La idea surgió en 2005, el proyecto inició en 2006 y el primer centro de investigación arrancó en 2007. En la actualidad cuenta con cuatro clusters de Intensidad I+D Alta —nanotecnología, biotecnología, aeronáutica y salud— y nueve de Intensidad I+D Media Alta —automotriz, electrodomésticos, tecnologías de información y software, multimedia e industrias creativas, logística y transporte, vivienda sustentable, agronegocios, energía y turismo.
El creador del proyecto es su director general, el doctor José Parada Ávila, quien en conversación con Comercio Exterior nos expone los episodios centrales, los logros y los retos a la fecha (véase la entrevista). Dado el alto nivel de sus centros, el PIIT es en la actualidad miembro de la Association of University Research Parks (AURP) y de la International Association of Science Parks (IASP).
Al 2015, el Gobierno estatal ha invertido 95.34 millones de dólares (MDD); el Gobierno federal, 172.98 MDD, y las empresas, 331.68 MDD, para un total de 600 MDD. Es, así, una apuesta triple hélice: Gobierno, academia, industria. A través del Fondo Mixto, el Gobierno estatal proporciona el terreno y el instituto o la empresa se ocupan de la infraestructura. La inversión en los rubros de equipamiento e infraestructura asciende a los 7 mil 500 millones de pesos (MDP) a la fecha.
Lo que bien podríamos llamar la “cadena de valor de conocimiento” que estructura al parque cuenta con cuatro capacidades: formación de talentos; generación de conocimiento y proyectos de I+D; creación de negocios basados en tecnología, e infraestructura de calidad internacional. El PIIT alienta, además, empresas innovadoras mediante incubadoras, que se benefician de los servicios de valor agregado y la infraestructura.
En torno al PIIT se extiende a la vez Ciudad Innova, 2 mil 500 hectáreas donde se construye un desarrollo habitacional, centros comerciales y de exposiciones, hoteles, y áreas verdes, recreativas y deportivas. Para su primera etapa, Ciudad Innova, que diseña el arquitecto Antonio Elosúa Muguerza, demanda una inversión de 200 MDD. En la medida en que se concrete la meta, tan solo la plusvalía del terreno pasaría de 300 pesos el metro cuadrado a 3 mil o 10 mil.
El Informe Anual de Actividades 2016 del PIIT, basándose en datos del Banco Mundial de 2015, es contundente acerca de lo apremiante que resulta la apuesta por la sociedad y la economía del conocimiento:
Tomemos como ejemplo el caso de Corea, que en los años setenta tenía un PIB per cápita del orden de 300 dólares anuales y una inversión en CTI [ciencia, tecnología e innovación] de 0.5% del PIB. Hoy en día, con una inversión en el CTI de más de 4%, ha incrementado su PIB per cápita 90 veces hasta llegar a 27 mil 221 dólares anuales. México por su parte, en la misma época, invertía el 0.3% del PIB aproximadamente y contaba con un PIB per cápita muy superior al de Corea: 960 dólares. Para 2015, el PIB per cápita de México solamente había crecido siete veces y se ubicaba apenas por encima de 9 mil dólares, con un incremento mínimo en la inversión en CTI con respecto al PIB que llega a 0.5%.
Se nos está haciendo tarde, y Nuevo León apuesta por remontar la brecha.
¿Por qué el PIIT en Nuevo León?
Son varios los indicadores que, junto al espíritu emprendedor, vuelven a Nuevo León tierra propicia para una apuesta de esta magnitud. En Monterrey, capital internacional del conocimiento y la manufactura avanzada, de 2015, el Instituto de Investigación y Transferencia de Tecnología (I2T2) señala que la entidad, que apenas cuenta con 5.1 millones de habitantes, equivalentes a 4.7% de la población de México, contribuye con 7.4% del PIB nacional. Mientras, el PIB per cápita asciende a 17 mil 579 dólares, y duplica al promedio del país: 9 mil 776. Adicionalmente, Nuevo León es líder en atracción de inversión extranjera directa, tiene dos aeropuertos internacionales más el interpuerto Monterrey, y en casi 20 años no ha habido huelgas en el sector industrial.
