Las empresas de Aguascalientes, como la mayoría en el país y a nivel internacional, resintieron los efectos negativos de las medidas aplicadas por las autoridades sanitarias para contener la propagación del virus SARS-CoV-2.1 El Centro de Investigación en Matemáticas, Unidad de Aguascalientes, se propuso levantar una encuesta para identificar con mayor precisión las afectaciones experimentadas por las empresas en esta coyuntura y las medidas aplicadas para enfrentarlas. La finalidad última es generar información que soporte la toma de decisiones de los gobiernos estatal y municipales, así como de empresas y organizaciones. Los principales resultados se resumen en este texto.2
Los escenarios más optimistas señalaban que una vez que se regresara a la “normalidad”, la reactivación de la economía y recuperación del empleo tomaría la forma de una V. Sin embargo, a dos meses y medio de la gradual apertura de la actividad económica, las cifras oficiales —cuando menos del empleo formal— indican que esta recuperación tiene una forma de U, como indica el caso de Aguascalientes. De marzo a junio, solo tomando las cifras del IMSS, hubo una reducción de 14,376 trabajadores asegurados en el estado. Para septiembre, la cifra fue de 10,075, es decir, hubo una recuperación de 4,301 empleos en tres meses. No obstante, la pandemia continúa y el número de defunciones y de personas contagiadas por el virus se incrementa. Por ello, ante una crisis económica, los gobiernos, las empresas y la sociedad en su conjunto enfrentan el dilema de priorizar entre las medidas para preservar la salud y aquellas relacionadas con las necesidades de empleo y la sobrevivencia empresarial.
DISEÑO Y LEVANTAMIENTO DE LA ENCUESTA
El CIMAT diseñó la encuesta y utilizó para su levantamiento la herramienta de acceso libre Google Formulario. Con la información de los directorios proporcionados por las organizaciones empresariales o con su intermediación se hizo llegar el cuestionario a las empresas de la entidad. Si bien se buscó cubrir los once municipios, se puso especial atención en el de Aguascalientes, donde se asienta el 75.1% del total de empresas del estado según el Directorio Estadístico Nacional de Unidades Económicas (DENUE-INEGI). Se procuró, además, contar con una muestra suficientemente representativa tanto del tamaño de las empresas como de las actividades productivas de la entidad. La encuesta se aplicó del 31 de julio al 13 de agosto de 2020, para entonces las empresas habían pasado meses en paro parcial o total de actividades y contaban con información sobre los efectos y las medidas frente a la pandemia.
Debido a las restricciones impuestas por la emergencia sanitaria, el estudio utilizó una encuesta con un cuestionario electrónico de tipo autoadministrado con un total de 164 campos de información y al cual respondieron 189 empresas. Dado que la aplicación no siguió un esquema de muestreo de tipo probabilístico, se realizó una post-estratificación, ajustando los valores poblacionales a los valores reportados por el DENUE en los cruces de las variables por tamaño de empresa y sector económico. Posteriormente, se realizó una calibración utilizando las técnicas desarrolladas por Deming3 para obtener las estimaciones marginales de las variables. Esto permitió expandir cualquier variable del cuestionario a valores poblacionales y, de esta manera, poder contar con estimaciones de las variables de interés a nivel municipal, sobre todo en el municipio de Aguascalientes.
PRINCIPALES IMPACTOS
Del total de las empresas en la entidad, el 54% son microempresas (de 1 a 10 empleados), el 26.5% pequeñas, el 12.2% medianas y el 7.4% grandes. Con base en la información recogida por la encuesta, llama la atención que, para el mes de julio, una tercera parte de las empresas (31.2%) desconocía si estaba catalogada como de “bienes y servicios esenciales”, mientras que el 31.5% contestó “sí” y el 37.7%, “no”. En general, las principales afectaciones que las empresas manifestaron fueron, en primer lugar, caída de la demanda (37.5%), problemas de liquidez para cubrir gastos de operación (31.3%) y no pago a proveedores (17.5%). Comparando los ingresos del primer semestre de 2019 con el de 2020, 86,7% de las empresas (equivalente a 39,545 empresas con base en los parámetros de expansión de la encuesta) reportaron un decremento en sus ventas, mientras que 8.0% mantuvo el mismo nivel y solo 5.3% las incrementó. Dentro de las empresas que redujeron sus ingresos, 19.2% señaló haber tenido una caída entre 80 y el 100 por ciento, el 19.6% del orden de entre 41 y 60 por ciento; otro 22.2% dijo haber reducido sus ingresos en un rango de 41 y 60 por ciento. Además, las expectativas no son tan optimistas para todos: solo 48.5% de las empresas (22,100) esperaba incrementar sus ventas durante el segundo semestre del 2020.
