Tijuana, el ariete de México
Una ciudad que nació por accidente, a causa del conflicto bélico entre Estados Unidos y México a mediados del siglo XIX, es hoy zona de encuentro binacional. La punta de lanza de los clusters aeroespacial, electrónico y de artefactos médicos a nivel nacional. La sede del turismo fronterizo debido a las bondades de su clima, su naturaleza y su infraestructura, y del turismo medicinal, debido a la calidad de sus servicios. La que renueva la gastronomía, la que repunta en la vinicultura, la que abre la brecha de la cerveza local. La que instituye un diálogo cultural. La que se supo sobreponer a los asedios de la violencia. La que establece acuerdos de cooperación con San Diego y apuesta por construir el capítulo más innovador del TLCAN, bajo la denominación de Cali Baja, sin perder su identidad, más bien reforzándola.
Por: Gerardo Ochoa Sandy

En la visita a Tijuana, Comercio Exterior conversó con líderes de cámaras empresariales, representantes de clusters, organizaciones que alientan la inversión foránea, académicos dedicados a entender la evolución de la ciudad y la zona, promotores culturales públicos y privados que saben que ahí se construye un capítulo central de lo que llamamos “nacional”. La característica común del despegue de la ciudad son los proyectos colectivos. Desde este punto de vista, en Tijuana convergen voluntades, se trabaja en equipo. Hay una suerte de pacto tácito, de sensación de unidad. Una breve relatoría.

Sobre el Plan Estratégico Metropolitano Tijuana-Tecate-Playas de Rosarito y Ensenada (PEM) hablan David Moreno Laveaga, director ejecutivo; Rubén Roa Dueñas, secretario ejecutivo, y Karim Chalita Rodríguez, quien fue presidente fundador del cluster médico. Los tres son miembros del Consejo de Desarrollo Económico de Tijuana (CDT), que nació en 1995 y se estableció como una organización privada sin fines de lucro en 1997, inspirado en el proyecto Bilbao Metrópoli 30, en pos de la integración regional. El PEM establece cortes periódicos de evaluación. Los ejes: institucional, económico, social, ambiental, urbano, seguridad, digital, educativo, movilidad y binacional. El esfuerzo involucra a autoridades, cámaras empresariales, sector académico y organizaciones sin fines de lucro. El comercio exterior es un puntal, se apoya en el sector manufacturero, los puertos y la infraestructura, así como en el turismo, que ha sido uno de los flancos fuertes de la zona. El CDT emite un boletín bilingüe, Entorno Metropolitano/Cemdi, que difunde análisis económicos de coyuntura y apuesta por plataformas abiertas y amigables para la toma de decisiones y la evaluación de las políticas públicas.

Cristina Hermosillo, presidenta de Tijuana Economic Development Corporation (Tijuana EDC), explica que esta organización busca alentar a empresas de manufactura a establecerse en la ciudad. Hoy por hoy, atiende a alrededor de 100 compañías en ambos lados de la frontera. No es gratuito: por sí sola, la zona conforma la sexta economía a nivel mundial y los alcaldes mantienen un diálogo constante. Tijuana EDC cubre los sectores aeroespacial y de defensa, automotriz, de electrónica y de aparatos médicos, entre otros. La colaboración con las instituciones educativas es estrecha, inclusive esencial. Una de las metas próximas es que el programa Mesa Otay, de despacho aduanero conjunto, trascienda el sector agrícola e incluya otros más (véase más adelante la entrevista con José Martín García Sanjinés). Tijuana puede ofrecer un paquete integrado de competitividad global, señala Hermosillo.

Estos avances ocurren en el contexto de la asociación de desarrollo económico de largo plazo iniciada en 2008 y llamada Cali Baja, que abarca los condados de San Diego e Imperial y Baja California. La zona comprende una población de 6.5 millones de habitantes —la más amplia concentración de población a lo largo de la frontera—, más de 90 institutos y universidades y 80 centros de investigación. Desde la perspectiva empresarial, Cali Baja cuenta con 53 mil 600 compañías que generan alrededor 280 mil empleos en el sector manufacturero, y la más alta calificación como R&D (research and development) en América del Norte.

