¿Cuáles son los antecedentes de las zonas económicas especiales (ZEE)?
Es una visión compartida que tienen el sector privado y el Gobierno de la república para generar condiciones de inversión, generación de empleos bien remunerados y desarrollo social en aquellos lugares donde no se han potencializado estas condiciones. A la vez, buscamos cerrar la brecha que se ha incrementado, durante las últimas tres décadas, entre el centro, el occidente y el norte de México con el sur y sureste del país. La apuesta es generar círculos virtuosos de riqueza que se traduzcan en mayores y mejores oportunidades, para que haya un cambio fundamental en las condiciones de vida de los pobladores de estas regiones.
Las ZEE, ¿arrancan tarde?
Siempre me hacen esa pregunta: ¿por qué no arrancamos al comienzo del sexenio?
Me refiero a, digamos, hace 20 años o más.
En efecto, lo pudimos haber iniciado hace 20 o 30 años. Una política pública tan transversal como la que supone la apuesta por las ZEE no la habíamos tenido en el sur y sureste prácticamente nunca. No obstante, hubo otras políticas públicas con anterioridad. En los setenta y ochenta se impulsó el desarrollo de la maquila en la zona fronteriza del norte. A occidente también se le invirtió mucho en los sectores de la información e investigación y desarrollo (I+D). Luego siguió la clusterización, que bajó del norte hacia el Bajío, donde tenemos los clústeres más importantes en sectores estratégicos como el automotriz y el aeroespacial, entre otros. Hoy, por primera vez en el sur tenemos la oportunidad, con una visión de largo plazo, de concentrar un esfuerzo común entre el Estado mexicano y los empresarios para generar las condiciones, necesarias y suficientes, de la industrialización en esa región de México.
Cuatro zonas: Lázaro Cárdenas, Coatzacoalcos, Salina Cruz y Puerto Chiapas.
Esa es la primera etapa, a la que se suma la zona de innovación y desarrollo tecnológico en Yucatán. La segunda etapa es el corredor energético de Tabasco y Campeche. En una tercera etapa, que todavía no iniciamos, contemplamos Puebla e Hidalgo. El paquete de incentivos se aplicará a lo largo de 15 años. Lo que buscamos es tener por los menos las primeras cinco zonas, con las declaratorias correspondientes por parte del presidente, de hoy a diciembre de 2017: Lázaro Cárdenas, Istmo de Tehuantepec (Veracruz y Oaxaca), Puerto Chiapas y Yucatán, cuyos dictámenes ya están autorizados por la comisión intersecretarial.
¿Cuándo tendrán definidas las poligonales?
Lo que nos interesa es hacer tres anuncios al mismo tiempo, que están vinculados entre sí. Por una parte, los polígonos, con los aspectos técnicos que solicita la ley, y con el soporte jurídico para el decreto que emitirá el presidente. Por otra, las firmas de coordinación con los estados y municipios. Finalmente, el anuncio de las inversiones.
¿En qué punto se encuentran las inversiones?
Te podría decir que andamos cerca de los 6 mil millones de dólares. Naturalmente, esta cifra puede aumentar o disminuir, conforme vayan concretándose [los proyectos]. Esta cifra promedio de inversión implicaría alrededor de 25 mil empleos, directos e indirectos, solo en la primera etapa. Por lo general ninguna inversión tarda más de dos o tres años. En tanto, la generación de empleos es casi inmediata, pues arranca con la construcción de las fábricas y las instalaciones.
Habrá poligonales y áreas de influencia.
La poligonal es la zona donde hay posibilidad de inversión. Hablamos de polígonos amplios, donde hay tierra federal o tierra privada, con una visión de largo plazo. Las áreas de influencia son aquellos municipios conurbados que darán diferentes tipos de servicios a las personas que trabajarán en las zonas, y sobre los cuales estamos haciendo los estudios correspondientes. Lo que queremos saber es qué existe y luego qué es lo que se necesita que exista.
Tres de las cuatro zonas están asociadas al petróleo: Coatzacoalcos, Salina Cruz y Puerto Chiapas.
La reforma energética es otro elemento fundamental. Queremos fortalecer y ampliar el corredor energético de Tabasco y Campeche, que anunció el presidente, para generar una industria nacional competitiva y de clase mundial. Este corredor nos ofrece una enorme área de oportunidad. No se limita a ellas, pues gran parte de las zonas económicas especiales tiene la vocación energética. En el sector privado hay un gran interés por invertir en los temas de energía, tanto renovables como no renovables, y se incorporarán como proveeduría nacional astilleros, barcos y piezas que requiere la industria, así como mantenimiento, entre otros [insumos].
Lázaro Cárdenas está ubicado en uno de los estados más complejos en cuanto a seguridad.
La seguridad es uno de los primeros temas que cualquier inversionista te pone sobre la mesa de negociaciones, de tal manera que nos encontramos trabajando a fondo en eso. En el Gobierno federal, tenemos una mesa de seguridad y estamos realizando un diagnóstico claro y puntual para tomar las medidas adecuadas en el corto, mediano y largo plazos. Igualmente tenemos una mesa permanente, prácticamente en todos los estados, relacionada con la seguridad, en colaboración con nuestras fuerzas armadas, sobre todo con la Marina, para definir los programas que nos permitan blindar las zonas económicas ante el crimen organizado. Esa es una condición, lo sé como empresario, sine qua non, para que fluya la inversión. Le estamos dedicando una atención muy enfática y especial en los tres niveles de gobierno.