La reducción del empleo fue la primera afectación en cuanto a recursos humanos. De igual manera, comparando el primer semestre de 2019 con el 2020, las más afectadas fueron las pequeñas empresas, al reducir el empleo en 36.6%, las microempresas tuvieron una disminución del 20.0%, las grandes del 15.2% y las medias un 11.7% menos. Sectorialmente, las empresas de la construcción fueron las más afectadas, en promedio siete empleos menos por empresa, seguidas de las prestadoras de servicios a empresas y hogares con tres empleos menos en promedio. El 17.1% de las empresas señaló que se ha tenido que “descansar” al personal con reducción salarial; mientras que un 10.8% optó por este “descanso”, pero con goce de sueldo. El 10.1% implementó el trabajo en casa y solo el 8.3% afirmó no haber tenido ningún efecto en las condiciones de empleo.
En cuanto al abasto, el principal problema fue el incremento de precios de insumos para la operación (34.6%) y de los precios de los insumos para cumplir con los protocolos sanitarios, así como el cierre de empresas proveedoras (17.8%). En el caso de las empresas constructoras, su principal afectación fue que el cierre de las oficinas del gobierno les impidió realizar los trámites correspondientes para iniciar obras y construcciones.
Al decretarse el paro de actividades, el 24.2% tuvo un cierre parcial, el 21.5% redujo el horario de trabajo, el 20.8% implementó trabajo en casa y el 7.4% hizo cambios de horarios. No obstante, el porcentaje del cierre total de la empresa fue de 14.6% lo cual, bajo los parámetros de expansión de la encuesta, representa 10,941 empresas.
LA RESPUESTA DE LAS EMPRESAS
Las nuevas condiciones impuestas por la emergencia sanitaria implican importantes cambios en las empresas, muchos de ellos inéditos y simultáneos. La encuesta consideró preguntas sobre las medidas que han tomado las empresas en distintos ámbitos. Respecto a ventas, el 65.0% de las empresas (29,616) señaló haberse anunciado en medios digitales. La segunda respuesta más común: seis de cada diez empresas atendieron a sus clientes a través de medios digitales. La tercera medida más recurrente fue la diversificación de oferta de productos y servicios, mencionada por el 17.9% de las empresas (21,213). La entrega a domicilio fue señalada por el 12.7% de las empresas (15,008). Desde luego, aquellas empresas que contaban con experiencia, equipo y personal capacitado para el uso de las tecnologías de la información tuvieron ventaja para hacer frente y adaptarse a la situación de emergencia.
En cuanto a la operación en general de la empresa, las respuestas fueron las siguientes. En primer lugar, el 32.8% refirió el uso de herramientas estrategias digitales para posicionarse o mantenerse en el mercado; el 23.4% mencionó llevar acciones para elevar la eficiencia de sus recursos económicos y humanos, el 11.0% aprovechó la contingencia para incorporar nuevos productos y servicios relacionados con la emergencia sanitaria, el 8.7% buscó nuevos modelos de negocios (franquicias, maquila, asociación, entre otros), el 7.8% efectuó rotación y cambios de turnos, el 7.2% realizó cambios de horarios y solo el 2.8% contestó no haber realizado ninguna acción.
