A partir de la infraestructura actual, ¿qué ofrecen Oaxaca y el Istmo para el despunte de las zonas económicas especiales?
El propósito de una zona económica especial (ZEE) es democratizar la productividad a nivel regional, para que sus habitantes tengan las mismas posibilidades de empleo, desarrollo y bienestar que los del resto del país.
La ZEE de Oaxaca en el Istmo de Tehuantepec presenta una ubicación estratégica pues le permite cubrir rutas comerciales de alta importancia para México y mantener vínculos con Centro y Sudamérica, la Costa Oeste de Norteamérica y Asía-Pacífico por vía marítima. Por vía terrestre y marítima permite también la unión con las ZEE de Coatzacoalcos, Lázaro Cárdenas y Puerto Chiapas —vinculándose con el cruce fronterizo de Chiapas hacia Centroamérica— así como con la Ciudad de México.
En tanto, la red vial y ferroviaria se conecta con los puertos del Golfo de México, a través del Circuito Transístmico, para exportar a Europa, dado que interconecta los océanos Atlántico y Pacífico —con una menor distancia entre ambos, de 300 km— mediante una combinación intermodal, que dinamiza el intercambio económico y comercial al ofrecer una vía de tránsito más corta.
La ZEE apuesta asimismo por la conexión con el resto de la región, a través de la carretera federal 200 o Costera Pacífico, que enlaza a Salina Cruz con las demás poblaciones costeras y puntos marítimos importantes y aeropuertos como el de Huatulco.
A ello se suma el nuevo libramiento 185 D (cuota) Salina Cruz-La Ventosa que enlaza con la carretera 190 a Oaxaca y la Ciudad de México, y la carretera federal 190 o Panamericana, que vincula Salina Cruz con Oaxaca —procedente de la Ciudad de México y de Puebla, une las ciudades de Oaxaca, Santo Domingo Tehuantepec, Juchitán y La Ventosa.
También se cuenta con la carretera federal 185 o Transístmica, que integra a Salina Cruz con Santo Domingo Tehuantepec y Veracruz, particularmente con el puerto de Coatzacoalcos, ubicándose a seis kilómetros del puerto de Salina Cruz, a tres de la reserva del nuevo puerto y a once de la ciudad de Salina Cruz.
¿Cuáles son los lineamientos de la ZEE?
El pasado 22 de junio, la Comisión Interinstitucional aprobó el dictamen que establece la viabilidad jurídica, económica, ambiental y social de la ZEE de Oaxaca. La implementación y operación será un proceso gradual hacia 2043.
En el corto plazo se contempla el establecimiento de la zona: la carta de intención, la ley estatal, el dictamen, el decreto, el convenio de coordinación, el programa de desarrollo, la licitación y el plan maestro.
En el mediano plazo se construirán en la zona obras asociadas al agua y la energía eléctrica, más infraestructura básica: las empresas ancla, el agroparque y el centro de innovación y desarrollo tecnológico.
En el largo plazo se realizará el desarrollo exterior de la infraestructura de transporte y logística: carreteras, ampliación del puerto, libramiento del ferrocarril, desarrollo de viviendas y servicios educativos y de salud.
¿Está perfilada la poligonal?
Para la delimitación de la ZEE se tomaron en cuenta varios criterios. Inicialmente, que fuesen terrenos con topografía llana y moderada, con una diferencia altitudinal de entre 2 y 20 metros sobre el nivel del mar y que, apegándose a las consideraciones ambientales, no comprometieran ecosistemas sensibles o protegidos ni especies de flora y fauna.
Igualmente, la colindancia o cercanía con el puerto y la cercanía entre polígonos industriales susceptibles para desarrollar la ZEE, dándosele prioridad a sitios en el entorno de usos industriales existentes o previstos en los programas de desarrollo urbano.
De la misma manera, la vecindad o fácil integración a infraestructura de transporte y logística, el acceso a una fuente de energía, agua, red de drenaje, tratamiento de aguas y residuos sólidos, y su proximidad a asentamientos humanos de más de 50 mil habitantes.
La ZEE, de 4,816.78 hectáreas, se ubica en el municipio de Salina Cruz, con un total de 89 mil 211 habitantes, y considera un polígono industrial de 350 hectáreas y un polígono agroindustrial y de acuacultura de 370 hectáreas.
La conectividad de la ZEE ofrece la oportunidad de convertirla en una plataforma logística multimodal que podría trabajar en conjunto con Coatzacoalcos, como elementos que se complementan, para albergar inversionistas interesados en utilizar los puertos de las dos costas.