Esta asociación binacional en la región garantiza el intercambio comercial en cuestión de horas y en plazos de uno a tres días a más de mil 200 empresas dedicadas a la distribución y logística en la costa oeste. Se basa en una red de cinco aeropuertos internacionales, cinco autopistas interestatales, seis puntos de cruces fronterizos, dos puertos, y carreteras y vías ferroviarias. Los sectores de punta son el de manufactura avanzada —aeroespacial, defensa, automotriz, biotecnología, electrónica, aparatos médicos, telecomunicaciones y embarques marítimos—, agro y acuacultura, ciencias aplicadas a la vida, tecnología limpia y logística.

A resultas de este esfuerzo, los alcaldes de San Diego y Tijuana, Kevin Faulconer y Jorge Astiazarán, firmaron el 18 de noviembre de 2014 un memorándum de entendimiento (MOU, por sus siglas en inglés) basado en un convenio anterior de ciudades hermanas. El MOU constituye el primer acuerdo suscrito desde la firma del tlcan de 1994. En reuniones semestrales, las partes conversan sobre proyectos de colaboración en torno al desarrollo económico, servicios de policía y bomberos, sistemas de agua y aguas residuales, tecnología, parques, bibliotecas, reciclamiento de basura, protección ambiental y atención de emergencias. No van mal las cosas. En Bloomberg —compañía estadounidense que ofrece software financiero, datos y noticias, y que posee la tercera parte del mercado en Estados Unidos—, Jame Nash reporta que los lazos de la economía entre Tijuana y San Diego han ascendido a más de 230 mil MDD.

En From Borders Barriers to Bi-National Promise, Richard Florida, fundador de Creative Class Group, reporta un promedio anual de 60 millones de cruces por la frontera entre San Diego y Tijuana, de acuerdo con el San Diego Association of Governments. Más de la mitad tienen que ver con compras y recreación y 10 millones con asuntos laborales. Según el reporte, sin embargo, las pérdidas por una inadecuada infraestructura fronteriza implicarían, para la producción económica de los bienes y servicios, unos 2 mil 900 MDD y 40 mil empleos, a nivel regional (el condado de San Diego y Baja California), y 7 mil 200 MDD y 62 mil empleos a nivel bilateral, de acuerdo a una estimación de 2007. Las cosas han mejorado, pero hace falta más. Hacen falta más puentes.

José Francisco Elizondo Siller, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Electrónica, de Telecomunicaciones y de Tecnologías de la Comunicación (Canieti) Sede Noroeste, nacida en 1999 y que integra a las dos Baja Californias, Sonora, Chihuahua y Sinaloa, señala que Baja California es el primer destino de inversión de Japón, Corea y Taiwán y el reto es retener este interés, apostar por la transversalidad en los sectores mediante contenidos y patentes, y aportar más contenido nacional a costos bajos. Es el momento, y hay que moverse con celeridad, de otra manera se corre riesgo de que no se capitalice infraestructura y haya pérdidas de empleos. Hay que trascender, señala, la cultura del “empresario de Cetes”, que apuesta por un rendimiento garantizado, y buscar rendimientos a mediano y largo plazos. Para ello, se necesitan instrumentos financieros adecuados, pues no hay manera de apostar por un retorno de inversión en cinco años con los intereses que se cobran en la actualidad. Todos los integradores de la cadena de valor tienen, pues, mucho por hacer. No obstante, el titular de la Canieti señala que Tijuana se ha vuelto una ciudad cosmopolita. “Es una gran oportunidad. Te daré una muestra. Desde 2012 se genera un evento Pymes de mujeres. Nosotros apoyamos lo que haya que apoyar, con los ‘coucheos’ adecuados. Eso habla de la Tijuana de hoy.”

