El reto tecnológico
La velocidad con la que se genera la innovación en las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC)2 provoca que la frontera del conocimiento sectorial se desplace constantemente. Tan solo para mantener el mismo nivel de competitividad, se requiere un esfuerzo continuo de innovación, de expansión de infraestructura y dominio de nuevos sectores. En economías en desarrollo como México, el esfuerzo debe ser mayor para reducir la brecha tecnológica que las separa de los países más avanzados. Esta presión innovadora resulta crucial no solo para el desarrollo del sector sino también para el resto de la economía, pues la competitividad de las empresas y el bienestar social dependen cada vez más del acceso a las TIC.
La convergencia de las tecnologías de la información (TI) y el software permite a los actores económicos y sociales acceder a un mayor caudal de información en forma inmediata y aprovechar innumerables servicios: en los ámbitos financiero, recreativo, de trámites gubernamentales, de salud y de educación. En el entorno productivo, la digitalización ha revolucionado la forma de diseñar, organizar, procesar, distribuir y comercializar los productos manufacturados y los servicios.
La incorporación horizontal de las TIC en todos los sectores económicos se aprecia en la extensa gama de productos y servicios asociados a esta tecnología que se integran en otros productos: robots, GPS, bluetooth, videos y software de muy diverso tipo, entre otros. Esta creciente demanda puede tener un efecto dinamizador sobre el PIB, porque la sola innovación en este tipo de tecnología tiende a estimular la actividad económica aun en un entorno de lento crecimiento.
Hay que agregar que el reto a futuro es enorme, si se considera que para 2025 las tecnologías disruptivas en varios sectores serán las que tengan mayor impacto en la economía mundial.3 Destacan las tecnologías disruptivas en internet móvil, la automatización del conocimiento, el internet de las cosas, la computación en la nube y la robótica avanzada. Al mismo tiempo, se esperan avances significativos en áreas como big data, impresoras en tres dimensiones y vehículos autónomos.
Esta profunda transformación llama a la búsqueda intensa de soluciones compartidas entre los sectores público y privado. Prácticamente ningún país ha logrado destacar en la producción, la innovación y el uso de TIC sin una política industrial y/o políticas de investigación y desarrollo interinstitucionalmente coordinadas. Los países exitosos han desplegado un esfuerzo considerable para construir una relación de cuádruple hélice, en la que participan activamente la academia, las empresas, el gobierno y la sociedad.
El sector de las TI en México
México ha tenido importantes logros como proveedor internacional de servicios TIC, alcanzando el tercer lugar a nivel mundial después de India y Filipinas, según la empresa de consultoría e investigación Gartner.4 De acuerdo con el INEGI, entre 2003 y 2012 el sector TIC en México se expandió a un promedio anual de 8.6% en valores constantes, considerablemente mayor que el promedio anual de 2.8% registrado por el PIB en el mismo lapso. La banda ancha móvil, por su parte, experimentó un elevado ritmo de crecimiento: la población del país con acceso a este servicio pasó de 5% en 2010 a 52% hacia finales de 2015 (aunque lejos del promedio de los países de la OCDE: 90%).5 También se ha expandido muy rápidamente el uso de banda ancha por parte de las empresas: de 51% en 2010 a casi 80% en 2014.6 No obstante, México sigue a la zaga de la OCDE en cuanto a la penetración del internet en el sector empresarial.
En contraste con lo que sucede en la mayoría de las economías de la OCDE,7 la producción de TIC en México contribuye poco al valor agregado nacional, hecho que se acentúa al considerar únicamente las TI (software incluido). Cabe destacar que las exportaciones mexicanas de servicios de TI se encuentran en los eslabones más bajos de la cadena productiva: call centers, otros procesos de negocios subcontratados que se agrupan bajos las siglas BPO (business process outsourcing) y el conjunto de servicios de tecnología de la información identificados con las siglas ITO (information technology outsourcing). En tanto que las exportaciones de servicios intensivos en conocimientos (KPO, knowledge process outsourcing) son considerablemente menores.
Un análisis a nivel de empresa arroja una visión más rica del sector. Así, el número de firmas que realizan actividades vinculadas a las TI creció de 2 mil 95 a 3 mil 237 entre 2002 y 2011, con una extensa variedad de actividades: 76% correspondió a empresas de desarrollo de software, 13% se especializó en medios interactivos, 7% en centros de atención telefónica, en tanto que las empresas de BPO contribuyeron con 4%. El empleo, no obstante, se concentró principalmente en esta última (44%), seguida por las empresas de desarrollo de software (35%) y los centros de atención telefónica o call centers (21%); mientras que las empresas de medios interactivos emplearon a menos de 1% de los trabajadores del sector. Por el lado de los ingresos, las BPO también captaron la mayor parte (68% en 2008), mientras que las empresas de desarrollo de software recibieron 29%.8
El rezago que se observa del segmento de software y servicios TI de mayor valor agregado en el país obedece, entre otros factores, a la aún insuficiente inversión en el sector productivo de TI; al hecho de que las grandes corporaciones que operan en México compran su software y otros servicios de TI a empresas multinacionales, lo que desincentiva su producción local; a que la exportación de servicios se concentra en los eslabones más bajos de la cadena global de valor de las TI, y lo que es tan importante o más que los elementos anteriores: la escasez relativa de talento adecuado para esta industria.