¿Cuál es la apuesta?
La consolidación de un espacio regional, integrado y estratégico —necesario para fortalecer la dinámica económica existente— en torno a la industria del almacenamiento y procesamiento de derivados del petróleo, y proyectarlo hacia nuevos mercados como la industria eléctrico-electrónica, metalmecánica, agroindustria, de textiles y de acuacultura, entre otros.
Hemos identificado siete vocaciones productivas de actividad industrial y dos agroindustriales. El polígono industrial considera 11 plantas para los sectores de bebidas, conservación de frutas y verduras y molienda de granos y semillas; cinco en torno a la electrónica y eléctricos; cinco más en maquinaria y equipo para la generación y distribución de energía eléctrica; cuatro en actividades metalmecánicas y siete en la industria del textil y del vestido. Un total de 32 plantas industriales a desarrollarse entre 2018 y 2043 que generarían 35 mil 471 empleos directos e indirectos. El otro polígono, en principio, se orientará a la agroindustria y la acuacultura.
Pregunta obligada: ¿y el impacto social?
La creación de esos empleos impactará en la disminución de la pobreza y del rezago social, las mejoras en la infraestructura social y de servicios, y el acceso a servicios de salud y de seguridad por parte de las comunidades de los municipios ubicados en el área de influencia.
Actualmente la producción primaria que genera el estado es enviada en su mayoría al exterior, sin ningún proceso de generación de valor. Por ello, el pasado 9 de marzo presentamos la Comisión del Clústers Competitivos y el Instituto Oaxaqueño del Emprendedor y la Competitividad, para apoyar los distintos sectores motor de la entidad.
La Comisión integrará la cadena productiva en 11 sectores: agroindustrial; infraestructura y logística en el Istmo; café; mezcal; tecnologías de la información y comunicación; madera-mueble; turismo; energías limpias; acuacultura y pesca; minería, y artesanías.
Lo que buscamos es la asociatividad de empresas, productores, instituciones académicas, de investigación y gubernamentales, para generar economías de aglomeración, bajo la filosofía de la competencia cooperativa y un modelo técnico de integración de la cadena productiva y de valor.
La ZEE alojará también un agroparque para agregar valor a la producción primaria de las regiones, la cual será enviada desde los centros de acopio. La redistribución del ingreso, producto de la industrialización de las materias primas, acarreará el fortalecimiento de las economías locales, con impactos positivos en el bienestar de la población.
¿Qué usos de suelo contemplan?
El industrial y logístico; infraestructura urbana interna en materia de energía, agua y saneamiento para actividades industriales; servicios auxiliares —edificio sede y oficinas centrales, aduana, laboratorios de inspección y control, áreas de vigilancia y seguridad—; áreas de formación de los trabajadores; incubadoras de empresas; parque tecnológico —investigación y/o docencia— y escuelas técnicas y capacitación profesional.
La ZEE contempla también usos de suelo para espacios de ocio y recreativos que mejoren la calidad de vida de los trabajadores; guardería y centro médico; suelo comercial que incluye restaurantes, áreas deportivas y de descanso, hotel de clase ejecutiva y centro de congresos; estación de bomberos, más áreas verdes y de conservación ambiental.
¿Hará alianza con el sector educativo?
Uno de los principales objetivos de las ZEE es la generación de empleo local formal permanente y de calidad que favorezca el desarrollo social de las comunidades. Necesitamos políticas públicas y acciones complementarias que fortalezcan la capacitación y el adiestramiento del talento humano a nivel local, e incorporen a los trabajadores en los sectores industriales y de innovación de la ZEE y su área de influencia. Asimismo, facilitaremos la provisión de servicios de soporte para empresas e industrias, con base en las tecnologías de información y comunicación.
Ante la demanda del sector productivo, el análisis de la oferta educativa nos permite identificar las necesidades de formación, para modificar y enriquecer los planes académicos existentes o crear nuevas carreras. Pondremos en marcha un sistema de colaboración interinstitucional entre el estado, el sector productivo y las instituciones de educación superior de la región del Istmo.
Así, el alcance de la colaboración entre el Sistema de Universidades de Oaxaca (Suneo), el Sistema de Institutos Tecnológicos Federales y Descentralizados, y el Centro Interdisciplinario de Investigación para el Desarrollo Integral Regional Unidad Oaxaca (ciidir), aspira también a la creación del Sistema de Innovación y Desarrollo Tecnológico (Sidet) para apoyar los 11 clústeres de la entidad. τ