1. Las cadenas mundiales de valor: un fenómeno en auge
La fragmentación internacional de los procesos productivos y la irrupción de China como pivote central de las cadenas mundiales de valor constituyen elementos definitorios de los cambios acaecidos en la economía mundial en las últimas décadas.
El concepto cadenas mundiales de valor se refiere a las diferentes fases de generación de valor que tienen lugar a lo largo de un proceso productivo y que se ubican en diferentes países, culminando con la elaboración de un producto final. Estos encadenamientos productivos tienen importantes implicaciones para las relaciones comerciales de los países participantes, pues una parte creciente de sus intercambios comerciales obedece a una lógica, diferente de la convencional, que opera en función de las necesidades de suministro de estas cadenas mundiales de producción.
Entre los principales factores que explican la emergencia de estos crecientes encadenamientos productivos de carácter global se encuentran los avances tecnológicos en el transporte y las comunicaciones, la intensificación de la inversión extranjera directa, así como los cambios institucionales que han promovido una mayor apertura económica de los países, entre los que destacan China y otras economías emergentes.
La medición del fenómeno de las cadenas mundiales de valor ha supuesto un verdadero desafío estadístico y metodológico. La labor de la ocde y la omc mediante el establecimiento de la base de datos de comercio en valor añadido tiva ha contribuido notablemente a estos esfuerzos de medición.
La mayor parte de los países de América Latina presentan un predominio de los encadenamientos hacia delante
Como instrumentos de medición de la participación en las cadenas mundiales de valor, desde la perspectiva del comercio en valor añadido, se han diseñado una serie de indicadores, entre los que destacan los índices de participación (hacia atrás, hacia adelante y total) y de posición. El índice de participación hacia atrás de un país expresa el valor añadido extranjero contenido en las exportaciones brutas de ese país (encadenamientos hacia atrás) expresado como porcentaje de sus exportaciones brutas. Por su parte, el índice de participación hacia adelante expresa el valor añadido por un país determinado a las exportaciones brutas de terceros países (encadenamientos hacia adelante) expresado como porcentaje de sus exportaciones brutas. El índice de participación total es el resultado de sumar ambos índices de participación (hacia adelante y hacia atrás). Finalmente, el índice de posición se calcula, en su forma más simple, como la diferencia entre el índice de participación hacia adelante y el índice de participación hacia atrás; un resultado positivo indica el predominio de los encadenamientos hacia adelante, mientras que un resultado negativo indica el predominio de los encadenamientos hacia atrás.
2. Participación de América Latina y China en las cadenas mundiales de valor
Junto a la emergencia de China en la escena global, los países de América Latina (ALC6)¹ tampoco han permanecido ajenos a este proceso, toda vez que han visto intensificado su comercio con el gigante asiático (ver la Tabla 1).
China y los países de América Latina presentan una evolución similar en cuanto a su participación en las cadenas mundiales de valor, que en ambos casos ha aumentado (ver la Tabla 2). Ello no impide que en el caso de América Latina se aprecien notables disparidades en cuanto al grado de participación; destacan Chile (51.9% de sus exportaciones en 2011), México (46.8%) y Costa Rica (44.6%), frente a los niveles de participación más moderados de Argentina (30.5%), Brasil (35.2%) y Colombia (37.9%). Por su parte, China muestra un elevado índice de participación en las cadenas mundiales de valor (47.7% de sus exportaciones en 2011), lo que, unido al tamaño de su economía, reafirma su papel central en el proceso de conformación de la “fábrica mundo”.
En cuanto al perfil de inserción, el índice de posición muestra el tipo de encadenamientos predominantes (hacia atrás o hacia adelante), también expresado como porcentaje de las exportaciones brutas. En este sentido, la mayor parte de los países de América Latina (Argentina, Brasil, Chile y Colombia) presentan un predominio de los encadenamientos hacia adelante (índice de posición con valor positivo), mientras que México y Costa Rica, al igual que China, muestran un predominio de los encadenamientos hacia atrás (índice de posición con valor negativo).