En cuanto a las medidas alrededor de la operación financiera de las empresas, se encontró que la principal acción fue la reducción del gasto operativo, señalado por el equivalente a 31,861 empresas, la segunda más común fue buscar nuevos mercados (16.1%), la tercera fue la contratación de nuevos créditos y financiamientos (10.5%). Hubo otras acciones menos frecuentes, como la negociación con proveedores (8.6%), la negociación con acreedores (6.6%), la suspensión de compra de activos (6.0%), la búsqueda de alianzas con nuevos socios (5.4%) y la suspensión de ampliaciones (4.7%); solo el 10.6% declaró haber solicitado apoyos del gobierno. Para el periodo en que se levantó la encuesta, el 70.0% de las empresas manifestó no haber recibido apoyo de ningún tipo; el 7.7% recibió apoyos del programa de Incentivos Empresariales (SIFIA), el 5.5% del programa de Apoyo a la Palabra, el 4.3% del programa municipal de Apoyos a los Empresarios y sus Trabajadores ante la Emergencia Sanitaria COVID-19, el 3.3% del programa de proyectos productivos MIPYMES y Emprendedores, y el 2.6% de programa de apoyo a mujeres empresarias.
LA NUEVA NORMALIDAD: ENTRE LA INCERTIDUMBRE Y LOS (DES)ACUERDOS
Así como sucedió con las interpretaciones por parte de las entidades y municipios sobre las actividades esenciales y no esenciales, de la misma manera está sucediendo con la implementación de los lineamientos técnicos para la reapertura de las actividades económicas4, donde hay diferentes criterios, no solo entre la federación y los gobiernos estatales, sino también entre estos y los gobiernos municipales.
Aunque al 20 de octubre el sistema de semáforo en la entidad se encuentra en color naranja —lo cual implica que las actividades laborales consideradas esenciales y las actividades no esenciales deberán operar de manera reducida—, el gobierno estatal descartó la posibilidad de un nuevo aislamiento como consecuencia de la advertencia que hiciera la Secretaría de Salud5. El caso del subsector de equipo de transporte, en la industria automotriz, es un buen ejemplo de la modificación de criterios en cuanto a las actividades consideradas esenciales y de las discrepancias entre la federación y el estado. Para Aguascalientes, este sector es importante ya que, de acuerdo al último Censo Económico el 2018, en el estado existen 100 empresas automotrices que generan 47,760 puestos de trabajo directos, los cuales representan el 12.8% del total del empleo, aportan el 58.8% de la producción bruta y el 45.8% del valor agregado de la economía estatal. Esto sin considerar la red de proveedores en otras ramas y sectores de actividad ligados a esta industria, así como su efecto multiplicador en términos de derrama económica a través del consumo. Mantener a estas industrias en paro generalizado implica prácticamente reducir la mitad de la actividad económica con sus respectivas consecuencias laborales y sociales.6 Por otro lado, mantenerlas abiertas significa un riesgo latente de propagación del virus y de control sanitario, de ahí que mantener un equilibrio entre ambas situaciones resulte un tema complejo y difícil de lograr. Además, hay que agregar las discrepancias en cuanto al nivel de apertura de la actividad económica entre el gobierno estatal y los municipios, ya que estos tienen la competencia de regular otros giros como restaurantes, espacios públicos, comercio al menudeo, entre otros, y tienen criterios distintos sobre mantenerlos abiertos o cerrados.
La incertidumbre de cuánto tiempo más durará la pandemia resulta preocupante para la reactivación económica, debido a que continúa creciendo el número de defunciones y pacientes infectados tanto en el estado como en el país, aunque de manera desigual por región y estado. A nivel internacional está dándose el fenómeno de rebrote de contagios, en gran medida por la imposibilidad de mantener estrictos criterios sobre el aislamiento y paro laboral.
CONCLUSIONES
La información obtenida a través de la encuesta, así como del IMSS y el INEGI, permitió medir el impacto económico de la pandemia del virus SARS-CoV-2, así como las medidas implementadas por las empresas instaladas en Aguascalientes para enfrentarla. Los datos muestran que las estrategias a diseñarse —tanto por las empresas, el sector público y el sector laboral— deberán contemplar un horizonte más allá del corto plazo para enfrentar esta “Nueva Normalidad”, pero también un contexto de grandes cambios económicos, tecnológicos y sociales que, por cierto, han sido agudizados por la emergencia sanitaria.
