Durante casi tres décadas, una concepción burda y bifurcada del mundo ha impulsado la inversión de las empresas manufactureras y las decisiones sobre su abastecimiento. Latinoamérica, Europa del Este y la mayor parte de Asia se han considerado como regiones de bajo costo. Estados Unidos, Europa Occidental y Japón han sido concebidas como regiones de altos costos.
Pero esta visión dividida del mundo ahora parece obsoleta. Años de cambio constante en los salarios, la productividad, los costos de energía, tipos de cambio y otros factores han creado una restructuración sigilosa pero dramática en el mapa de la competitividad global de los costos de manufactura. El nuevo mapa se parece cada vez más a un fragmentario de economías de bajo costo, economías de alto costo y muchas que recaen entre ellas, abarcando todas las regiones.
En algunos casos, los cambios en los costos relativos son sorprendentes. ¿Quién hubiera pensado hace una década que Brasil sería ahora uno de los países de más alto costo para la manufactura, o que México podría ser más barato que China? Mientras Londres sigue siendo uno de los lugares más caros del mundo para vivir y visitar, el Reino Unido se ha convertido en el fabricante con más bajos costos en Europa Occidental. Los costos de producción en Rusia y gran parte de Europa del Este han aumentado casi a la par con Estados Unidos.
Para entender la economía cambiante en la manufactura mundial, The Boston Consulting Group analizó los costos de fabricación de las 25 economías exportadoras más importantes del mundo a lo largo de cuatro dimensiones fundamentales: los salarios, la productividad del trabajo, los costos de energía y los tipos de cambio. Estas 25 economías representan casi 90% de las exportaciones mundiales de productos manufacturados.
El nuevo Índice de Competitividad de Costos de Fabricación Mundial BCG ha revelado los cambios en los costos relativos que deben conducir a muchas empresas a repensar los supuestos de décadas sobre estrategias de abastecimiento y dónde construir capacidad de producción futura. Para identificar y comparar los cambios en los costos relativos, se analizaron los datos de 2004 y 2014. La evaluación es parte de una serie de hallazgos de nuestra investigación actual sobre la economía cambiante en la industria manufacturera mundial.1
En cuanto a la elaboración del Índice, se observó que la competitividad de costos ha mejorado para varios países y llegó a ser relativamente menos atractiva para los demás. En el Índice identificamos cuatro patrones distintos de cambio para la competitividad en los costos de fabricación. (Ver tabla 1.) Son los siguientes:
Estos cambios dramáticos en los costos relativos podrían producir un gran cambio en la economía mundial mientras las empresas reevalúan su red de manufactura. Una implicación es que la manufactura mundial podría llegar a ser cada vez más regional. Debido a que existen centros de producción relativamente de bajo costo en todas las regiones del mundo, más bienes de consumo en Asia, Europa y las Américas serán producidos más cerca de estos países. Estas tendencias también tienen implicaciones para los Gobiernos, cuyos líderes reconocen cada vez más la importancia económica de un centro de manufactura estable. Esperamos que este informe aliente a los responsables políticos de las economías desarrolladas y en desarrollo a identificar las áreas de crecimiento de fortalezas y debilidades para tomar medidas y reforzar su competitividad en la manufactura.
Los cambios dramáticos en la competitividad de la manufactura de 2004 a 2014 se deben, principalmente, a cuatro factores, que están borrando las fronteras tradicionales entre regiones de bajo y alto costo:
Utilizamos a Estados Unidos como la línea de base para comparar los cambios de costos en cada una de estas cuatro dimensiones de 2004 a 2014, para los 25 principales exportadores mundiales de productos manufacturados. Agregamos puntajes de las cuatro dimensiones en una puntuación global de competitividad de costo de fabricación de cada economía en relación con la Unión Americana. La puntuación de este país sigue siendo 100. Si una economía tiene una puntuación de 110 en nuestro Índice de Competitividad de Costos de Fabricación Mundial, sus costos de producción promedio son 10% más altos que los de Estados Unidos.
