Lejos de recurrir a esquemas basados en políticas tributarias, subsidios y protección de la producción interna, el desafío que actualmente enfrenta la política industrial en México es el incremento al valor agregado nacional de las manufacturas, a través de la sustitución de las importaciones.
Para lograr la integración de la industria nacional en las cadenas globales de valor es indispensable fomentar una mayor participación en el flujo de suministros de fabricación interna que actualmente son importados del extranjero. Un factor clave para alcanzar la meta es promover el contenido mexicano de las exportaciones.
En la actualidad, uno de los objetivos de Bancomext es "aumentar el valor agregado nacional de las exportaciones impulsando el acceso de las empresas medianas y pequeñas al financiamiento", con lo cual se pretende apoyar a las empresas que están realizando esfuerzos para reemplazar materias primas extranjeras en sus ciclos productivos.
Para ello, el Banco ha firmado diversos convenios con los Gobiernos de los estados encaminados a que haya mayor cooperación en la cadena de suministros por parte de las empresas mexicanas.
Recientemente se puso en marcha el Proyecto Etileno XXI, el cual busca la reactivación de la industria petroquímica, añadiendo valor al gas suministrado por Pemex. Bancomext participa como estructurador del crédito sindicado. Este proyecto representa la mayor inversión en Norteamérica en el sector petroquímico en los últimos 10 años y permitirá a México sustituir importaciones de polietileno de alta y baja densidad por mil 500 millones de dólares anuales.