China está de moda. En el umbral de la tercera década del siglo XXI se ha convertido en un avezado contendiente de la hegemonía estadounidense. Lo ha hecho tras cuatro décadas de un proceso de reformas y apertura que le ha permitido mantener una expansión económica sostenida y una efectiva dinámica de desarrollo que, entre otras conquistas, le llevó a la práctica desaparición de la pobreza extrema. El proceso de “globalización con características chinas” no parece depender de cercanías ideológicas ni del reconocimiento diplomático.1 Mediante instrumentos como el Foro CELAC-China —en el que participan nueve países del subcontinente que mantienen relaciones diplomáticas con Taiwán—, China ha afianzado su presencia en América Latina y el Caribe (ALC) en los ámbitos del comercio, el financiamiento, la inversión extranjera directa y los proyectos de infraestructura.
¿Qué significado tiene para México y sus masivos retos socioeconómicos internos el vertiginoso ascenso de la economía china, la más grande del mundo por el tamaño de su PIB en paridad de poder de compra, según las estadísticas del FMI de 2020?2 ¿Cuál es la transcendencia para el país del escalamiento tecnológico chino, la fulminante respuesta estadounidense a este proceso y las tensiones que prevalecen entre ambas potencias al menos desde 2018?3
En el Centro de Estudios China-México (Cechimex) de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México y en la Red Académica de América Latina y el Caribe sobre China (Red ALC-China) se ha insistido en la última década en la necesidad de mejorar la calidad de los estudios sobre China y su relación con los países de ALC. Se busca trascender los temas abstractos y generales —de la Nao a las inversiones, el financiamiento y los proyectos de infraestructura, por ejemplo— para abocarse a aquellos que permitan conocer a fondo la dinámica de la relación bilateral y elevar la calidad de las propuestas para mejorarla.
En lo que sigue abordaremos exclusivamente el tema comercial entre México y China. Más allá de las significativas diferencias que presentan las estadísticas comerciales de las fuentes oficiales en ambos países, examinaremos un conjunto de aspectos estructurales y coyunturales del comercio bilateral, teniendo como marco de referencia las disputas recientes que tensan la relación entre China y Estados Unidos.4
Fuente: elaboración propia con base en Banxico (2020).
COMERCIO TOTAL
En la última década, el comercio exterior de México experimentó profundos cambios estructurales. Si bien es cierto que Estados Unidos detenta históricamente el primer lugar entre los socios comerciales del país, también lo es que su participación se ha reducido progresivamente desde un máximo de 81.03% en 1999 hasta 62.94% en 2019. Este dramático descenso tiene como contrapartida el incremento del intercambio comercial con los países asiáticos, cuya participación en el comercio exterior mexicano se triplicó en las últimas tres décadas y en 2019 contribuyó con 20.95% del total. De este conjunto de países, la presencia de China es la más destacada. No solo se convirtió en el segundo socio comercial del país en 2003, sino que su comercio bilateral con México superó desde 2010 a los del bloque de países de la Unión Europea. En 2019, los flujos comerciales bilaterales México-China representaron el 9.84% del comercio total del país, muy superior a la participación de poco menos de 1% registrada en 2000. Entre 2000 y 2019, el intercambio total México-China creció a una tasa media anual de 19.4%, muy superior a la tasa del comercio global del país y a la del efectuado con Estados Unidos. En ese mismo lapso, las exportaciones crecieron a una tasa media anual de 20.6% y las importaciones lo hicieron a una de 19.4%. En el cuadro 1 se muestra la dinámica expansión del comercio entre México y China.