Debido a que existen centros de producción relativamente de bajo costo en todas las regiones del mundo, más bienes de consumo en Asia, Europa y las Américas serán producidos más cerca de estos países
Por supuesto, otros factores además de las tasas de salarios, la productividad, los tipos de cambio y los costos de energía también tienen un gran peso en las decisiones empresariales sobre dónde enfocar las cadenas de suministro. Los costos de logística, la facilidad de hacer negocios y la presencia de la corrupción, entre otras cuestiones, pueden afectar la capacidad de atracción de posibles ubicaciones. En nuestra investigación hemos encontrado que el crecimiento de la manufactura en una serie de países que tienen costos directos muy atractivos se atrofia debido a la debilidad en estas áreas. (Ver tabla 2.) Estos factores son de naturaleza local y pueden variar mucho en diferentes lugares, incluso dentro de los mismos países. Por lo tanto, no los hemos modelado en nuestro índice de costos. Los fabricantes perspicaces, sin embargo, deben tener en cuenta estos factores a la hora de tomar decisiones.
Una década de transformaciones profundas en los tipos de cambio y los costos de mano de obra y energía ha dado lugar a mudanzas notables en las estructuras de costos de fabricación relativos entre las 25 principales economías de exportación. La competitividad en la fabricación, una vez concentrada en unas pocas regiones, es ahora verdaderamente global. También ha habido un reordenamiento dramático de competitividad de los costos entre países específicos alrededor del mundo.
Mientras más nos adentramos en estas tendencias macroeconómicas, identificamos cuatro patrones comunes que describen los cambios de costos que se producen en la mayoría de las economías de nuestro Índice. Agrupamos estas economías en categorías que describimos como bajo presión, perdiendo terreno, manteniendo la estabilidad y economías en ascenso.
Cinco países que tradicionalmente han sido considerados como centros de manufactura de bajo costo han visto su ventaja competitiva significativamente erosionada de 2004 a 2014: Brasil, China, la República Checa, Polonia y Rusia. En varios de estos países se estima que los costos promedio de producción son ahora más altos que los de Estados Unidos. Brasil experimentó el giro más dramático: sus costos promedio se ubicaron alrededor de 3% más abajo que en Estados Unidos en 2004, y se estima que en 2014 fueron 23% más altos. En 2004 se estimó que los costos promedio en Polonia y Rusia fueron más baratos en 6 y 13%, respectivamente, que en Estados Unidos. Ahora ambos están más o menos a la par. Los costos en la República Checa eran de alrededor de 3% más bajos que en la Unión Americana en 2004, pero ahora son 7% más altos que en Estados Unidos. La ventaja del costo de fabricación estimado de China frente a Estados Unidos se ha reducido de 14 a 4% en el mismo periodo.
Los factores clave que impulsan estos cambios varían mucho por la economía. El alza desmesurada de los costos de mano de obra y energéticos han erosionado la competitividad de China y Rusia. Hace una década, por ejemplo, los salarios manufactureros ajustados por productividad promediaron en un estimado de 4.35 dólares por hora en China y 6.76 en Rusia, en comparación con 17.54 en Estados Unidos. De nuevo, corregidos por las diferencias de productividad, los costos laborales se han triplicado en los dos países, a un estimado de 12.47 dólares por hora en China y 21.90 en Rusia. Los costos promedio de mano de obra de fabricación ajustados a la productividad en Estados Unidos han aumentado en solo 27%, desde 2004, a 22.32 dólares. El costo de la electricidad industrial aumentó en un estimado de 66% en China y 132% en Rusia, mientras que el costo del gas natural se elevó en un estimado de 138% en China y 202% en Rusia entre 2004 y 2014.
La erosión de la ventaja del costo de energía en Rusia puede parecer sorprendente. Dicho país es un importante exportador de gas natural y petróleo, y los fabricantes nacionales pagan alrededor de 30% menos por el gas que los clientes industriales en Estados Unidos. Pero los precios del gas ruso han aumentado considerablemente en comparación con los de la Unión Americana. ¿Por qué? El gran aumento de la producción de gas de esquisto ha hecho que los precios en Estados Unidos desciendan drásticamente. Rusia sigue dependiendo de gas natural convencional, que se ha vuelto más caro. Así que a pesar de que los fabricantes rusos siguen disfrutando de los costos de gas natural más bajos del mundo para los fabricantes industriales, la ventaja de costos sobre Estados Unidos se ha reducido significativamente. La competitividad manufacturera de Rusia se ha debilitado aún más por factores que no están incluidos en nuestro Índice de costos. En los indicadores internacionales, Rusia ocupa el lugar 92 para la facilidad de hacer negocios, 95 para la eficacia de la logística y 127 de la percepción de corrupción.