Alternativas para fortalecer el sector servicios de TI en México
México ha sido atractivo para inversiones en la industria de TI por sus ventajas comparativas tradicionales, como el bajo costo de su mano de obra, su proximidad geográfica con Estados Unidos, un huso horario conveniente y las habilidades de la mano de obra, aunque en tareas sencillas. Sin embargo, el país requiere dar un salto hacia estadios de producción más competitivos y de mayor valor agregado, en los que hasta ahora solo ha incursionado tímidamente.
El Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) ha propuesto cuatro posibles escenarios para el desarrollo futuro de la industria de TI en México. Estos escenarios, a nuestro juicio, pueden considerarse más complementarios que excluyentes.
• Primer escenario: México transitaría de ser productor de servicios de TI y BPO hacia KPO. Para ello se requieren programas de reentrenamiento que amplíen las capacidades del capital humano y profesionistas con una formación apropiada para asumir este tipo de tareas. India ha sido pionera en explorar estos horizontes (incluyen actualmente estudios de mercado, análisis de inversiones, búsqueda de información especializada e incluso I+D [Investigación y Desarrollo] en la industria farmacéutica o en biotecnología, entre otros).
• Segundo escenario: considera las TI como palanca esencial de la productividad en los sectores estratégicos del país (sectores aeroespacial, automotriz, eléctrico-electrónico y de equipo médico). Para incursionar en este tipo de actividades es central que México cuente con personal de TI con habilidades técnicas sofisticadas. Aunque en el país ya existen carreras de ingeniería enfocadas a estas ramas, no necesariamente se dispone de especialistas en software avanzado para esas industrias.
• Tercer escenario: ecosistema de emprendimiento e innovación como motor del crecimiento. Apuesta al impulso de los procesos productivos basados en el emprendimiento o startups con tecnologías emergentes. Al igual que en los dos escenarios anteriores, en México ya existe la experiencia y diversos instrumentos de política para fomentar este tipo de empresas. Pero cuando se habla de startups de tecnologías de punta, se carece del capital de riesgo y el capital humano necesarios. En el largo plazo, este escenario generaría empleos de calidad y contribuiría al desarrollo mediante la creación de nuevos mercados.
• Cuarto escenario: ecosistema regional de innovación. El talento y las capacidades de un subconjunto de jóvenes emprendedores muy bien formados por los sistemas educativos del país y de Estados Unidos establecerían redes regionales de conocimientos y de negocios de TI. Este capital humano iría tejiendo redes y creando diásporas de muy alto nivel, similares a las construidas por India en Estados Unidos, aunque en menor escala. El potencial no es menor, si se considera que en 2013 había en Estados Unidos 12 mil 297 personas nacidas en México trabajando en actividades vinculadas al cómputo y la información, 11 mil 566 más en actividades relacionadas con ciencias, ingeniería técnica y tecnológica, y 3 mil 406 en ingeniería en computación, eléctrica o de hardware. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Graduados de Licenciatura de Estados Unidos, este conjunto de trabajadores contaba, al menos, con licenciatura.
En la práctica ninguno de estos escenarios por sí solo puede aportar el impulso necesario para que México escale significativamente por las cadenas globales de valor (CGV) de TI, pero cada uno de ellos proporciona elementos útiles para avanzar, muchos de los cuales apuntan a fortalecer el talento humano en TI y mejorar la articulación entre políticas y actores; academia e industria. Solo así, el país logrará una mejor aproximación a la economía del conocimiento y estará en condiciones de crear los cinco polos globales de TI previstos como meta para el 2024 en el Prosoft 3.0.
Claudia Schatan es maestra en Economía por la Universidad de Cambridge. Ha sido consultora en la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
1 Este artículo se basa en Claudia Schatan, et al., “Retos del sector TIC en México: La formación de talento, entre los más importantes”, Foro Consultivo Científico y Tecnológico, A. C., México, 2015.
2 En este trabajo, las TIC abarcan tanto al sector tradicional de las telecomunicaciones (incluyendo hardware), como a las tecnologías de la información (TI) que consisten en la conversión, almacenamiento, procesamiento y aplicación de contenidos digitales (incluyendo software).
3 McKinsey, Disruptive Technologies: Advances that Will Transform Life, Business, and the Global Economy http://www.mckinsey.com/business-functions/digital-mckinsey/our-insights/disruptive-technologies.
4 Citado en ProMéxico, Tecnologías de la información y comunicación: Diagnóstico sectorial, p. 19. http://www.promexico.gob.mx/documentos/diagnosticos-sectoriales/tic.pdf.
5 OCDE, Broadband Portal, 2016 http://www.oecd.org/sti/broadband/oecdbroadbandportal.htm.
6 OCDE, Key ICT Indicators, 2016 http://www.oecd.org/internet/broadband/oecdkeyictindicators.htm.
7 Ib.
8 C230 Consultores, Base de conocimientos sobre el Prosoft 2.0 (con base en estudios previos), Prosoft y Canieti, diciembre de 2012.