El financiamiento total a la economía alcanza 79% del PIB.
De este total, el financiamiento interno es el más significativo; sin embargo, el externo alcanza ya un 25% (alrededor de 20% del PIB).
La participación del sector privado en el financiamiento externo tuvo una tendencia importante al alza hasta la crisis de 2008 y no la retoma hasta 2012; por su parte, el Gobierno reacciona en contrario con un incremento del financiamiento externo ante la crisis en 2008 y una declinación a partir de 2012.
La liquidez internacional, menores tasas de interés y mejores perspectivas económicas han sido los incentivos para que las empresas busquen el financiamiento externo, especialmente desde 2011-2012.
Este financiamiento externo a empresas se ha dado, en su mayoría, a través de los bonos colocados en los mercados de capitales.
No obstante, el dinamismo del financiamiento interno a empresas ha mantenido una tendencia ascendente casi constante desde 2010-2011.