Brasil ha perdido terreno en todas las dimensiones. Cabe señalar que, a pesar de ser considerado un mercado emergente, este país no era un destino de fabricación considerablemente más barato que Estados Unidos una vez que la productividad fue ponderada, incluso hace una década. Sin embargo, la situación ha empeorado. Los salarios más altos combinados con un débil crecimiento de la productividad representaron más de tres cuartas partes de un aumento del costo de fabricación de 26% en comparación con Estados Unidos de 2004 a 2014. Los salarios en las fábricas brasileñas se han duplicado aún más en los últimos diez años. Los ingresos más altos suelen ser un signo saludable de desarrollo y la última década fue de crecimiento económico constante y estable que permitió a millones de hogares saltar de la pobreza a la clase media. Pero el aumento de los salarios no fue compensado por las ganancias de productividad. De hecho, la productividad total en la mano de obra mejoró solo 1% por año desde 2004 hasta 2014, ubicando a Brasil en el lugar 19 de las 25 economías en nuestro Índice en esta dimensión.
Investigaciones anteriores de BCG han mostrado que el alto crecimiento de los salarios en Brasil y las débiles ganancias de la productividad se atribuyen en gran parte a la escasez de talento, la falta de inversión, infraestructura inadecuada y un marco institucional excesivamente complejo y costoso para los negocios. (Véase Brasil: Enfrentando el desafío de la productividad, informe de BCG, enero de 2013). Una duplicación de los costos industriales de electricidad y un salto de casi 60% en los costos de gas natural también han mermado la competitividad. Debido a estos factores, Brasil está empatado con Italia y Bélgica como la cuarta economía de fabricación competitiva de menor costo en nuestro Índice, solo por delante de Australia, Suiza y Francia.
Polonia fue la economía más competitiva en costos en Europa hace una década y sigue estando bien posicionada en comparación con sus vecinos. Cuenta con un estimado de 20 puntos porcentuales de ventaja económica sobre Alemania, por ejemplo, a pesar de que se ha reducido ligeramente de 23 puntos en 2004. Sin embargo, debido a los mayores costos de la energía y el aumento de los salarios, Polonia ha perdido terreno frente a algunos de los más fuertes competidores globales. El país generó un crecimiento moderado de la productividad de aproximadamente 38% de 2004 a 2014, pero este beneficio fue en gran parte compensado por la apreciación de las divisas.
Los costos de producción en la mayor parte de Europa Occidental fueron relativamente altos hace una década y la competitividad de costos se ha debilitado considerablemente en varios países. Los costos promedio de producción en Bélgica se incrementaron en 7% en comparación con los de Estados Unidos. Aumentaron 8% en Suecia; 10% en Francia, Italia y Suiza; y 21% en Australia. (Ver Gráfica 4).
Los crecientes costos energéticos, las divisas fuertes y el débil crecimiento de la productividad son los principales responsables. Los costos de electricidad han aumentado en un promedio de 59% en las seis economías. Los costos del gas natural se han disparado en un estimado de 94% desde 2004, en promedio. Los salarios en los países que pierden terreno aumentaron aproximadamente 10% más de lo que lo hicieron en Estados Unidos, mientras que el crecimiento de la productividad se retrasó en un estimado de 10% en comparación al de Estados Unidos. En Australia, por ejemplo, los salarios aumentaron en 48% de 2004 a 2014, y la productividad del trabajo se mantuvo prácticamente plana.
Para tener una idea de cómo se han retrasado drásticamente las ganancias de productividad en algunos países que pierden terreno, debemos considerar la siguiente comparación. En Corea del Sur, la producción promedio por trabajador manufacturero aumentó en casi 56% de 2004 a 2014. En Italia, la producción por trabajador se redujo en más de 6% en el mismo periodo. El rendimiento de Italia también está en marcado contraste con el de Austria, donde la producción por trabajador aumentó en alrededor de 24% desde 2004. Aunque Austria tiene el sexto salario de fábrica promedio más alto de los 25 países de nuestro Índice, su competitividad relativa de costos no disminuyó significativamente en la última década a medida que las ganancias de productividad ayudaron a compensar otros aumentos.
