La aprobación del TPP en los países participantes 
Con el objetivo de conocer los procesos de ratificación que se llevarán a cabo en los 12 países miembros del TPP, entrevistamos a la embajadora Lourdes Aranda, que al ser subsecretaria de Relaciones Exteriores de 2003 a 2012 presenció y participó en conversaciones con algunos de los países de Asia-Pacífico sobre la pertinencia de que México formara parte de este Acuerdo.
Por: Gabriela Gándara

 

El 5 de octubre de 2015, los ministros de los 12 países participantes en el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés) —Australia, Brunéi Darussalam, Canadá, Chile, Estados Unidos, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam— anunciaron la conclusión de sus negociaciones. Este Acuerdo regional pretende promover la integración económica para liberalizar el comercio y fomentar la inversión.

Aunque todavía no está definido cuándo será firmado el texto final de este Acuerdo, se estima que podría ser en el primer bimestre de 2016, posteriormente iniciará el proceso de ratificación en cada país.

 

La iniciativa de conformar un acuerdo de libre comercio Asia-Pacífico tiene sus orígenes a principios de la década del 2000. En una primera etapa, en 2004, participaron cuatro países: Nueva Zelanda, Chile, Singapur y Brunéi. ¿Cuál fue el acercamiento de estos países con México? Y, ¿cuál fue el proceso que siguió nuestro país para sumarse a esta iniciativa?

A finales de la administración del presidente Fox, en diversas reuniones bilaterales o multilaterales, como APEC (Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico), funcionarios de Nueva Zelanda y Singapur plantearon el interés de que México ingresara en el P4.

A la Cancillería le parecía, en términos generales, una buena oportunidad para tener una mayor presencia en Asia-Pacífico. Sin embargo, en esa época la Secretaría de Economía, haciendo eco de las preocupaciones de las cúpulas empresariales, no mostró interés en iniciar acercamientos para firmas de nuevos tratados de libre comercio y se inclinó por consolidar los existentes. Cabe recordar que en ese momento se estaba pactando el tratado con Japón, que había implicado fuertes negociaciones con distintos sectores productivos del país. De hecho, el entonces secretario Fernando Canales anunció que se iniciaba una moratoria en las negociaciones de tratados de libre comercio, lo que fue muy bien recibido por parte del sector empresarial.

En retrospectiva, en mi opinión, fue un error de cálculo no haber aceptado formar parte del primer grupo del TPP; esto hubiera permitido a México poner un pie en una zona de referencia mundial con el que nuestro país tenía relaciones económicas marginales. Además, iniciar más tarde, cuando ya se tenía el marco general para las negociaciones y había un mayor número de miembros, ocasionó que México tuviera una menor capacidad negociadora en temas que eran relevantes para el país. Por otra parte, la mayoría de los funcionarios mexicanos que habían sido promotores de la apertura al exterior de nuestro país, a través de importantes acuerdos comerciales como tlcan o con la Unión Europea, cedieron paso al nuevo grupo de colaboradores del Gobierno de Vicente Fox, que tenían una visión diferente sobre los tiempos de apertura al exterior.

 

México consideró que el no sumarse a la iniciativa del Acuerdo significaría perder oportunidades y que era más lo que se podía ganar

 

Durante la participación del presidente Calderón en la reunión de APEC en Sídney, el primer ministro de Singapur volvió a plantearle la posibilidad de unirse al P4, lo que él vio con interés. Sin embargo, encontró en ese momento la misma resistencia por parte de distintos sectores productivos para iniciar una nueva etapa de apertura al exterior mediante tratados de libre comercio.

 

¿Cuáles son los motivos que llevan a México a participar en este Acuerdo? ¿El hecho de que dos de sus principales socios estarán en el TPP es decisivo para sumarse a la iniciativa?

México buscó el acercamiento comercial con la región a través de acuerdos bilaterales de comercio como el pactado con Japón, y no tenía contemplado iniciar nuevas negociaciones regionales, pero que Estados Unidos iniciara conversaciones para sumarse al TPP y que Japón estuviera en la misma posición, impulsa la decisión del Gobierno de Felipe Calderón para unirse al proyecto. Además, en 2010 era más factible lograr la aprobación de los empresarios mexicanos debido a que las economías más relevantes del TPP ya eran socias de México y, por tanto, se trataba de sumar potenciales mercados y captar nuevos inversionistas.

México consideró que el no integrarse a la iniciativa significaría perder oportunidades y que era más lo que se podía ganar. De hecho, México ya tenía también acuerdos con Chile y Canadá y estaba en proceso uno con Perú. Es decir, con cinco de los 12 países del TPP. Por tanto, era importante no quedarse fuera de los beneficios que obtenían estos socios con otros países.

 

Desde la geopolítica, ¿se puede interpretar la participación de Estados Unidos en el TPP como un contrapeso a China en la región?