¿Las zonas ayudarán a desarrollar la infraestructura educativa media, media superior y de investigación?
El capital humano es fundamental. Estamos haciendo con las autoridades un levantamiento para saber qué existe y qué falta. La capacitación y las certificaciones serán claves. [Evaluamos también] las maneras de empatar la oferta educativa actual con las nuevas vocaciones y ventajas comparativas que tienen las zonas. Lo que queremos es que, si se van a requerir técnicos y profesionistas con tales perfiles, propiciemos que las universidades y los centros tecnológicos adecuen sus planes de estudio para que la oferta y la demanda vayan de la misma mano, tengamos trabajos mucho mejor remunerados, puesto que van de acuerdo a las demandas de las empresas, y avancemos de manera más rápida.
Hay un énfasis social en las ZEE.
El objetivo principal es el bienestar de las comunidades. Es decir, que la gente tenga un mejor ingreso y un mejor nivel de vida. El objetivo principal es que podamos sacar a muchos millones de mexicanos de esta generación de su situación de pobreza a través de un empleo digno y con miras en las generaciones futuras, para que puedan decidir sus propios horizontes profesionales, volviéndose empresarios o proveedores, lo que ellos decidan.
¿Las zonas apuestan por disminuir la migración?
En la actualidad, la migración hacia Estados Unidos es mucho menor. En los últimos ocho años, 2 millones 800 mil mexicanos regresaron a México. Nosotros lo percibimos como una nueva área de oportunidad. Mucha gente del sur y sureste tuvo que migrar y ahora regresa con nuevas capacidades. Es una fortaleza que esa gente probada, calificada, trabajadora y bilingüe pueda regresar a sus tierras de origen, estar con sus familias y encontrar un empleo digno.
Se establecen diferentes incentivos fiscales.
En las primeras zonas, las que están definidas, exención del isr durante los primeros 10 años y luego del 50% los cinco años siguientes. El iva exento. El pago que las empresas realizan al imss para la seguridad social en el componente de salud se reduce al 50% durante los primeros 10 años y al 25% en los cinco años siguientes. Esto no implica que se disminuyan las prestaciones de los trabajadores, pues el Estado aportará el porcentaje restante. El pago correspondiente al usufructo de tierra federal, del 7.5%, queda exento también. Hay además un paquete de incentivos locales que está preparándose, relacionado con traslados de dominio, impuesto a la nómina, predial y, en lo que refiere a las áreas de influencia, el impuesto al hospedaje. El proyecto considera también un paquete de incentivos no fiscales, asociados a financiamiento, capacitación, certificación, fondos para emprendedores, proveeduría y empresas sociales, entre otros.
¿Qué esquemas tienen previstos para la construcción de la infraestructura?
Estamos considerando que un 30% de lo que tenemos que hacer durante los próximos 10 años provenga de recursos estatales, federales y municipales. El otro 70% creemos que lo deben aportar los privados o, al menos, hay potencial y posibilidad de que así sea, a través de los diferentes mecanismos con los que contamos: inversión directa, financiada, asociaciones público-privadas, etcétera.
¿A qué aspiran las ZEE en el contexto de los diferentes tratados comerciales suscritos por México?
El proyecto considera relevante que haya importantes encadenamientos de valor. Así, aspiramos a que la Pyme mexicana pueda subirse a las cadenas más importantes. El fortalecimiento del sector exportador se apoyará, entre otros aspectos, en ventajas comparativas como la que refieres: nuestra red de 12 tratados de libre comercio con 46 países, los seis acuerdos comerciales bilaterales, más lo que se negocia en la actualidad acerca de la modernización del tlcan y la profundización del tratado con Europa, e incluso los tratados bilaterales que puedan surgir a raíz de lo que negociamos en el contexto del tpp y la Alianza del Pacífico.
¿Qué se busca con el acuerdo de cooperación con la International Enterprise de Singapur?
Singapur tiene mucha experiencia en el desarrollo de zonas económicas especiales. Incluso podríamos decir que Singapur es casi una zona económica en su totalidad. El convenio consiste en que nos aportarán know-how y que considerarán la posibilidad de volverse inversionistas y administradores integrales.
China ofreció invertir 124 mil millones de dólares al fondo de la Ruta de la Seda y aportar 8 mil 700 millones de dólares a países en desarrollo que se sumen a la iniciativa. ¿Replantea eso lo que estábamos hablando con usted en Comercio Exterior hace tiempo en torno al tpp?
Te diría, de manera coloquial, y haciendo alusión a una célebre canción mexicana, que estamos en un mundo raro. Hoy uno de los mayores defensores de la apertura comercial es China, mientras que en el país que inventó la globalización, Estados Unidos, existen tendencias proteccionistas. La entrada de China y Rusia al libre comercio indica que lo perciben como un área de oportunidad y tienen capital para la inversión. El tpp o cualquier acuerdo que derive del tpp original y que implique la participación de esas dos potencias, deberá ser valorado por los otros países que apostamos por la misma vía, en cuanto a sus pros y contras. Yo creo hoy que, para nosotros, los países de Asia son áreas de oportunidad para nuestras exportaciones y potenciales inversionistas en México.
¿Esto le da más de fortaleza a la postura de México en la renegociación del tlcan?
Me parece que sí. Independientemente de la vinculación e integración tan importante que tenemos con Estados Unidos, aprovechar estas coyunturas para generar nuevos mercados, tener más participación y nuevos aliados en el mundo, definitivamente es bueno para México. La diversificación te minimiza los riesgos y México está en una situación histórica que nos permite abrir nuestros mercados.