Los mercados laborales relativamente inflexibles también contribuyen a los altos costos de mano de obra ajustados a la productividad en la mayoría de los países que pierden terreno. Francia, otro rezagado en la productividad, ilustra algunos de los desafíos. De 2004 a 2014, el crecimiento de esta economía en la producción por trabajador fue aproximadamente 14% más bajo que el de Estados Unidos. Parte de la razón es que Francia tiene las reglas de trabajo más rígidas de cualquier economía exportadora importante en nuestro Índice. Por ejemplo, la jornada laboral oficial es de siete horas, los empleadores deben pagarle a los empleados 30 días de vacaciones anuales y el trabajo nocturno está muy restringido.
Cuatro países de nuestro grupo, que representan tanto las economías en desarrollo como las desarrolladas, lograron mantener su competitividad en costos de 2004 a 2014, a pesar de los mayores costos energéticos globales. Ellos son la India, Indonesia, Países Bajos y el Reino Unido. Los costos totales en cada nación cambiaron por no más de 2% en cualquier dirección en comparación con Estados Unidos.
Estos cuatro países han aumentado significativamente su competitividad en los costos dentro de sus regiones. Las estructuras de costo de fabricación directa del Reino Unido y los Países Bajos, por ejemplo, han mejorado frente a cada una de las otras 10 economías europeas en nuestro Índice, así como frente a Rusia. Del mismo modo, la India e Indonesia han mejorado su competitividad de costos en comparación con cada una de las otras cinco economías de Asia-Pacífico. Como tal, nos referimos a las del Reino Unido, los Países Bajos, la India e Indonesia como “líderes regionales emergentes”.
El Reino Unido se ha convertido en la economía manufacturera de más bajo costo de Europa Occidental, justo por delante de España. La competitividad indexada del Reino Unido mejoró en un estimado de 5% de puntos relativos a Bélgica, 6 puntos con respecto a Polonia, 8 puntos con relación a Francia y 9 puntos en relación con Suiza. El mercado laboral flexible del Reino Unido, que facilita ajustar el tamaño de la fuerza laboral cuando las circunstancias económicas cambian, es una ventaja competitiva importante. El Reino Unido, por lo tanto, puede ser una propuesta más atractiva como destino de la inversión en nueva capacidad.
En los Países Bajos, los costos de mano de obra ajustados a la productividad cayeron de 2004 a 2014 en relación con Estados Unidos. Eso se debe a que los salarios manufactureros aumentaron solo alrededor de 1.7% anual durante ese periodo, mientras que la productividad creció aproximadamente 2% anual. El gas natural y la electricidad para usuarios industriales costó aproximadamente de 10 a 30% menos en los Países Bajos que en la mayoría de sus vecinos europeos.
Los costos de fabricación en la India e Indonesia experimentaron un movimiento más significativo, aumentando en algunas dimensiones pero decayendo en otras. A pesar de que los salarios promedio de producción han aumentado en más del doble en los dos países durante la última década, estos incrementos fueron compensados por aumentos de la productividad y por la devaluación de las divisas. La rupia india se redujo en 26% frente al dólar estadounidense de 2004 a 2014, mientras que la rupia indonesia cayó 20%. Los costos de energía aumentaron relativamente de forma modesta. El precio del gas natural aumentó en 5.2% anual de 2004 a 2014 en Indonesia y en un 6.5% en la India, sustancialmente menor que en otras economías líderes de manufactura de Asia.
Tanto la India como Indonesia podrían aprovechar mejor sus costos energéticos y de mano de obra bajos para aumentar significativamente las exportaciones de productos manufacturados si pudieran mejorar en otras áreas que actualmente dificultan su competitividad. Aunque Indonesia tiene la estructura de costos directos más bajo de los 25 principales países exportadores del mundo, se ganó el puesto número 59 en el desempeño logístico, 114 en la percepción de la corrupción, y un bajo 120 en facilidad de hacer negocios. Además, Indonesia necesita mejorar su base de suministro local para reducir su dependencia de materiales importados, repuestos y maquinaria. La ventaja del bajo costo de la India se compensa de manera significativa por su baja calificación en el desempeño logístico (46), la percepción de la corrupción (94) y la facilidad para hacer negocios (134)2 .
