El persistente compromiso de México con el libre comercio busca generar oportunidades para acceder a mercados con mayor crecimiento y consolidar las preferencias comerciales con las que ya se cuenta. Cabe recordar que, a partir de la década de los ochenta, el Gobierno de la República emprendió un ambicioso proceso de modernización de la economía nacional, uno de cuyos ejes rectores fue el desplazamiento del modelo de sustitución de importaciones por un conjunto de políticas públicas enfocadas en la desestatización de la economía y la apertura comercial.
Los primeros hitos de esa ambiciosa empresa fueron el ingreso de México al Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT, por sus siglas en inglés), en 1986, y la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) en 1994.
Algunos resultados de la apertura comercial
Al presente, el Estado mexicano cuenta con una red de 11 tratados de libre comercio, lo que significa un acceso preferencial a 46 países, mismos que suman mil 154 millones de consumidores potenciales (16% de la población total), 58% del PIB mundial y 53% del comercio global.
La apertura comercial ha transformado radicalmente a México en una plataforma competitiva de exportación. En 1985, las exportaciones mexicanas estaban representadas en un 57% por los renglones de hidrocarburos y minería contra casi un 38% por manufacturas, mientras que en el año 2014, 81% fueron manufacturas contra 12% de hidrocarburos y minería. (Ver figura 1.)
En 2014, México fue el principal exportador en América Latina y ocupó la decimoquinta posición a nivel mundial. Asimismo, México representó 60.3% del total de las manufacturas exportadas en América Latina, seguido de Brasil (18%) y Argentina (6%).
En 21 años (1993-2014), el comercio de México con el exterior se multiplicó 6.8 veces (580%). A su vez, las exportaciones crecieron 7.7 veces (666%) en el mismo periodo y las importaciones crecieron 6.1 veces (512%). En 2014, el comercio ascendió a 797.5 mil millones de dólares; las exportaciones sumaron 397.5 mil millones de dólares, mientras que las importaciones alcanzaron 400 mil millones de dólares. El éxito exportador de México se fundamenta en el acceso preferencial a otros mercados y la disponibilidad de insumos de alta calidad.
La apertura emprendida tras el ingreso de México al gatt también hizo al país un destino más atractivo y confiable para la inversión.El promedio de Inversión Extranjera Directa (IED) que recibió México, entre 1980 y 1993, ascendió a 2.5 mil millones de dólares anuales, en tanto que de 1994 a 2014 promedió 20.8 mil millones de dólares. Durante la presente Administración el promedio anual recibido ha sido de 33.4 mil millones de dólares. (Ver figura 2.)
Los positivos resultados en materia comercial han posicionado a México como una importante plataforma de exportación en el mundo. Tratándose de bienes agropecuarios, el país es el principal proveedor mundial de tomate, aguacate, frambuesa, zarzamora, cerveza, calabaza, mango, guayaba y tequila; el segundo de pepino, espárrago, sandía, papaya, limón y lima; y el tercero de fresa, garbanzo, berenjena, frijol y apio. En relación con los bienes industriales, México es el principal proveedor mundial de televisiones, tráileres y semiremolques, vehículos para el transporte de mercancías y bolsas de aire; el segundo de motores de corriente alterna, generadores eléctricos, equipo de telefonía (teléfonos celulares y redes inalámbricas); y el tercero de motores de combustión interna tipo pistón y generadores de motores aéreos. Por último, en materia de bienes extractivos, es el principal proveedor mundial de mercurio, alumbres y compuestos de mercurio; el segundo de ácido fluorhídrico, carbonato de estroncio, sulfatos de cobre, fluoruros de aluminio; y el tercero de óxido de cinc, sulfatos de magnesio y sales complejas del flúor.
Entre las líneas de estrategia seguidas por el Gobierno de la República en materia de comercio exterior, destacan el acceso a los mercados con mayor crecimiento y la consolidación de las preferencias comerciales existentes, así como el posicionamiento de México como un país firmemente comprometido con el libre comercio.
Un instrumento de política comercial y de inversión de última generación
El Gobierno del presidente de la República, Peña Nieto, ha manifestado reiteradamente su intención de reafirmar el compromiso del país con la libre competencia y la circulación de los flujos internacionales de comercio e inversión, así como con un creciente contenido nacional de las exportaciones. El Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés) no solo permitirá consolidar las preferencias arancelarias de México, sino que también incrementará la productividad y la competitividad a través de las cadenas de suministro de Norteamérica y la región Asia-Pacífico. Debido a la amplia gama de temas que comprende y los altos estándares que pretende en cada uno de ellos, esta iniciativa marcará la pauta de cómo realizar el comercio en el futuro.
De ahí que el Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018 (PND) determinará como algunas de las metas nacionales un México con Responsabilidad Global, junto con un México en Paz, un México Incluyente, un México Próspero y un México con Educación de Calidad, a fin de ampliar y fortalecer la presencia del país en el escenario internacional y reafirmar su compromiso con el libre comercio, la movilidad de capitales y la integración productiva. El PND subraya que “Actualmente, el Acuerdo de Asociación Transpacífico […] es la negociación comercial más importante y ambiciosa a nivel mundial”.
En sus estrategias 5.1.4. (“Consolidar a Asia-Pacífico como región clave en la diversificación de los vínculos económicos de México con el exterior y participar activamente en los foros regionales”) y 5.3.2. (“Fomentar la integración regional de México, estableciendo acuerdos económicos estratégicos y profundizando los ya existentes”), el PND determina entre sus líneas de acción apoyar la negociación del TPP y la expansión de intercambios, así como impulsar activamente dicho Acuerdo como una estrategia fundamental para incorporar a la economía mexicana en la dinámica de los grandes mercados internacionales, respectivamente.
