2019 en
[6] Los países parte acordaron que el Tratado entraría en vigor 60 días después de que al menos seis de ellos, o el 50% de los signatarios, notificaran por escrito la ratificación. México fue el primer país en notificar su ratificación, que ocurrió el 24 de abril de 2018. Posteriormente, Japón, Singapur, Nueva Zelanda, Canadá y Australia ratificaron. Vietnam fue el séptimo país en notificar su ratificación, el 15 de noviembre de 2018, por lo que la entrada en vigor del tratado para este país tuvo lugar 60 días después de esa fecha, es decir, el 15 de enero de 2019. La misma fórmula valdrá para los cuatro países pendientes.
[7] A diferencia de la del TPP, la cláusula de adhesión del CPTPP no restringe la posible entrada de nuevos participantes a las economías del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) solamente. Aunque no se han recibido aún postulaciones, diversas economías han manifestado interés, como Tailandia, Corea del Sur, Indonesia y Reino Unido.
[8] De hecho, diversas disciplinas del CPTPP sirvieron de base para las negociaciones de otros acuerdos, como el TLC entre Canadá y la Unión Europea (mejor conocido como el CETA, por sus siglas en inglés), e incluso el T-MEC.
[9] Se estima que, de 2017 a 2021, el crecimiento promedio del PIB (real) de Asia del Pacífico será de 4.8%, superior a los de América Latina y el Caribe (2.1%), Norteamérica (4%) y la Unión Europea (1.7%). Fondo Monetario Internacional, World Economic Outlook, octubre de 2017.
[10] El comercio exterior de México sigue concentrado en la región de América del Norte. En 2017 abarcó 65.4% del comercio total de México con el mundo y 83% de sus exportaciones.
[11] Datos del Banco de México.
[12] De acuerdo con el Banco de México (2018), este porcentaje incluye las economías de Asia oriental, el Sudeste Asiático y Oceanía.
[13] Secretaría de Economía, 2018.
[14] Hasta la entrada en vigor del CPTPP, Japón era el único país asiático con el que México tenía un TLC. El AAEMJ entró en vigor en 2005; desde entonces, el comercio entre ambos países ha crecido 52.76%, a una tasa promedio de 5%. Actualmente, Japón es el cuarto socio comercial de México (después de Estados Unidos, Canadá y China) y el segundo de la región asiática.
[15] Para conocer los términos de acceso a los mercados que logró negociar México bajo este tratado, consulte el “Capitulado completo del Tratado de Asociación Transpacífico” . Vea también Roberto Zapata, “El Tratado de Asociación Transpacífico”, en 40 años de política exterior de México, Secretaría de Economía, México, 2018.
[16] Bajo el CPTPP, se asegura además la protección de más de una decena de indicaciones geográficas, para bebidas mexicanas tales como tequila, mezcal, bacanora, charanda y sotol, además de otros productos, como el café de Chiapas y de Veracruz, la vainilla de Papantla, el mango ataúlfo, la talavera de Puebla, el chile de Yucatán, el arroz de Morelos, entre otros.
[17] Ese año, el comercio exterior mexicano de autopartes con la zona sumó 5,735 millones de dólares (7.4% del comercio de la industria); de ellos en números redondos, 2,200 millones fueron exportaciones y 3,600 millones de importaciones.
[18] En 2017, Japón ocupó el tercer lugar entre los 15 principales exportadores de autopartes, con 34,500 millones de dólares (nueve por ciento de las exportaciones globales). México ocupó el quinto lugar, con 26,900 millones de dólares (siete por ciento)
[19] Cabe mencionar que, dentro de la Alianza del Pacífico, Chile y Perú ya eximen a México de aranceles, desde el primero de mayo de 2016.
[20] México ya estaba libre de aranceles con Japón, gracias al tratado bilateral (AAE).
[21] Secretaría de Economía .
[22] No sin razón, cuando Donald Trump amenazó con retirar a Estados Unidos del TPP, el presidente de la Industria Nacional de Autopartes, Óscar Albín, declaró que “si el TPP no prospera, la industria está interesada en un acuerdo de libre comercio con Australia”. “El sector automotriz buscará un acuerdo con Australia si fracasa el TPP”, Expansión, 15 de noviembre de 2016 .
[23] México es el tercer importador de autos ligeros del CPTPP (con 12%) y Japón el cuarto (10.9%).
[24] En materia de autopartes, en 2017, México fue el primer importador en la zona CPTPP (35.1%), Canadá (30.1%) y Japón el segundo (17.4%).
[25] “CPTPP, ¿un riesgo para la industria automotriz mexicana?”, idcOnline, 30 de abril de 2018 .
[26] Ejemplos de ello son el clúster automotor de Aguascalientes, de Puebla, Tlaxcala e Hidalgo, el del Bajío y el clúster de Nuevo León.