Nuevo León: círculos virtuosos y futuro
Por: Guillermo Máynez Gil  

 

Nuevo León tiene una sólida y muy reconocida vocación empresarial, basada en su voluntad de trabajo, disciplina, formación educativa y capacidad para acoplarse a las grandes transformaciones de las economías nacional e internacional.

 

Por extensión, ocupa el décimo tercer lugar a nivel nacional y el octavo por tamaño de población. Cuenta con un centro urbano dominante: el área metropolitana de Monterrey que, compuesta por 12 municipios, agrupa a 90% de la población del estado reportada por el INEGI en 5.12 millones de habitantes. Aporta 7.5% del PIB nacional, ocupando el tercer lugar después de Ciudad de México y el Estado de México.

 

En el estado operan más de 200 grupos empresariales, entre los cuales predomina la vocación manufacturera, aunque en las últimas décadas han obtenido cada vez mayor presencia los servicios y las tecnologías de la información, sobre todo tras la creación del Parque de Investigación e Innovación Tecnológica (PIIT), que busca atraer empresas en sectores como la mecatrónica, la biotecnología y la aeronáutica. En el rubro agropecuario destaca la zona citrícola del centro del estado.

 

Esta condición de polo de desarrollo de alto nivel ha convertido a Nuevo León en un imán para inmigrantes, tanto nacionales como extranjeros. Entre los primeros, destacan los provinientes de San Luis Potosí, Veracruz, Coahuila, Chihuahua y Ciudad de México, mientras que entre los extranjeros se cuentan ciudadanos de Estados Unidos, España, Francia, Italia, Corea del Sur y Argentina. Es claramente un estado dinámico, ávido de conocimiento, atractivo para emprendedores y personas que buscan desarrollarse en el mundo de los negocios.

 

No sorprende que Nuevo León se ubique entre las entidades más avanzadas del país de acuerdo con del Índice de Desarrollo Humano 2019 (IDH-ONU), solo superado por Ciudad de México y Baja California Sur. En cuanto a municipios, San Pedro Garza García se ubica también en tercer lugar, por debajo de las alcaldías de Benito Juárez y Miguel Hidalgo.

 

La educación, desde luego, tiene mucho que ver con estos resultados. Nuevo León tiene el segundo lugar en cuanto a años de escolaridad entre los mayores de quince años, con 10.3, solo por debajo de los 11.1 de Ciudad de México, a lo que se suma la presencia de numerosas universidades —tanto públicas como privadas— de excelencia, muchas de las cuales cuentan con destacados centros de investigación. Lo mismo ocurre con la conectividad: Nuevo León es el tercer lugar en cuanto a población con acceso a internet, con 83%, por debajo de Sonora y Baja California, y ligeramente por encima de Ciudad de México.

 

Estos números se completan con la posición de privilegio que ocupa regularmente en términos de recepción de inversión extranjera. En este rubro ocupó el segundo lugar en 2018 con el 13.5% del total nacional. Entre otros resultados, quizá el que más sobresale es que Nuevo León tiene la tasa de pobreza más baja de todo México: 14.5% (el estado con tasa más alta es Chiapas, con 76.4%), lo cual da una idea de cómo la combinación de espíritu empresarial, educación, conectividad, atracción de migrantes nacionales y extranjeros, con la inversión, resultan en estados prósperos y dinámicos. Nuevo León, sin duda, lo es.

 

Al igual que otros estados del centro-norte de México, Nuevo León supo aprovechar a fondo el TLCAN. La negociación del nuevo T-MEC es un eslabón más en la cadena de integración global de este estado, que con las décadas se ha abierto al mundo y le ha abierto al mundo sus puertas. Sin duda, y a pesar de los enormes retos globales que enfrenta el mundo hoy, la flexibilidad, vocación innovadora y marcado interés por los avances tecnológicos hace de Nuevo León uno de los estados de mayor proyección del país.