La inversión en educación superior es de 5 mil 800 millones de pesos, 21% del monto nacional. El 1% del PIB de la entidad está dedicado a la ciencia, la tecnología y la innovación, es decir el doble también del promedio nacional: 0.5%. La numeralia relativa a la formación de talentos muestra que la apuesta de la entidad es la correcta.
Nuevo León tiene más de 330 instituciones de educación superior, públicas y privadas, 93 de las cuales están orientadas a las ciencias y las ingenierías. Hay cuatro universidades que gozan de un alto prestigio, el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, la Universidad Autónoma de Nuevo León, la Universidad de Monterrey y la Universidad Regiomontana. Esto hace posible que el número de investigadores en el Sistema Nacional de Investigadores (SNI) sea de 1,043. El personal en I+D por cada mil integrantes de la población económicamente activa tiene así un valor de 1.81.
La matrícula de educación superior asciende a 188 mil 963 estudiantes, de los cuales 76 mil 806 se orientan a las ciencias y las ingenierías. El nivel de egreso anual, en estos dos rubros, es de 24 mil 963 y de 12 mil 735, respectivamente. Es decir, tanto desde la perspectiva de la matrícula como del egreso, un 50% en promedio de los estudiantes y de los graduados en Nuevo León apuestan por la sociedad del conocimiento.
En posgrado, la matrícula es de 14 mil 171, de los cuales egresan 6 mil 151, 2 mil 40 correspondientes también a ciencias e ingenierías. El I2T2 y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), adicionalmente, ofrecen 200 becas anuales para posgrados en el extranjero, para un acumulado de 817 desde el inicio del programa. Los beneficiados cuentan con la garantía de que a su regreso podrían dar inicio a su vida laboral en un ámbito idóneo para la aplicación de sus estudios.
Por su parte, el I2T2 y la Secretaría de Desarrollo Económico de Nuevo León ejecutan tres programas. Uno es el Programa de Apoyo al Emprendimiento mediante la Innovación Abierta, que supone una coinversión de 36 MDP por parte del Banco Interamericano del Desarrollo y el Instituto. A la fecha, el programa cuenta con 32 empresas que participan en cinco comunidades colaborativas y 30 más en proceso de capacitación.
El segundo es el de Fondos Mixtos del Conacyt (Fomix) con más de 2 mil 450 MDP asignados a proyectos de innovación e infraestructura entre 2009 y 2016, de los cuales 1 millón 200 mil son aportaciones del estado y la federación.
Uno más es el Programa de Estímulos a la Innovación (PEI), también del Conacyt: 2 mil 461 MDP a proyectos de investigación y desarrollo en el mismo lapso, de los cuales 397 millones correspondieron a 2016, en su mayoría (90%) para proyectos en vinculación.
A nivel industria, Nuevo León tiene 541 empresas con actividades científicas y tecnológicas, las incubadoras tradicionales, y cinco de alto impacto, más dos asociaciones de capital ángel y capital de riesgo. El Fondo Nuevo León para la Innovación (Fonlin), aporta a su vez un capital semilla de hasta 200 mil dólares por proyecto, para 52 startups, que generaron ventas de más de 47 MDP y crearon 179 empleos directos y 130 indirectos, a 2015. Otros 23 proyectos están a la espera de recibir un apoyo acumulado de 33.38 MDP más. (Para mayor información sobre la crucial participación de la iniciativa privada, ver los recuadros.)
Nanotecnología y biotecnología
Un reporte de la BBC de 2014 establece parámetros acerca del crecimiento del sector de la nanotecnología a nivel global. El mercado de los nanomateriales, que ascendía en 2013 a casi 20 mil MDD, superaría los 50 mil MDD para 2019. El de nanoherramientas, de cerca de 4 mil MDD, llegaría a poco más de 10 mil MDD. En un estudio también de la BBC de 2013 se traza el perfil de las compañías según su tamaño: el 77% son pequeñas y medianas, el 19.3% son grandes y 3.7%, joint venture y subsidiarias.