La competitividad de los costos de fabricación de Estados Unidos y México mejoró sustancialmente en la última década en comparación con todas las otras economías de nuestro Índice. Para estos dos líderes mundiales, los salarios ajustados por productividad y las tasas de cambio se han mantenido estables o han mejorado en relación a los demás países. Ambas naciones también tienen costos de energía muy competitivos. (Ver tabla 3.)
México ha recuperado su estatus como centro principal de manufactura de bajo costo. El país gozó de una oleada de inversión en la fabricación y el auge de las exportaciones a Estados Unidos después de la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) en 1994. Sin embargo, una parte significativa del trabajo de la manufactura se trasladó a China después de que el país entró en la Organización Mundial del Comercio (OMC) en 2001. El péndulo ahora está empezando a regresar.
El factor más importante es el costo de la mano de obra ajustada por productividad. En 2000, la mano de obra en la fabricación mexicana fue más o menos el doble de cara que la mano de obra de fabricación china. Desde 2004, sin embargo, los salarios chinos se han quintuplicado y los salarios mexicanos han aumentado en solo 67%, menos de 50% en términos de dólares. Y, a pesar de que China ha tenido un mayor crecimiento de la productividad, se estima que los costos promedio de mano de obra mexicanos ajustados por productividad son 13% inferiores a los de China. Si añadimos atractivos costos de electricidad y gas natural, los costos totales de México se estiman en 5% por debajo de los de China, 9% por debajo de los de Estados Unidos, 10% inferiores a los de Polonia, 11% inferiores a los de Corea del Sur y un completo 25% inferiores a los de Brasil. (Ver recuadro “México: Una economía en ascenso”.)
La brecha del costo de fabricación entre Estados Unidos y otras economías altamente desarrolladas se amplió significativamente entre 2004 y 2014. Se estima que los costos promedio de Estados Unidos están ahora a 9 puntos porcentuales por debajo de los del Reino Unido, 11 puntos por detrás de Japón, 21 puntos por abajo de Alemania, y 24 puntos más bajos que en Francia. De los grandes exportadores de economía desarrollada, solo Corea del Sur está cerca, con costos aproximadamente 2% más altos. De hecho, como se discute en la investigación previa de BCG, Estados Unidos ha surgido como el lugar de fabricación de más bajo costo del mundo desarrollado. (Ver “Behind the American Export Surge: The U.S. as One of the Developed World?s Lowest-Cost Manufacturers”, BCG Focus, agosto de 2013.) Al mismo tiempo, Estados Unidos ha logrado la paridad de costo aproximado con países de bajo costo en el este de Europa. La brecha de costos con China se ha reducido dramáticamente y, si continúa la tendencia de los últimos 10 años, desaparecerá antes del final de la década.
La mano de obra es clave para el crecimiento de la ventaja competitiva de Estados Unidos. Este país tiene uno de los mercados laborales más flexibles del mundo desarrollado y es la economía más favorable en términos de la regulación de mano de obra entre los 25 principales exportadores de manufacturas. Estados Unidos también tiene, por mucho, la productividad de los trabajadores más alta entre los 25 exportadores de bienes más importantes del mundo. Ajustados a la productividad, los costos de mano de obra de Estados Unidos son aproximadamente 20 a 54% menores que los de Europa Occidental y de Japón para muchos productos.
La mayor ventaja en costos de energía de Estados Unidos es su reciente desarrollo. Mientras los precios industriales del gas natural han aumentado en el mundo, en Estados Unidos han disminuido alrededor de 50% desde 2005, cuando la extracción a larga escala en depósitos de shale gas comenzó a expandirse. En estos momentos, el gas natural cuesta más del triple en China, Francia y Alemania que en Estados Unidos ?y cuatro veces más en Japón. Además de ser un proveedor importante para industrias como las químicas, el shale gas de bajo precio también ha ayudado a mantener los costos de electricidad en Estados Unidos por debajo de la mayoría de otros exportadores importantes. Esta situación se traduce en una ventaja considerable para industrias que tienen un uso intenso de energía como las productoras de acero y vidrio. El gas natural representa solo 2% de los costos de manufactura de Estados Unidos, y la electricidad únicamente 1%. Pero en muchos otros países exportadores de bienes el gas natural representa de 5 a 8% de los costos de manufactura y la electricidad representa de 2 a 5%. (Véase “Casi todos los fabricantes en Estados Unidos se beneficiarán de los bajos costos del gas natural”, comunicado de prensa de BCG, 13 de febrero de 2014.)