EXPORTACIONES
En el periodo 2000-2019, el valor de las exportaciones mexicanas a China aumentó 34 veces y, a partir del último lustro, el gigante asiático se convirtió en el tercer mercado de destino más importante para el país, solo detrás de Estados Unidos y Canadá. En 2017, los envíos mexicanos a China contribuyeron con 1.63% de las ventas totales, su mayor nivel hasta ahora. En este mismo rubro, la participación estadounidense descendió de un máximo de 88.74% en 2003 a 75.99% en 2019. A nivel de capítulos, el 67.37% de las exportaciones totales enviadas a China en 2019 se concentraron en cinco rubros, entre los que destacan: petróleo con 39.12%, automotriz con 18.73% y electrónica con 9.52 por ciento.
IMPORTACIONES
China se consolidó como el segundo proveedor externo más importante del país, solo superado por Estados Unidos y desplazando en este rubro a países como Japón y Alemania. Si hasta 2006 las importaciones mexicanas provenientes de China representaban menos de 1% del total, para 2019 ya contribuían con 17.77%. En las últimas dos décadas, entre 2000 y 2019, las importaciones de China aumentaron 30 veces. En este ámbito del comercio exterior del país es donde se observa el mayor descenso de nuestra vinculación con Estados Unidos. En 1996, las mercancías provenientes de nuestro vecino del norte contribuyeron con 75.49% del total importado y para 2019 lo hacían con 44.11%, un descenso de más de 30% en el periodo. A nivel de capítulos, el 65.63% del valor total importado desde China se concentró en tres rubros: electrónica (37.99%), autopartes (22.70%) y automotriz (4.95%). En varios de estos capítulos, China ya ha tomado el lugar de Estados Unidos como proveedor principal.
Fuente: elaboración propia con base en Cechimex (2020)
BALANZA COMERCIAL
La balanza comercial de México muestra profundos cambios estructurales en las últimas décadas. En el periodo 1995-2019, el superávit comercial con Estados Unidos incrementó drásticamente y, en el último año referido, ascendió a 152,757 millones de dólares, 7.6 veces más que en 2000. No menos significativo es el desempeño de la balanza comercial con China: en 2019 el déficit comercial de México con este país fue de 76,197 millones de dólares, 30 veces superior al de 2000. La gráfica 1 muestra la relación importaciones/exportaciones con China, que en 2019 fue de 12/1.
Fuente: elaboración propia con base en Cechimex (2020).
COMERCIO POR NIVEL TECNOLÓGICO
Instituciones y autores diversos han identificado enormes brechas en contenido tecnológico de los bienes y servicios que comercian ALC y China:5 una característica estructural que resalta el escaso valor agregado de las exportaciones que se dirigen a China desde América Latina vis a vis las que provienen de ese país asiático. Algo semejante, aunque en menor proporción, ocurre con el comercio entre México y China: en la última década las diferencias o brechas entre las exportaciones e importaciones con China fueron mayores a 30% y, en algunos casos, superaron 50% (como en 2011); mientras que en el caso de Estados Unidos, México exhibe mayor nivel tecnológico medio y alto de sus exportaciones respecto a sus importaciones. Lo anterior denota la profunda integración industrial de México con Estados Unidos y la creciente integración de insumos chinos para los mercados doméstico y de exportación.