El cluster de nanotecnología en el PIIT arrancó en 2009 y lo preside Joel Gutiérrez Antonio, a la vez director general y ceo de Nanomateriales. Para entonces, no había ni empresas con capacidad de adoptar aplicaciones, ni infraestructura para escalar proyectos, ni capital humano en el área, mucho menos una industria y productos de carácter local, reporta el documento Cluster de nanotecnología de Nuevo León. Esas no eran limitaciones, sino áreas de oportunidad. A través del rediseño de la agenda educativa, el desarrollo de infraestructura y la atracción de capital humano especializado, el horizonte cambió en una década.
La meta, para 2018, es lograr que el 30% de los proyectos de nanotecnología a nivel nacional ocurran en Nuevo León. Se alcanzaría la cifra de 300 proyectos vinculados, 16 aplicaciones para apoyar escalamientos, más de 15 productos desarrollados y cinco nuevas empresas, tres de ellas en fase comercial. De ser así, para el plazo previsto, un 40% de las empresas de la entidad habría adoptado aplicaciones y se alcanzarían más de 50 visitas académicas e industriales para conocer y ampliar el ecosistema en la entidad. El cluster, igualmente, alcanzaría su autosustentabilidad económica, a 10 años de su apertura.
Desde la perspectiva de la triple hélice, a lo largo del cuatrienio 2016-2019 se presentarían 15 proyectos anuales a Conacyt y el Instituto Nacional del Emprendedor, dándosele prioridad a aquellos que cumplan con la reducción de costos, mejora de atributos y propiedad intelectual. Una vía más para ahondar los vínculos academia-empresa es la creación del Comité de Escalamiento Industrial, que orientaría proyectos que aterricen nuevos productos en el mercado, entre otras funciones. Nano Monterrey Forums, por su parte, se ha vuelto el foro especializado con más impacto en México, y aspira a convertirse en un referente internacional.
La apuesta no es gratuita. Según datos del inegi de 2016, hay 16 mercados de Nuevo León donde impacta la nanotecnología, con importantes valores de producción a nivel nacional. En orden alfabético: aeroespacial y aeronáutica (16 mil MDP), alimentos y agroindustrial (980 mil), automotriz y autopartes (1 millón 426 mil), cemento y concreto (97 mil), cerámicos (32 mil), electrónica y óptica (103 mil), energía (416 mil), industria química y de procesos (645 mil), metalmecánica (126 mil), papel (162 mil), pintura (45 mil), plástico (194 mil), salud (194 mil), textil (159 mil), tratamiento de agua (91 mil) y vidrio (47 mil).
Para 2015, con una inversión de 7.6 MDD, un terreno de 5 mil 200 metros cuadrados de los cuales han sido construidos 1,500, la incubadora de nanotecnología contaba con seis plantas piloto, laboratorio de pruebas, asesoría de negocios y áreas para nuevas empresas. Las prioridades son el desarrollo de aplicaciones con propiedades antibacteriales, la protección uv, el reforzamiento mecánico y el control solar. El personal ascendió a 20 profesionistas, más 15 empleados en las empresas en incubación, y expectativas de tres a cuatro empresas más por año. En la incubadora se localizan como empresas residentes Nanomateriales, Nanomat y Bintic.
El cluster de biotecnología, que encabeza César Esquivel Téllez, despunta también. La incubadora arrancó en 2014 con una inversión de 6.1 MDD. Para 2015, con un área de 4 mil 95 metros cuadros, de los cuales 2 mil 800 son de construcción, tenía cuatro plantas piloto, cuatro laboratorios de pruebas, más la asesoría de negocios y espacios para nuevas empresas. Las áreas en las cuales se centra son las de desarrollo de bioproductos enfocados al campo y las industrias avícola y ganadera.
Para esas fechas, dos empresas se encontraban en fase de preincubación: la de Abonos Biológicos, que se ocupa de biofertilizantes líquidos con base en bacterias y hongos, y Biolets, dedicada a la biorremedación y generación de biocombustibles y biomasa. Tales esfuerzos congregan a 20 profesionistas y 15 empleados de las empresas en proceso de incubación, y proyecciones anuales de tres a cuatro empresas sumándose a la apuesta. Las compañías residentes son Genetric, Eatlimmo y Biogea.
El mensaje es claro y contundente. Si queremos un futuro, hay que invertir de inmediato en la sociedad del conocimiento.