¿Nos podría decir qué relevancia tienen para México la región del Sureste Asiático?
La Asociación de Naciones del Sureste Asiático (ANSEA) ahora está formada por diez economías, de las cuales cuatro son socios nuestros por el Acuerdo Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (CPTPP), que incluye a Singapur, Malasia, Vietnam y Brunéi. En esta región, nuestro principal socio es Malasia, sin embargo, Indonesia es el país más grande dentro de las economías que lo conforman. Una de las noticias importantes de ANSEA es que a partir del 2020 iniciará un proceso para construir un merc do común, generando una enorme oportunidad para otras regiones. En sus inicios será un tratado de comercio, pero el proyecto a largo plazo es convertirlo en un mercado común. Claro que, para eso, tiene que haber una evolución importante, sobre todo a nivel de gobiernos. No es igual lo que sucede en Myanmar, Filipinas o Vietnam. Se trata de una región que, en su conjunto, está habitada por 650 millones de personas y que, en los últimos años, no ha dejado de crecer. Todas las naciones del bloque reportan un crecimiento promedio de 6% anual. Este hecho, por sí solo, debe obligarnos a ver la región con interés. Uno de los problemas que tenemos con todas las economías de Asia es el desconocimiento mutuo. Esto se debe, en parte, a que la prensa internacional ofrece poca información sobre México y, cuando lo hace, no son precisamente buenas noticias. Suelen resaltar sucesos que existen pero que deben ser abordados de otra manera.
¿Cuál es la importancia de Indonesia dentro del Sureste Asiático?
Antes que nada, me gustaría expresar que me parece muy afortunado que la revista Comercio Exterior le otorgue un espacio a Indonesia y a la región. Por el nivel de la relación y su potencial, es loable plantar una semilla entre los empresarios y todos los que se interesan en el comercio exterior. Indonesia es la economía más grande del Sureste Asiático, pero además es un país que tenemos descuidado. Se trata del cuarto país más poblado del mundo.
Evidentemente, es un mercado que tiene sus particularidades. Por ejemplo, todos los alimentos deben tener un certificado Halal que no necesariamente es igual al que se exige en los países de Oriente Medio; incluso tienen algunas diferencias con la normativa que se aplica en Malasia. Esta especificidad es, probablemente, una de las principales razones que frenan la participación de México en el mercado de alimentos indonesio. Pero no se trata de requisitos insalvables, las empresas mexicanas interesadas en llegar a uno de los países más poblados del mundo los pueden cumplir.
Regresando a la ANSEA, indudablemente destaca Indonesia como la economía más grande. En estos momentos sobrepasa los dos mil 200 millones de dólares de su economía. Su PIB per cápita es más bien modesto. Es una economía similar en tamaño a la que tenemos en México, pero con el doble de población.
SERGIO LEY LÓPEZ
¿Cuál es su percepción del conocimiento que se tiene en México sobre la región, particularmente sobre Indonesia?
Un alto porcentaje de los mexicanos que conocen Indonesia lo hacen a través de Bali, un atractivo turístico que ofrece fantásticas playas y naturaleza espectacular. Sin embargo, muchos no saben que este sitio convertido en atractivo para realizar lunas de miel, pertenece a Indonesia. Este desconocimiento se debe, en parte, a que es una isla de cultura india, a diferencia del resto del país, que cuenta con aproximadamente 220 millones de musulmanes.
¿Cuál es la relación de México con los otros países que conforman la ANSEA?
En tamaño, el segundo país, después de Indonesia, dentro de la ANSEA es Tailandia, que tiene muchas similitudes con México en cuanto a población y desarrollo industrial. Dentro del Sureste Asiático, es el país que tiene la planta industrial más consolidada y, sobre todo, una industria automotriz muy desarrollada. De hecho, tenemos un comercio importante con Tailandia, pero la mayor parte es de bienes intermedios que, en su mayoría, son componentes que integramos a la producción en México.
En cuanto a Malasia, tenemos un comercio bilateral de 195 mil millones de dólares, que son bienes intermedios. La mayor parte son componentes que la industria mexicana incorpora para posteriormente exportar. Es algo similar a lo que sucede con China, pero en otras dimensiones. Con Malasia, estamos vendiendo muy poco, sin embargo, es donde tenemos que enfocarnos para tener mucha claridad y visión. Sería un error ponerle barreras, y menos ahora que es nuestro socio. Hay que aprovechar las relaciones e incrementar nuestras exportaciones. Solo por poner en dimensión la importancia que ya tenemos en la relación comercial con Malasia, con este país tenemos un comercio mayor del que se tiene con Chile, Argentina o Perú. Pero nadie lo sabe.
Tenemos una gran oportunidad de aumentar nuestras exportaciones. Con todos los países de la región tenemos déficit comercial. Con Singapur es bastante menor, sin embargo, se debe a que se trata de un centro de distribución importante y algunos de los productos que llegan ahí después son reexportados a otros países. Para hacer un balance de la relación con Singapur debemos tener claro lo que se queda y lo que se va a otros países. Siendo un hub logístico, ciertamente los productos llegan ahí, pero luego se van a otros sitios.