México es el principal proveedor de aparatos médicos a Estados Unidos, y Tijuana es la sede del cluster más importante en el ramo, con más de 44 compañías —63% de todas las que hay en Baja California en este sector— y alrededor de 42 mil empleos. Nueve de cada diez compañías cuentan con la certificación ISO 13485, ISO 9000 o alguna otra. La entidad es origen del 50% de las exportaciones y, al ritmo actual, en 2020 México lideraría como centro de innovación.

El ahorro por parte de los compradores en Estados Unidos es de hasta 19%, de acuerdo al Reporte de Alternativas de Competitividad de la KPMG de 2014. Al año, más de un millón 500 mil personas visitan Tijuana y otros municipios para hacer uso de los servicios de salud —el primer destino de turismo médico en el mundo—, informan los doctores Adrián Murillo, titular del Centro Médico Excel, que goza de la certificación internacional, y Ricardo Vega, cabeza del Cluster de Productos Médicos de las Californias, que cumple cinco años. Démosle contexto a la cifra: es superior a la de los canadienses que cada año visitan México como destino vacacional, y resultado de 30 años de tarea en el sector. Las regiones más frecuentadas son la Costa, el Valle de Mexicali, Algodones, Rosarito, Tecate, San Felipe y San Carlos. Y esto apenas comienza.

En el ámbito aeroespacial, el crecimiento promedio anual es de 17.2% desde 2004. Tijuana lleva 50 años ocupada en el desarrollo de este sector y congrega a la fecha más de 37 compañías que cuentan con más de 11 mil 600 empleos. A la fecha, Baja California representa el 25% de la industria en México. La oferta educativa de la ciudad es crucial: la Universidad Autónoma de Baja California, CETYS Universidad, la Universidad Tecnológica de Tijuana, el Conalep y el Aerospace Design Center. En 2014, se graduaron en Baja California 2 mil 407 ingenieros, una cifra per cápita superior a la de Estados Unidos. Los casos de éxito de mexicanos no son novedad. Tijuana EDC nos comparte algunos de ellos. Alejandro Bustamante es vicepresidente mundial de operaciones del corporativo Plantronics. Mauricio Arellano es presidente de la división médica de Pexco en Texas y fue vicepresidente en Greatbatch. Gerardo de la Concha es vicepresidente de operaciones de Medtronic, el segundo jugador en dispositivos médicos a nivel mundial.

En 2010, la iniciativa del empresario José Galicot dio origen a Tijuana Innovadora, un encuentro anual de carácter internacional que arroja luz sobre las fortalezas y aportaciones de la ciudad en las áreas tecnológica, científica y cultural; apuesta por revertir las secuelas mediáticas que afectan la imagen de la ciudad, y subraya el orgullo de la tijuanidad. Al proyecto se sumaron Alejandro Bustamante, Jaye Galicot, Jack Winer y Tomás Perrín. La edición 2016, que transcurrirá del 3 al 10 de noviembre en el World Trade Center y El Trompo Museo Interactivo, abordará las industrias creativas, la sustentabilidad y la moda, junto con otros temas. Entre los conferencistas figuran el secretario general de la ocde José Ángel Gurría, el rector de la unam Enrique Graue, el político y escritor Jorge Castañeda, el cineasta Alfonso Arau, el youtuber Chumel Torres, el pionero de la industria de videojuegos en Latam Mario Valle y la actriz Adriana Barraza.

La cerveza artesanal despega. Entre otros exponentes destaca Azteca, marca dirigida por Joel López Corona, creador de la primera cerveza de este tipo en 1997. Se estima que el 90% de la producción estatal va encaminada al consumo local y el 10% restante a la exportación, según datos de la Asociación de Cerveceros de Baja California. Nos haría falta apoyo para el envasado y la pasteurización —explica López Corona— de manera que aumentaran las ventas en el exterior. La calidad del producto no está en duda. El cónsul de Estados Unidos en Tijuana ofreció cerveza local tijuanense en un evento al que asistieron 600 personas e inauguró el diplomado sobre el producto en la sede del Tec. En la fiesta nacional de su país dijo sobre México y Estados Unidos: “somos una familia”.