Gracias a sus grandes reservas, se espera que los precios en Estados Unidos permanezcan dentro de un rango de 4 a 5 dólares por mil pies cúbicos durante varias décadas. Es más, debido a que tomará mucho tiempo para que otras naciones puedan alcanzar los niveles de extracción de shale gas o para que Estados Unidos pueda exportar su producción local, la ventaja en costos se mantendrá exclusiva para América del Norte por lo menos de cinco a 10 años.
Muchas economías líderes en la exportación de manufactura no entraron en nuestras cuatro categorías porque los cambios en sus estructuras de costos no siguieron ninguno de los patrones establecidos. (Ver gráfica 5.) Mientras que Alemania y Japón perdieron terreno frente a economías como las del Reino Unido, Estados Unidos y los Países Bajos, por ejemplo, se mantuvieron estables o ganaron terreno en comparación a China, Brasil y muchas otras economías europeas. Para Corea del Sur y Taiwán, sus puestos en cuanto a costos se deterioraron comparados con Estados Unidos, India e Indonesia, pero estas dos economías mejoraron en otros mercados emergentes, tales como China, Rusia, Tailandia, Polonia y la República Checa ?y se movieron positivamente en comparación a Brasil, Australia y Francia. A pesar de que Canadá perdió 11 puntos porcentuales en competitividad de costos en relación a Estados Unidos desde 2004, no calificó en nuestros parámetros como una economía en recesión porque también se ha beneficiado por la disminución de los costos de gas natural.
La visión global que dividía claramente el mundo en regiones con bajo y alto costo de manufactura había funcionado bien para diversas compañías durante las últimas tres o cuatro décadas. Sin embargo, como hemos observado en el Índice de Competitividad de costos de Fabricación Mundial de BCG, las compañías necesitan ver el mundo bajo una nueva luz.
Hace 10 años, muy pocos anticipaban los cambios dramáticos y sustanciales en los salarios y en los costos de energía que han sucedido tanto en los países desarrollados como en los que están en vías de desarrollo. Sin embargo, en nuestra cambiante economía mundial, hay una razón para esperar que la volatilidad continúe y que la competencia relativa de costos permanezca dinámica. Ni las compañías ni los legisladores pueden estar satisfechos con su posición en la competencia.
Las economías que ya se han rezagado en la competencia de costos necesitan tomar acción inmediata para evitar que sus bases manufactureras se deterioren aún más. Aquellos que están bien posicionados no se pueden dormir en sus laureles. Hay grandes implicaciones para los fabricantes que tienen operaciones en todos los países. A continuación, una lista de algunas de esas implicaciones:
Muchas compañías necesitan aproximarse a los cambios económicos de la manufactura global con una mente fresca. En lugar de ver el mundo en términos de bajos costos versus altos costos, las decisiones de abastecimiento e inversión manufacturera deben estar basados cada vez más en un entendimiento actual y sofisticado de la competitividad entre regiones. Las compañías que construyen su capacidad de producción con base en conceptos pasados de moda sobre la competitividad de costos ?y fracasan en analizar escenarios para tendencias a largo plazo? se arriesgan a ponerse en desventaja por dos o más décadas. Las ganadoras serán las compañías que alineen sus operaciones con la economía cambiante de la manufactura global, y que se flexibilicen para cambiar de dirección al mismo tiempo que esas economías continúan evolucionando.
Traducción: Paola Quintanar.
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1 Véase, Harold L. Sirkin, Justin R. Rose y Michael Zinser, The U.S. Manufacturing Renaissance: How Shifting Global Economics Are Creating an American Comeback, Knowledge @ Wharton, 2012. Este libro electrónico se puede descargar de forma gratuita en Amazon Kindle.
2 Los índices consultados son el Índice de percepción de la corrupción y la transparencia internacional 2013, la Clasificación del ambiente económico de la Unidad de Negocios y el Índice de comportamiento logístico del Banco Mundial.