Primeras negociaciones del TPP
Congruente con su política de apertura comercial, México solicitó en 2011 su ingreso a formar parte del TPP. Entre ese año y el siguiente se dieron los procesos de negociación bilateral con los 11 países que conforman este espacio económico y al interior del país con el sector privado. A continuación, la entrevista con Bruno Ferrari, quien fue secretario de Economía durante esos años y participó activamente en el proceso de negociación del Acuerdo.
Por: Gabriela Gándara

¿Cuáles fueron las razones que llevaron a México a retomar las negociaciones de un acuerdo de libre comercio con la región Asia-Pacífico?

La adhesión de México al TPP es fundamental, entre otras cosas, por la relevancia económica que ha adquirido Asia-Pacífico en los últimos años. Tras la crisis financiera de 2007, esa región se convirtió en uno de los principales motores de la economía mundial. Por ejemplo, durante los cinco años posteriores a la crisis, Asia-Pacífico creció a un ritmo de 13%, mientras que Europa lo hizo a una tasa anual promedio de 0.4%, Norteamérica 4.7% y Latinoamérica 6.3%. Se estima que esta tendencia de crecimiento se mantenga y que Asía-Pacífico será la región de mayor crecimiento económico durante los próximos 25 años.

Asimismo, el comercio de México con las economías de Asia-Pacífico también ha registrado una tendencia positiva. En el último lustro (2010-2015), las ventas de México a esa región crecieron prácticamente el doble (62%) que las exportaciones de México al resto del mundo (33%).

Ante este desempeño económico, México no podía quedarse fuera de un acuerdo comercial con algunas de las economías más importantes de Asia-Pacífico en el que, además, algunos de nuestros socios comerciales ya participaban.

 

¿Cómo fue el proceso de negociación con el sector privado mexicano?, ¿qué sectores fueron los que presentaron mayor resistencia y por qué?

Nosotros llevamos muy abiertas las negociaciones y el proceso fue cercano con los empresarios en todo momento. De hecho, los sectores productivos acompañaron al Ejecutivo federal, representado por la Secretaría de Economía, a través de la figura del “cuarto de junto”, que estuvo presente en las distintas rondas de negociación.

Se sostuvieron conversaciones frecuentes con 23 cámaras y asociaciones representativas de los sectores productivos de México. También se involucró a las Confederaciones de Cámaras, al Consejo Coordinador Empresarial (CCE), entre otros. Incluso algunos nombraron representantes que participaban con nosotros en las negociaciones.

Me preocupaban los sectores que han estado más protegidos con asistencialismo, como el sector agrícola. Ciertamente hubo sectores que fueron sensibles y presentaron preocupaciones legítimas durante la negociación. Entre ellos, lácteos, café, calzado, textil, arroz y azúcar pero al final el balance fue positivo y se pudieron atender sus inquietudes. En este proceso, la labor del subsecretario Francisco de Rosenzweig fue fundamental.

 

Cuando usted era secretario de Economía y comenzaron las negociaciones del TPP en los años 2011 y 2012, también participaron otras dependencias gubernamentales. ¿Se presentaron algunos cuestionamientos?

En aquel entonces y durante todo el proceso de negociación, la Secretaría de Economía estuvo acompañada de las dependencias involucradas en los distintos temas que conforman el TPP. Se mantuvo un estrecho contacto y una constante colaboración con cada una de ellas; sus inquietudes se expresaron, incluso por ellas mismas, en las mesas de negociación.

Las pymes son las que más se pueden beneficiar del TPP y el impacto sobre ellas es preocupación de todos los países firmantes

Era importante no solo su participación, sino también su convencimiento de que un acuerdo de las características del TPP tendrá un impacto positivo en la economía mexicana y, por tanto, en los diferentes sectores.