Javier González Vizcaíno, director de Culinary Art School, la primera escuela de su tipo en el noroeste de México, inició su proyecto en agosto de 2003 con 32 alumnos, y cuenta con 225 a la fecha. Dado el interés por parte de los estadounidenses, se lanzará el próximo año la maestría en cocinas de México en inglés, pues 16% del alumnado proviene de California, y subirá a 35% para 2019. En breve se concretará la ampliación del inmueble dedicado a la investigación y el desarrollo culinario. El diplomado en sommelier que ofrece es una sus principales atracciones. No lo duda: “La próxima gran cocina de México en el mundo será la de Baja California”. La razón es clara: la zona cuenta con un 60% de la biodiversidad y es, sin más, “el acuario del mundo”. La escuela está en la llamada tercera etapa del Río Tijuana, zona olvidada y que vive un repunte urbano con una clara planificación.

Julián Plascencia Huerta, restaurantero, músico y promotor cultural ocupado en el rescate de la Avenida Revolución, lastimada en su momento por la inseguridad, fue víctima de un intento de secuestro tiempo atrás. La enseñanza de la experiencia fue clara: “Hace falta que participemos los ciudadanos y que apostemos por la educación, la cultura y las artes, trabajemos en comunidad desde la raíz, cada uno en su trinchera”. El Restaurante Ceasar, que dirige, es emblema de la ciudad y base para otros proyectos, a través de la Promotora de Cultura de Baja California: el Tijuana Jazz & Blues Festival, el Café Praga que recibe a músicos y poetas, el Tianguis de Libro para libreros de viejo, y la Galería La Blástula, que animó la vida del pasaje Revolución, recién cerró, va en pos de su reapertura en otra sede, y colabora con el Cecut y el Tijuana Music School para apoyar una licenciatura en ejecución musical contemporánea, entre varios más.

Marco Antonio Amador García, sommelier de L.A. Cetto, relata la historia de Angello Cetto, quien llegó a México en la década de los veinte y luego se trajo a su familia, para construir la que es hoy la empresa más importante de vinos de México. Ubicada en Baja California, produce el 90% del vino nacional. En la actualidad, cultivan su uva “para que salga la que estamos buscando”. La sede tiene cinco áreas delimitadas en el misma propiedad, con sus bodegas, tanques y barricas, en pos del control de calidad. El 75% del producto es de consumo nacional y el 25% se dirige hacia Estados Unidos y reciben un promedio de 200 mil visitantes para degustaciones al año.

En el ámbito cultural, el Centro Cultural Tijuana cumple 34 años de faena. La historia la relata su director, Pedro Ochoa Palacio (véase más adelante su entrevista). Es parte central de un despunte cultural que involucra a universidades, empresarios y artistas. Los pasajes ubicados en la Avenida Revolución, entre los que destacan el pasaje Revolución y Rodríguez, son la sede de galerías, cervecerías artesanales, cine clubes, librerías, cafeterías, tiendas de música y boutiques. El Festival Entijuanarte, que dirige Julio Rodríguez Ramos, cumple 12 años con una vocación de sanación social y promoción cultural, y pasó de 5 mil a 90 mil asistentes entre 2005 y 2014, año en el que tuvo a California como estado invitado de honor. Desde su creación, ha beneficiado a más de un millón de personas con su oferta cultural, según datos de Layza González y Adriana Pacheco. Bajo la dirección de Arturo Rodríguez, La Caja Galería ofrece cine, danza, exposiciones y talleres para adultos mayores, y se aventura en proyectos de renovación ecológica y en un diplomado de artes visuales, certificado por el Instituto Nacional de Bellas Artes. Las hermanas Melisa y Mónica Arreola —artista sonora y fotógrafa, respectivamente— impulsan la galería 206 Arte Contemporáneo en el pasaje Revolución, donde reciben artistas y, recientemente, en el marco del Seminario Permanente de Teoría Contemporánea, organizaron el curso Nuevos Materialismos, coordinado por Karla Villapudua, Alfredo González Reynoso y Conrado Pardo Eudave. Solo una muestra.

Tijuana es la embajadora de México en América del Norte.