LOS PRINCIPALES HALLAZGOS SON LOS SIGUIENTES:
1. El impacto se concentró en la Zona Metropolitana, (92.6% de la pérdida de asegurados) sobre todo en el municipio de Aguascalientes, (80.1%).
2. Las empresas más afectadas fueron las pequeñas: ya que presentaron una mayor reducción relativa de empleo respecto al primer semestre del 2019. Aunque fue en las grandes empresas donde se dio el mayor número absoluto de reducción de empleos.
3. En el sector manufacturero, las ramas automotriz, metalmecánica, textil y confección registraron mayores pérdidas de empleo, junto con el sector de la construcción.
4. En segundo lugar, fueron afectados los servicios a empresas, personas y hogares, especialmente las actividades de preparación de alimentos y bebidas, los servicios profesionales y técnicos, los servicios recreativos y esparcimiento, así como el alojamiento temporal.
5. En el comercio se registró una pérdida de 1,613 empleos formales en los giros de compraventa de equipo de transporte, tiendas de autoservicio, la venta de ropa, la venta de maquinaria y la venta de combustible y lubricantes.
6. La caída de los ingresos fue la mayor afectación para 86.7% de las empresas (39,545), entre las que una quinta parte sufrió una disminución de entre el 80 y el 100 por ciento.
7. El número de empresas que tuvieron que cerrar totalmente representó el 14.6 por ciento. Esperemos que estas 10,941 empresas ya estén abiertas o puedan hacerlo en esta etapa de apertura de la actividad económica.
8. En cuanto a las acciones tomadas, resalta el uso de las tecnologías de la información para enfrentar distintas operaciones y actividades. Desde el trabajo en casa (home office), venta en línea, comunicación con los proveedores y clientes, hasta la optimización de tareas al interior de las empresas.
9. Sin duda, el impacto laboral, no solo en términos de número de empleos, sino en las características y condiciones de trabajo es un nuevo contexto para la mayoría de las empresas. Nuevas habilidades, cambios de horarios y de condiciones laborales, sobre todo en el trabajo a distancia, entre otras nuevas novedades en el mundo del trabajo son ejemplos de dichos cambios en el contexto “pospandemia”.
En cuanto a los (des)acuerdos entre los diferentes niveles de gobierno, seguirá siendo un reto lograr un equilibrio entre las medidas sanitarias en las nuevas condiciones de la actividad económica; uno en el que las condiciones y características en cada uno de los estados y municipios tienen un peso importante en las decisiones y estrategias para regresar y construir una “Nueva Normalidad”.
REFERENCIAS
1 Acuerdo por el que se modifica el similar por el que se establecen acciones extraordinarias para atender la emergencia sanitaria generada por el virus SARSCoV-2, publicado el 31 de marzo de 2020. DOF: 21/04/2020.
2 2 El documento final puede consultarse en <https://tinyurl.com/yytuxshv>.
3 Véase para su consulta: Mónica Tinajero Bravo y Guillermina Eslava Gómez, "Calibración en muestreo: una aplicación a la Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto en Hogares 1992 y 1996", Serie Monografías, IIMAS-UNAM, 2000, y Eun Sun Lee y Ronald N. Forthofer, Analyzing complex survey data, Sage, Reino Unido, 2006.
4 Acuerdo por el que se establecen los Lineamientos Técnicos Específicos para la Reapertura de las Actividades Económicas. DOF: 29/05/2020
5 El 20 de octubre en rueda de prensa virtual el gobernador del Estado declaró que tras una reunión en la que se analizó el comportamiento que ha tenido el SARS-CoV-2 en las últimas semanas, la decisión es no regresar al aislamiento, pues hacerlo sería muy complicado para la economía.
6 El 16 de julio el gobierno estatal presentó su programa de inversión para la reactivación económica. Los proyectos contemplan una bolsa de 1,862 millones de pesos (mdp) en gasto público, 2,540 mdp en proyectos de coinversión y 1,548 mdp en ingresos por bienes inmuebles. En conjunto 5,950 mdp.