Definitivamente a Estados Unidos le interesa tener una mayor presencia en Asia y ser un contrapeso a la creciente influencia de China en la región. Asociarse al TPP implica un mayor acercamiento con Japón y también un aviso a China de que defenderá a sus aliados en la zona. Asimismo, es un mensaje para los otros países de la región de que existen opciones para reducir su dependencia comercial de China.

 

¿Qué se requiere ahora para que entre en vigor el TPP y cuáles son los desafíos que se presentan?

Ya pasó una parte muy difícil: la negociación entre los países; ahora inicia una etapa también complicada de aprobación interna en cada uno de ellos.

En cuanto a los desafíos, además de la oposición interna que pueden encontrar muchos de estos países para su aprobación, hay que tomar en cuenta que el Acuerdo incorporó una cláusula muy restrictiva, en la que se condiciona que para su entrada en vigor se requiere que haya sido ratificado como mínimo por seis países y que estos representen un 85% del total del pib de los 12 países. Por tanto, para alcanzar este porcentaje, es necesario que por lo menos Estados Unidos y Japón, que representan el 80%, lo firmen, otorgando, en la práctica, una capacidad de veto a sus Congresos.

Si Estados Unidos y los otros nueve países los ratificaran, tendrían el 83% del pib, que no es suficiente para cumplir con la cláusula establecida, por lo que será necesaria la participación también de Japón. De esta manera las dos economías más fuertes del TPP tienen que ratificar su adhesión al Acuerdo para que este entre en vigor. Es por ello que el mayor desafío para que el TPP sea una realidad es que los Congresos de Estados Unidos y Japón lo aprueben.

 

¿Cuál es el proceso de ratificación general y al interior de cada uno de los países que conforman el TPP?

En Estados Unidos, el proceso de ratificación se da tanto en el Senado como en el Congreso. Paradójicamente, el presidente Obama tiene un apoyo mayoritariamente republicano y una oposición importante por parte de legisladores demócratas.

Recordemos que para aprobar la Trade Promotion Authority (tpa) el Gobierno enfrentó un proceso complicado y Obama solo la consiguió con el voto mayoritario de los republicanos. De acuerdo a la tpa, una vez que se haya publicado el TPP, se tiene que someter a consulta pública por 90 días y, en caso de no presentarse ninguna objeción, entonces el Ejecutivo lo puede firmar y posteriormente remitir al Legislativo para su discusión.

Se considera que el momento político en que esta aprobación se dará es complicado, pues tendrá lugar en medio del proceso electoral de Estados Unidos. En caso de que los dos contendientes presidenciales fueran Donald Trump y Hillary Clinton se antoja más complicada la discusión, ya que ambos han presentados serios cuestionamientos.

 

El Acuerdo incorporó una cláusula muy restrictiva, en la que se condiciona que para su entrada en vigor se requiere que haya sido ratificado como mínimo por seis países y que estos representen un 85% del total del PIB de los 12 países

 

Cuando Estados Unidos empezó las negociaciones del TPP, Hillary Clinton, como secretaria de Estado, apoyó la iniciativa. Sin embargo, ahora en su campaña electoral ha marcado distancia por la necesidad de obtener el apoyo de los sindicatos, que tradicionalmente han cuestionado los acuerdos de libre comercio. Recientemente ella ha argumentado que no puede apoyar activamente una iniciativa de la cual aún no se conoce el texto final y las implicaciones que tendrá sobre el empleo en Estados Unidos.

Donald Trump, por su parte, considera que el TPP debilita a Estados Unidos, igual que otros acuerdos comerciales que ya se tienen ratificados, incluso ha hablado de denunciar el tlcan.

En el caso de Japón, hubo en un inicio una gran oposición a la negociación del TPP. Sin embargo, conforme avanzaron las negociaciones y lograron conseguir acuerdos favorables para atender las objeciones del sector económico, se dio lugar a una posición favorable por parte de legisladores, empresarios y diferentes sectores. En este momento el ministro Shinzo- Abe tiene mayoría en la Cámara de Representantes (Dieta) y es previsible que no enfrente demasiadas dificultades para la ratificación del Acuerdo. Sin embargo, hay algunas objeciones, pues se presentó una querella constitucional por la secrecía con la que se desarrollaron las negociaciones, por parte de legisladores representantes del sector agrícola. Situación similar ocurre en Nueva Zelanda, donde hay una demanda legal contra el Ejecutivo por el hermetismo con el que se llevó el proceso.

En realidad, el sigilo que prevaleció en todas las negociaciones es una de las mayores quejas en los diferentes países.

En Australia el primer paso del proceso es que lo firme el primer ministro y, después de 20 días hábiles, lo mande al Congreso para su ratificación. En este caso, no se vota el texto del TPP como tal, sino la legislación que lo puede autorizar o las reformas legislativas necesarias para cumplir con el texto del Acuerdo. Posteriormente debe ir al Senado que, en un momento dado, puede manifestar oposición y vetar la legislación que permite el TPP.