IMPORTACIONES POR TIPO DE BIEN
La gráfica 3 muestra características adicionales de las importaciones mexicanas provenientes de China y su comparación con las de Estados Unidos. En primer término, destaca que, desde 2003, más de 80% de las importaciones chinas corresponden a bienes de capital e intermedios; es decir, que son integrados a los procesos productivos de mercancías destinadas tanto al consumo doméstico como a la exportación. En contraste, desde 2003 menos de 20% de las importaciones chinas corresponden a bienes de consumo (14.72% en 2019 y 10.22% de las importaciones provenientes de Estados Unidos). De especial relevancia es la elevada participación de los bienes de capital en las importaciones mexicanas provenientes de chinas, 32.80% del total en 2019. En ese mismo año, la contribución de los bienes de capital en las importaciones totales fue de 18.67% y de 11.33% en las enviadas desde Estados Unidos. Este desempeño refleja el creciente proceso de escalamiento tecnológico de China en México, tema que también se ha analizado en su comercio con los países del TLCAN y Estados Unidos.6
Fuente: elaboración propia con base en UN-COMTRADE (2020)
DESEMPEÑO RECIENTE
Los flujos comerciales entre China y Estados Unidos han resentido las tensiones generalizadas que caracterizan a su relación bilateral desde 2017: la participación de China en las importaciones totales estadounidenses cayó de 16.34% en 2017 a 13.49% en 2019. En el marco de esas disputas, China sigue afianzado su presencia en el mercado mexicano: entre 2017 y 2019 su participación en el comercio total del país aumentó 0.1% y en el caso de las importaciones lo hizo en 0.6%. Con estas trayectorias, la participación de China en el comercio total mexicano alcanzó un máximo histórico de 10.21% en agosto de 2020. En ese mismo mes, la participación de Estados Unidos en el comercio total de México registró un mínimo histórico de 62.89%. De mantenerse dichas trayectorias en lo que resta de este año y en los meses siguientes, seguramente se generarán “suspicacias” y debates, tanto en Estados Unidos como en México. Lo anterior considerando que, como estrategia general, desde 1994 —e incluyendo la actual administración— en México se ha dado prioridad a la relación con Estados Unidos. Apenas en 2020 con la firma del T-MEC y su capítulo 32.10, se restringió la capacidad del país para firmar acuerdos de libre comercio con economías que no fueran de mercado, léase la República Popular China. De particular interés será el seguimiento a la manera en que las empresas mexicanas, particularmente las de la cadena autopartes-automotriz, sobrelleven las nuevas reglas de origen (que aumentaron con respecto al TLCAN) ante el incremento de las importaciones (no-regionales) de China.
CONCLUSIONES Y ALGUNAS PROPUESTAS
El incremento del comercio México-China ha sido espectacular desde inicios del siglo XXI (incluso desde antes). En 2019, los flujos de comercio entre China y México crecieron a mayor ritmo que los del resto de sus socios comerciales. El comercio con el segundo socio comercial de México desde 2003 presenta, además, un conjunto de rasgos distintivos: exportaciones e importaciones altamente concentradas en unos cuantos capítulos del Sistema Armonizado, un elevado y creciente déficit comercial, así como una significativa brecha tecnológica en el comercio bilateral (en 2019 el 73% de las importaciones provenientes de China y el 36% de las exportaciones a ese país fueron de nivel tecnológico medio y alto). Destaca, asimismo, el importante peso de los bienes intermedios y de capital en las importaciones mexicanas provenientes de China (más de 85% desde 2008) y su creciente participación en los procesos productivos de las empresas asentadas en el país. Este conjunto de tendencias se ha mantenido en términos generales desde 2017, se afianzó con el recrudecimiento de las tensiones entre las dos mayores economías del mundo y constituye un marco de referencia para elaborar un conjunto de propuestas de política de las que aquí adelantamos algunas.7
En primer lugar, pareciera indispensable mejorar la calidad de las instituciones públicas, privadas y académicas dedicadas al análisis y promoción del comercio con China. Por el momento, la Secretaría de Economía, la Secretaría de Relaciones Exteriores, así como diversos organismos empresariales y académicos, no están al nivel de la relevancia del comercio con China ni de la “asociación estratégica integral” acordada entre ambas naciones en 2013. Las cuatro instituciones bilaterales —la Comisión Binacional, el Grupo de Alto Nivel (GAN) y los especializados en Economía e Inversiones (GANE y GANI)— no han dado una respuesta satisfactoria a los retos comerciales en temas estadísticos, comercio ilegal y triangulación. Tampoco cuentan con una estrategia sólida para afianzar la presencia de los productos mexicanos en territorio chino.