Es importante explorar todos estos mercados. Vietnam, por ejemplo, exhibe una expansión muy dinámica. Crecimientos de 6.5% anual y con el pronóstico de mantener ese ritmo. Con este desempeño, el país experimentará un crecimiento sustancial de la clase media que demandará productos que México ofrece. Tenemos experiencia en productos manufacturados o alimentos. La demanda por automóviles crecerá y con ello el de autopartes que podría México aprovechar.
Otro país con el que tenemos mucha afinidad es Filipinas. Es el país asiático que tiene la mayor inversión mexicana. Por ejemplo, Cemex tiene una participación muy relevante en el mercado de cemento de ese país. Femsa también tienen una presencia destacada.
¿Cómo se organiza la ANSEA para aglutinar los esfuerzos de la diversidad de países que la integran?
Dentro de ANSEA, el liderazgo o la “presidencia” se alterna cada seis meses, lo que permite una representación rotativa y equilibrada. Sin embargo, cada nación lidera en aspectos específicos. Por ejemplo, Singapur es el centro financiero. Indonesia, por su parte, tiene un peso específico debido al tamaño de su economía. Tailandia, a su vez, dirige lo relacionado con el desarrollo industrial. Y Vietnam, como productor de alimentos, es un país que ha demostrado ser muy eficiente en su producción. Hoy, Vietnam está entre el primero y segundo lugar como productor de café a nivel mundial, y el tercer productor de arroz, compitiendo con Tailandia. Otro ejemplo es la producción, en granjas, de especies marinas. Como ejemplo, puedo mencionar que entre 80 y 90 por ciento de la tilapia que se vende fileteada a nivel mundial se produce en Vietnam. Estos datos sorprenden, sobre todo si pensamos en el desarrollo de Vietnam hace 15 años. La producción de camarón de granja es enorme y está entre los primeros proveedores de Estados Unidos en este tipo de productos.
¿Qué papel juega China en la región?
China es el principal socio comercial de todos y tiene fuertes inversiones en la región. Lo que hizo China fue trasladar las fábricas que antes estaban en China continental a países como Vietnam. Conforme ha aumentado el costo de mano de obra, se han ido moviendo las inversiones. Llegaron a Vietnam y ahora se empiezan a trasladar a países como Laos, incluso Bangladesh. El mercado sigue dominado por fábricas chinas, pero que producen en otros países. En 2001, antes de irme como embajador a China visité varias fábricas textiles mexicanas que estaban preocupadas por la competencia de China. Después visité algunas fábricas chinas. El contraste era brutal; en México se tenía muchas trabajadoras elaborando patrones, pero las fábricas que vi en China tenían unas máquinas para el corte de los patrones con rayos láser. Una tecnología aplicada a computadoras que programaban y permitían optimizar tiempo para repartir los patrones entre las cinco mil costureras. La dimensión es otra. En México, los costos de mano de obra eran más altos, por ello, en esa época mi sugerencia a las empresas mexicanas era que trasladaran su producción a países de costos más bajos, como algunos de Centroamérica, y de esta manera poder competir con China. Mi consejo no tuvo resonancia. Me argumentaban que le daban trabajo a la competencia, pero mi opinión es que México podía hacer un trabajo especializado antes que cerrar. En este esquema, los mexicanos seguirían siendo los dueños del mercado, pero “Made In Salvador”, que es lo que ha hecho China. Las industrias de mano de obra intensiva se han desplazado de China a otros países como Vietnam, Camboya o Laos, pero China mantiene el liderazgo.
LAGO BRATAN EN BALI, INDONESIA
¿Qué futuro ve en la relación de México con la región?
Exportar a estos países es un reto que debemos enfrentar con conocimiento. Tenemos que estar seguros de cómo abrir camino. Nuestras exportaciones y el valor de las mismas tienen que incrementarse. Tenemos el enorme reto de diversificar nuestro comercio. La elevada concentración del intercambio comercial con Estados Unidos nos hace sumamente vulnerables. Se debe analizar qué mercados son los más adecuados para conseguir este propósito, a cuáles podemos entrar con ímpetu. Europa es interesante, pero es un mercado maduro y en estos momentos está muy concentrado en integrar su entorno cercano. No puede dar atención a las exportaciones mexicanas con el ímpetu que debería. Ya hay un mercado de años que no puede tener un crecimiento espectacular. Con América Latina, a pesar de que ya tenemos un acuerdo comercial interesante en el marco de la Alianza del Pacifico, no va a crecer mucho el intercambio bilateral. Para ello, el incremento del consumo es determinante, y el crecimiento económico del continente en su conjunto ha sido muy raquítico. Entonces tenemos Asia. No voy a decir África, ya que desde tiempos inmemorables la tenemos fuera del radar. Pero la región que realmente tiene un dinamismo, que está creando una clase media de alto consumo es Asia.
El desarrollo de Indonesia es muy prometedor, con un crecimiento de 5.6%. Su infraestructura es todavía deficiente. El país es un archipiélago formado por más de 17 mil islas, lo que hace complicada la logística. Para transportar productos de una isla a otra se requiere de varias labores de carga y descarga, lo que incrementa los costos.
Con su crecimiento y su población de más de 260 millones, su futuro es alentador y una oportunidad para los productos mexicanos. Pero hay que hacer estudios de mercado serios y hacer uso de las tecnologías.