Evidentemente hay gente a la que le preocupa el ámbito político; hay partidos con más de 60 diputados que son parte de la Confederación Nacional Campesina (CNC). Se requiere, por tanto, informar, involucrar y participar con ellos. De esta manera las dependencias gubernamentales conocen de primera mano los temas que son negociables y los que no están sujetos a discusión. Además, tienen elementos para responder a críticas infundadas de grupos opositores al Acuerdo.

 

¿Qué mecanismos se contemplan para lograr una mayor participación y beneficio para las pequeñas y medianas empresas mexicanas? ¿Cómo se implementará la integración de las pymes en las cadenas globales de valor?

Las pymes son las que más se pueden beneficiar del TPP y el impacto sobre ellas es preocupación de todos los países firmantes. Por ello, el Acuerdo contiene disposiciones puntuales que buscan impulsar a este tipo de empresas a través de promoción, cooperación, fomento de capacidades, competitividad y facilitación de negocios.

Yo diría que, más allá de lo que está escrito o no, en el momento en que una pyme se vincula a una cadena productiva adquiere una gran fuerza para su estabilidad futura y su consecuente generación de empleos.

 

Los sectores productivos acompañaron al Ejecutivo federal, representado por la Secretaría de Economía, a través de la figura del “cuarto de junto”, que estuvo presente en las distintas rondas de negociación

 

Ya que las pymes proporcionan 7 de cada 10 empleos, lo que debemos tener es cada vez más para que se generen más empleos y que esas pymes vayan creciendo. Esto es lo que se busca a través de las cadenas productivas.

La Secretaría de Economía cuenta con apoyos para que sean formales y, después, más fuertes.

 

¿Hubo preocupación por parte de otros países respecto a la participación de México?

Ciertamente, hubo economías participantes que expresaron algunas inquietudes durante las consultas, pero pienso que lo más importante fue que, en todos los casos, se demandó a México respetar y asumir los acuerdos ya alcanzados y construir a partir de ellos. Situación con la que México coincidía plenamente.

Hay temas complejos en los que hay que tener mucho cuidado para que ciertos apoyos, por ejemplo la condonación de pagos de algunos servicios públicos como luz y agua, que se brindan a sectores vulnerables, no sean interpretados como prácticas desleales.

 

En su opinión, ¿cuáles son las razones por las que otros países manejaron las negociaciones del TPP con tanto secreto?

Siempre han existido individuos irresponsables y fanfarrones como Donald Trump, y desde aquel entonces, personas como él, que expresaban preocupaciones de que un acuerdo comercial puede impactar negativamente sobre la generación de empleo. Por ello, algunos países requieren manejar sus negociaciones comerciales con mucha cautela. Desgraciadamente, en ciertas industrias la gente puede reaccionar atendiendo a las preocupaciones de ese tipo de individuos, cuando en realidad es todo lo contrario; siempre se generan empleos e intercambios comerciales sobre todo si estás hablando de 25% del comercio internacional. Basta analizar lo que ha pasado en generación de empleos desde el TLCAN.

 

¿Cuál es el beneficio tangible para la economía mexicana?

Debido a la relevancia comercial que representa Estados Unidos para México, el Gobierno de México busca mantener un vínculo estrecho y una agenda constructiva en beneficio de los sectores productivos. Una relación provechosa con nuestros vecinos del norte se traduce en mayores intercambios comerciales, lo que repercute positivamente en la economía mexicana.

Hay temas complejos en los que hay que tener mucho cuidado para que ciertos apoyos, que se brindan a sectores vulnerables, no sean interpretados como prácticas desleales

El alcance de este acuerdo será enorme; recordemos como ejemplo que 60% de todas las exportaciones de América Latina las genera México.

Yo me siento conforme porque la iniciativa de que México participe en el TPP trasciende intereses políticos y partidistas. El actual Gobierno y, particularmente, el secretario Ildefonso Guajardo ha tomado con mucha fuerza este tema, por lo que me siento tranquilo de que llegue a buen fin.