Estas evidencias muestran un perfil contrastado de modos de inserción en las cadenas mundiales de valor, reflejando, por un lado, la participación como suministradores de insumos primarios (commodities) de gran parte de los países latinoamericanos y, por otro lado, una inserción diferenciada con predominio de los encadenamientos industriales hacia atrás en los casos de México y Costa Rica en sintonía con China.
3. Participación conjunta de América Latina y China en las cadenas mundiales de valor
Más allá de la participación individual en las cadenas mundiales de valor, resulta de interés analizar los encadenamientos que vinculan estrecha y conjuntamente a América Latina y China con el fin de obtener una imagen más nítida de sus interconexiones en el marco del comercio ligado a la fragmentación productiva internacional. La Gráfica 1 muestra los principales indicadores de participación (en este caso, coparticipación) en cadenas mundiales de valor del conjunto de América Latina (ALC6) a través de su comercio con China en el periodo 1995-2011. Se observa una evolución claramente creciente de los respectivos índices de participación. Muestra de ello es que el índice de participación total de América Latina en las cadenas mundiales de valor, con China como socio comercial, fue en 2011 once veces superior al nivel de 1995.
Si bien en la inserción de América Latina con China predominan los encadenamientos hacia adelante (valor añadido generado en América Latina que es reexportado por China a otros países), son los encadenamientos hacia atrás (valor añadido de China que es reexportado por América Latina a terceros países) los que han experimentado un mayor salto en términos relativos. Como consecuencia de ello, el índice de posición de los países latinoamericanos en su participación conjunta con China presenta valores positivos y crecientes, aunque con tendencia moderada.
Debe destacarse que este patrón de inserción de América Latina en las cadenas mundiales de valor, con China como socio comercial, presenta una excepción notable en el caso de México, que exhibe pautas de inserción diferentes al las del resto de países latinoamericanos. Esta diferenciación se manifiesta en la preponderancia de los encadenamientos hacia atrás en la inserción comercial de México con China (ver la Gráfica 2), lo que revela una mayor integración manufacturera de la economía mexicana con China, incluyendo encadenamientos de mayor contenido industrial y en fases más avanzadas de la cadena de valor que el resto de economías latinoamericanas, cuya inserción se basa primordialmente en la exportación de productos primarios a China.
La importancia de China en la inserción de los países latinoamericanos en las cadenas mundiales de valor queda patente al medir la contribución del índice de participación derivado de su comercio con China a sus respectivos índices de participación total (ver la Gráfica 3). En este sentido, se constata un fuerte aumento de la importancia relativa del comercio con China a la hora de explicar la participación en las cadenas mundiales de valor de los países latinoamericanos, con aumentos que van desde los 6.5 puntos porcentuales del caso de Argentina hasta los 16.6 puntos del caso de Chile, pasando por otros aumentos significativos como los de Brasil (13.2 puntos), Costa Rica (11.8 puntos) y México (10.5 puntos). Estos resultados ponen de manifiesto el papel cada vez más relevante de China en el proceso de inserción de los países latinoamericanos en las cadenas mundiales de valor.
Desde la perspectiva de China y obviando el efecto “escala”, esta participación conjunta en las cadenas mundiales de valor también ha supuesto un eslabón cada vez más importante en la inserción del país asiático en la economía global, triplicando entre 1995 y 2011 (1.7% y 5.3%, respectivamente) su contribución al índice de participación total en las cadenas mundiales de valor.
Del conjunto de las evidencias observadas se desprenden dos conclusiones de interés para cualquier estrategia que los países de América Latina quieran emprender. En primer lugar, la importancia clave de China como canal ya efectivo y creciente de inserción en la nueva economía global. En segundo lugar, la necesidad cada vez más palpable de un cambio de modelo productivo que contribuya al aprovechamiento y desarrollo de las potencialidades existentes, pero también a una inserción en las cadenas mundiales de valor más equilibrada y enriquecedora para el conjunto de la región. Esto último no será posible sin una concienciación y una apuesta decidida por emprender políticas que contribuyan a diversificar y a transformar estructuralmente las economías de la región por medio del upgrading industrial. τ
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¹Este artículo se centra en los siguientes seis países de América Latina y el Caribe (en adelante, ALC6): Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica y México, para los cuales existe información en la base de datos de comercio en valor añadido TiVA (OCDE/OMC).