En segundo lugar, pareciera indispensable que México —lidereado por las autoridades responsables en la Secretaría de Economía— elabore una agenda con acciones de corto, mediano y largo plazos encaminadas a ampliar los flujos comerciales entre México y China, y particularmente las exportaciones mexicanas al país asiático, el importador global con mayor dinamismo en el último lustro. Una agenda de este tipo —ya existen propuestas específicas al respecto8— se debería concentrar en un conjunto de cadenas globales de valor con efectivo potencial, entre las que se encontrarían las de alimentos y bebidas, autopartes, calzado, hilo-textil-confección y electrónica. Sin un certero y puntual diagnóstico, sin embargo, no será posible plantear una agenda comercial en el tiempo, y estrechamente vinculada con esfuerzos en el ámbito de la atracción de la inversión extranjera directa.
Con el propósito de contribuir a una “asociación estratégica integral” más efectiva entre ambos países, México, particularmente, deberá responder explícitamente a las invitaciones de China para integrarse a la Iniciativa de la Franja y la Ruta, así como al Banco Asiático de Inversiones e Infraestructura (AIIB, por sus siglas en inglés). Es probable que este eventual acercamiento pudiera verse con recelo en Estados Unidos; aunque, por otro lado, no es un hecho menor que docenas de países de ALC y Europa ya forman parte de estas iniciativas chinas. Una eventual incorporación de México, desde otra perspectiva, no solo permitiría ampliar el margen de acción de la política exterior mexicana; contribuiría, además, a fortalecer los vínculos con su segundo socio comercial del país y la economía más grande del mundo.
Notas
1 Enrique Dussel Peters, “Una globalización con características chinas”. Nueva Sociedad, febrero de 2018.
2 Fondo Monetario Internacional, IMF DataMapper, Washington, D. C. 2020.
3 Eugenio Anguiano Roch, “Confrontación Estados Unidos-China”, Ciclo de Conferencias del Cechimex, 23 de septiembre 2020.
4 De acuerdo con las respectivas fuentes oficiales, México exportó a China 6,854 millones de dólares, mientras que el valor reportado por China para este mismo flujo ascendió a 14,337 millones. De igual forma, México reportó importaciones de China por 83,052 millones, en tanto que los registros chinos consignaron 45,875 millones de dólares. En lo que sigue se utilizarán las estadísticas comerciales de México. Las estadísticas del comercio bilateral pueden consultarse en .
5 CEPAL, “Las tensiones comerciales exigen una mayor integración regional”, Perspectivas del Comercio Internacional de América Latina y el Caribe, CEPAL, Santiago de Chile, 2018, y Enrique Dussel Peters (coord.), La nueva relación comercial de América Latina y el Caribe con China ¿integración o desintegración regional?, Red ALC-China, UDUAL, UNAM/CECHIMEX, México, 2016.
6 Enrique Dussel Peters y Samuel Ortiz Velásquez, “El Tratado de Libre Comercio de América del Norte, ¿contribuye China a su integración o desintegración?”, en Enrique Dussel Peters (coord.), La nueva relación comercial de América Latina y el Caribe con China ¿integración o desintegración regional?, Red ALC-China, UDUAL, UNAM/CECHIMEX, México, 2016, pp. 245-308.
7 Docenas de propuestas específicas elaboradas por diversos autores pueden consultarse en Enrique Dussel Peters, “México: hacia una agenda estratégica en el corto, mediano y largo plazo con China. Propuestas resultantes de las labores del Grupo de Trabajo México-China (2009-2010), Cuadernos de Trabajo del Cechimex, México, 2011, pp. 1-8; Agendasia, Agenda estratégica México-China. Dirigido al C. Presidente Electo Enrique Peña Nieto, México, 2012, y Enrique Dussel Peters y Simón Levy-Dabbah (coords.), Hacia una agenda estratégica entre México y China, UAGENDASIA, COMEXI y CECHIMEX (2020).
8 Enrique Dussel Peters y Simón Levy-Dabbah, op. cit.