El TPP es un instrumento de política comercial de gran relevancia, dado que será una piedra angular para profundizar las relaciones económicas de México con los países de la región Asia-Pacífico, una de las zonas de mayor crecimiento económico en los últimos años. Esta región representa una ventana de oportunidad no solo por su dimensión geográfica, sino también por el importante crecimiento y proyección a futuro de sus clases medias, lo que la convierte en un mercado destacado para las exportaciones mexicanas.
Su relevancia económica es incuestionable, puesto que sus 12 miembros representan 36% del PIB mundial, 25% del comercio, 11% de la población y 32% de la captación de IED del mundo. Se trata de un mercado de 204 millones de consumidores potenciales para México (excluyendo a Estados Unidos, Canadá y Japón).
Con nuevos socios y proveedores, así como reglas claras y nuevas disciplinas, se establecerán fórmulas innovadoras para competir y distribuir las exportaciones mexicanas. El TPP abrirá el comercio mundial a prometedores esquemas de competencia, productividad y competitividad, y consolidará las tendencias del comercio global. México, orgullosamente, es parte de su diseño de vanguardia.
Entre las ventajas estratégicas de la incorporación de México al TPP, figura en primer lugar la diversificación de sus exportaciones, dado que multiplicará oportunidades de comercio e inversión en la región Asia-Pacífico, zona en la que busca activamente incrementar su presencia económica. Se tendrá acceso preferencial a seis nuevos mercados (Australia, Brunéi Darussalam, Malasia, Nueva Zelanda, Singapur y Vietnam), con poblaciones de creciente ingreso per cápita. El Fondo Monetario Internacional (FMI) pronostica que la tasa de crecimiento promedio anual (TCPA) 2015-2020 del Producto Interno Bruto (PIB) mundial será de 5.6% y la de México de 6.1%. 1 En ese mismo periodo, la Tasa de Crecimiento Promedio Anual del PIB de los nuevos mercados, en algunos casos, será superior al crecimiento mundial: Malasia (10.4%), Brunéi Darussalam (9.6%), Vietnam (8.8%) y Singapur (5.7%). Además, se trata de mercados atractivos por su nivel de ingresos, y complementarios al mexicano, ya que importan productos en los que México es altamente competitivo.
El TPP fijará nuevos estándares de apertura comercial, ya que incluye disposiciones de nueva generación para responder a un entorno de creciente complejidad. De este modo, se evitará erosionar las preferencias obtenidas por el TLCAN, se potenciará la integración en las cadenas de valor con Norteamérica y se fortalecerán los vínculos con la región Asia-Pacífico. Además, se incluirán nuevos temas (como el comercio electrónico, las pequeñas y medianas empresas, la propiedad intelectual, los servicios, la cooperación y el desarrollo, y la facilitación del comercio). También abrirá importantes áreas de oportunidad por la reducción de costos potenciales, mayores crecimientos de los PIB nacionales y creación de empleos.
El sector privado nacional ha participado activamente en las negociaciones del Acuerdo, bajo la modalidad de “cuarto de junto”. Su actuación ha sido fundamental para puntualizar intereses y sensibilidades de los sectores involucrados
Para México, el TPP es un incentivo para la creación de nuevas alianzas y una integración más profunda en las cadenas de producción global. La iniciativa permitirá tener acceso a nuevos proveedores e insumos competitivos, y explotar la competitividad revelada por las exportaciones de sus partes integrantes para incorporarlas a cada eslabón de las propias cadenas productivas nacionales.
Al momento de la incorporación de México al TPP había solamente nueve países en dicha negociación comercial internacional: Australia, Brunéi Darussalam, Chile, Estados Unidos, Malasia, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam. Con la incorporación de México y Canadá, que lo hicieron de manera simultánea, el número de participantes se elevó a 11. El 23 de julio de 2013, Japón se convirtió en el duodécimo país integrante del grupo.
Las distintas delegaciones mexicanas han estado conformadas por servidores públicos de numerosas dependencias, entidades y órganos administrativos desconcentrados de la Administración Pública Federal, así como por representantes de algunos órganos constitucionales autónomos, encabezados por la Secretaría de Economía.
Una constante ha sido la participación del sector privado nacional, al igual que en otras negociaciones comerciales internacionales, bajo la modalidad de “cuarto de junto”. Han acudido representantes de los sectores agropecuario e industrial, incluyendo las ramas textil, de la confección, eléctricos, autopartes, medicamentos y acero, junto con miembros de la Confederación de Cámaras Industriales de los Estados Unidos Mexicanos (Concamin), la Coordinadora de Organismos Empresariales de Comercio Exterior (COECE) y el Consejo Nacional Agropecuario (CNA), entre otros. Su actuación ha sido fundamental para puntualizar intereses y sensibilidades de los sectores involucrados y, con ello, robustecer la posición de México en la negociación de cada tema específico.
En suma, el TPP es la negociación comercial modelo para las siguientes generaciones, en razón de las disciplinas que comprende, las naciones involucradas en las negociaciones y los altos estándares que pretende establecer; es una iniciativa que enmarca los esfuerzos del país para apoyar la expansión del intercambio y profundizar los flujos de comercio e inversión con la región Asia-Pacífico.
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1 FMI, World Economic Outlook Database, abril 2015 (variaciones del PIB en dólares).