En Singapur no se espera que haya problemas debido a que el partido del Gobierno tiene el 90 % de la Cámara.

En Malasia hay una situación similar a la de Singapur. Sin embargo, en este momento hay un ambiente político deteriorado por acusaciones de corrupción contra el Gobierno, lo que puede contaminar las discusiones respecto al TPP.

Vietnam, por su parte, es el país que más puede ganar con el TPP, por lo que es altamente probable que su aprobación no enfrente problemas.

En el caso de Brunéi, si el sultán lo firma, queda automáticamente ratificado.

En nuestro continente, además de Estados Unidos no se esperan mayores complicaciones; en Canadá, el nuevo Gobierno liberal apoya en general los acuerdos de libre comercio. Sin embargo, también se ha manifestado cierta preocupación porque la negociación fue secreta y no permitió la participación de ciertos sectores productivos. Pero como se lograron buenas cuotas para el sector automotriz y los productos lácteos, es previsible que la aprobación no tenga dificultad.

El sigilo que prevaleció en todas las negociaciones del TPP es una de las mayores quejas en los diferentes países

 

En el caso de Chile, la presidenta Michelle Bachelet tiene facultad de firmar el Acuerdo y el Congreso solo puede dar su aprobación o rechazarlo en su totalidad y no entra en proceso de discusión.

En Perú se abrirá un debate público antes de la suscripción por parte del Poder Ejecutivo y el posterior proceso de ratificación interna.

 

¿Qué proceso se va a llevar en México para la ratificación del TPP?

En el caso de México, no se esperan dificultades mayores en el Senado de la República puesto que, en términos generales, durante el proceso de negociación estuvieron informados tanto algunos legisladores responsables, como representantes de sectores productivos. Hay objeciones de algunas ong debido a que no se les informó ni involucró en las negociaciones, sin embargo, se espera que no trascenderán.

Es previsible que se presenten cuestionamientos y posicionamientos de crítica por parte de algunos partidos políticos para aprovechar políticamente la ocasión, pero al final se puede lograr una mayoría en el Senado con la aprobación del partido en el Gobierno junto con el PAN.

 

¿Ve viable la participación de China en el TPP?

Hace unos años parecía impensable. Sin embargo, cada vez más se escuchan comentarios de las autoridades chinas que empiezan a tender lazos para buscar un acercamiento. Todavía es prematuro y debe estar ratificado el TPP, pero es una opción en el mediano plazo.

 

¿Se esperan repercusiones en las relaciones bilaterales entre los países que conforman el Acuerdo?

En general, ser socios en un acuerdo de libre comercio fomenta las relaciones bilaterales con los países que lo conforman. Se prevé incremento del comercio y las inversiones pero, además, por las características del TPP que incluye temas como cooperación, capacitación, regulación laboral, protección del medio ambiente, entre otros temas, será necesario establecer políticas públicas similares que implican un acercamiento y conversación constante entre las partes.

En casos particulares, también al ser socios en el TPP se abordan temas delicados de la relación bilateral. Por ejemplo con Vietnam hay una serie de temas vinculados con los sectores textil y agrícola en los que a los vietnamitas les hubiera gustado una mayor y veloz liberalización. Sin embargo, México marcó tiempos más largos para permitir adaptación a la industria nacional. Por ello, se tendrán que redoblar esfuerzos en la relación bilateral con Vietnam. En particular, con este país México tiene que hacer una “operación cicatriz” ya que nuestros negociadores fueron muy inflexibles en las negociaciones. Esto es un claro ejemplo de que en las negociaciones de acuerdos comerciales regionales se pueden presentar casos específicos de diferencias con algunos de los países. Pero en general este tipo de acuerdos amplía los espacios de diálogo, propicia reuniones constantes y por tanto un acercamiento. En caso de diferencias, estas se pueden dirimir en un entorno controlado, dentro de mecanismos previstos y no llevarlas a otras instancias.

 

Se requiere la aprobación como mínimo de Estados Unidos, Japón y otros cuatro países; posteriormente, la firma del Acuerdo

 

En conclusión, ¿qué viene ahora para la implementación del TPP?

Ahora vienen muchos cambios de legislaciones al interior de cada uno de los países. Se requiere la aprobación como mínimo de Estados Unidos, Japón y otros cuatro países; posteriormente, su firma.

Al interior de los países será necesario proporcionar información sobre el Acuerdo, sus ventajas, alcances y oportunidades; además, será imprescindible ofrecer cursos y formar personas con conocimiento sobre los países, idiomas, culturas, formas de hacer negocios, entre otros temas. También se requiere una difusión masiva para obtener mayores beneficios y eliminar prejuicios o información preconcebida. Hacer labor importante con las cámaras y agrupaciones del sector productivo a diferentes niveles y capacitar sobre nuevas prácticas comerciales. Asimismo, se debe reconocer que las empresas tienen que ser más eficientes porque enfrentan mayores competidores.